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El médico noruego que dirigió la atención psicológica de los afectados de la matanza de Utoya en 2011 considera que hay que "informar" a los pacientes en lugar de darles somníferos tras una tragedia
EFE BARCELONA
El psicólogo noruego Atle Dyregrov, que dirige el Centro de Psicología de Crisis de Bergen, donde atiende a las personas afectadas por la matanza de Utoya en julio de 2011, considera que no se debe dormir durante las seis horas posteriores a una crisis para no consolidar el recuerdo con los sueños. Dyregrov ha participado hoy en las Jornadas Europeas de Actualización de Gestión de Crisis y Emergencias organizadas por la Universidad Autónoma de Barcelona en el Palau Macaya de la ciudad condal.
El psicólogo ha destacado la importancia de la primera fase de la atención a las personas justo después de la emergencia y ha hecho hincapié en la necesidad de tratar el recuerdo que se tendrá del episodio traumático desde el primer momento. En este sentido, ha aconsejado no dormir durante las seis primeras horas posteriores a la crisis porque los sueños juegan un papel importante en la consolidación del recuerdo, por lo que ha considerado inconveniente dar somníferos a los afectados para que duerman la primera noche.
También ha destacado el papel fundamental de la información para conseguir "reacciones emocionales más fuertes" entre las personas próximas a los afectados que esperan impacientes estar informados de la tragedia. "La información tiene un efecto calmante", ha dicho el psicólogo, que ha alertado ante "la confusión y los rumores que persiguen estos acontecimientos".
Sobre la masacre de Utoya, Dyregrov ha subrayado el enorme impacto que tuvo en la sociedad noruega y ha afirmado que "afectó a la gente durante un año porque estaba constantemente en los medios de comunicación", desde la tragedia hasta el juicio a Breivik .
Los servicios de emergencia atienden a las víctimas de la matanza en la isla de Utoya, en julio de 2011 |
También ha destacado el papel fundamental de la información para conseguir "reacciones emocionales más fuertes" entre las personas próximas a los afectados que esperan impacientes estar informados de la tragedia. "La información tiene un efecto calmante", ha dicho el psicólogo, que ha alertado ante "la confusión y los rumores que persiguen estos acontecimientos".
Sobre la masacre de Utoya, Dyregrov ha subrayado el enorme impacto que tuvo en la sociedad noruega y ha afirmado que "afectó a la gente durante un año porque estaba constantemente en los medios de comunicación", desde la tragedia hasta el juicio a Breivik .