tag:blogger.com,1999:blog-18291519933095748662024-03-05T09:52:30.860-08:00Psicología de la MemoriaInformación sobre los procesos de memoria, investigación científica en psicología de la memoria,
tipos de memoria, falsas memorias,
memorias traumáticas, amnesias, o memoria infantil.Unknownnoreply@blogger.comBlogger34125tag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-83569939415376475012023-09-07T02:25:00.000-07:002023-09-07T02:37:16.377-07:00<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBq172OfR52ry_6YntQhqaXRnuGD-j8HV4ZwCwb9xB0MoWLX5hgCgmr2MVGjsd1BdC6FFZMtk9gIgMd4-LOeZWEYID6qbUTdyEhUaf1XmQ_305KjGBb5fKtiOdsCdtcd3dj_C2JFteGJYC/s1600/edificiopsicologia.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBq172OfR52ry_6YntQhqaXRnuGD-j8HV4ZwCwb9xB0MoWLX5hgCgmr2MVGjsd1BdC6FFZMtk9gIgMd4-LOeZWEYID6qbUTdyEhUaf1XmQ_305KjGBb5fKtiOdsCdtcd3dj_C2JFteGJYC/s1600/edificiopsicologia.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Facultad de Psicología </div>
<div style="text-align: center;">
Universidad Complutense de Madrid</div><div style="text-align: center;">Campus de Somosaguas</div>
<div style="text-align: center;">
28223 - Pozuelo de Alarcón (Madrid)</div>
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Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-53011964925208249142023-09-06T02:36:00.001-07:002023-09-07T02:38:30.726-07:00El hallazgo de una nueva célula cerebral abre la puerta a avances en la investigación del alzhéimer y el párkinson<br /><div style="text-align: center;"><b>El descubrimiento de un híbrido entre las neuronas y las células gliales también podría ayudar a los pacientes con epilepsia.</b></div><div style="text-align: center;"><span style="text-align: start;"><br /></span></div>MADRID<a href="https://www.publico.es/archive/2023-09-06#analytics-noticia:fecha-publicacion"></a><br /><a href="https://www.publico.es/author/efe#analytics-noticia:autor">EFE</a><div>06/09/2023<br /><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://www.publico.es/uploads/2023/09/06/64f8b984f2d7a.jpeg"><img height="213" src="https://www.publico.es/files/article_main/uploads/2023/09/06/64f8b984f2d7a.jpeg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Foto de archivo de unos sanitarios observando la radiografía de un cerebro. </div><div style="text-align: center;">— Álex Camara / EUROPA PRESS</div><br /><br />El cerebro está formado por dos grandes <a href="https://www.publico.es/ciencias#analytics-noticia:contenido-enlace">familias de células</a>: las neuronas y las células gliales. Al menos hasta ahora, pues un grupo de científicos ha descubierto un nuevo tipo, lo que abre "inmensas perspectivas de investigación" en enfermedades como el alzhéimer y el párkinson.<br /><br /><br />Los detalles sobre el nuevo tipo de célula los publica Nature en un estudio coordinado por investigadores de la Universidad de Lausana (Suiza).<br /><br />Desde que existe la neurociencia, se reconoce que el cerebro funciona principalmente gracias a las neuronas y a su capacidad para elaborar y transmitir rápidamente información a través de sus redes.<br /><br />Para apoyarlas en esta tarea, las células gliales desempeñan una serie de funciones estructurales, energéticas e inmunitarias, además de estabilizar las constantes fisiológicas.<br /><br />El <a href="https://www.publico.es/tag/investigacion#analytics-noticia:contenido-enlace">nuevo descubrimiento</a>, que han denominado "astrocitos glutamatérgicos", es una célula híbrida, a medio camino ente las neuronas y la células gliales.<br /><br />Algunas de las células gliales, conocidas como astrocitos, rodean íntimamente las sinapsis, los puntos de contacto donde se liberan los neurotransmisores para transmitir información entre neuronas.<br /><br />Esta es la razón por la que los neurocientíficos han sugerido durante mucho tiempo que los astrocitos pueden tener un papel activo en la transmisión sináptica y participar en el procesamiento de la información, pero los estudios realizados daban resultados contradictorios.<br /><br />Al identificar un nuevo tipo de célula con las características de un astrocito y que expresa la maquinaria molecular necesaria para la transmisión sináptica, el equipo ha puesto fin a años de controversia, considera la Universidad de Lausana (UNIL) en un comunicado.<br />Avance para la epilepsia, párkinson y alzheimer<br /><br />Las implicaciones de este descubrimiento se extienden a los trastornos cerebrales. Al alterar específicamente los astrocitos glutamatérgicos, el equipo demostró efectos sobre la consolidación de la memoria, pero también observó vínculos con patologías como la <a href="https://www.publico.es/ciencias/estigma-y-discriminacion-epilepsia.html#analytics-noticia:contenido-enlace">epilepsia</a>, cuyos ataques se exacerbaban. <br /><br />El estudio muestra que este nuevo tipo de célula también tiene un papel en la regulación de los circuitos cerebrales implicados en el control del movimiento y podría ofrecer dianas terapéuticas para la enfermedad de <a href="https://www.publico.es/tag/parkinson#analytics-noticia:contenido-enlace">párkinson</a>.<br /><br />Este descubrimiento "abre inmensas perspectivas de investigación", aseguró Andrea Volterra, de la UNIL y autor principal del estudio. Los próximos estudios "explorarán el posible papel protector de este tipo de célula frente al deterioro de la memoria en la enfermedad de <a href="https://www.publico.es/tag/alzheimer#analytics-noticia:contenido-enlace">alzheimer</a>, así como su función en otras regiones y patologías distintas de las exploradas aquí", agregó.<br /><br />En su estudio, el equipo trató de averiguar si estas células híbridas eran funcionales, es decir, capaces de liberar realmente glutamato con una velocidad comparable a la de la transmisión sináptica, para lo que usó una técnica de imagen que permite ver el glutamato liberado por las vesículas en tejidos cerebrales y en ratones vivos.<br /><br />"Hemos identificado un subgrupo de astrocitos que responden a estímulos selectivos con una rápida liberación de glutamato, que se produce en zonas espacialmente delimitadas de estas células que recuerdan a las sinapsis", dijo Volterra.<br /><br />Además, demostraron que "son células que modulan la actividad neuronal, controlan el nivel de comunicación y excitación de las neuronas", afirmó Roberta de Ceglia, primera autora del estudio e investigadora principal del UNIL.<br /><br />Y sin esta maquinaria funcional, el estudio demuestra que la potenciación a largo plazo, un proceso neuronal implicado en los mecanismos de memorización, se ve alterada y que la memoria de los ratones se ve afectada.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-15085211272019646642021-04-22T02:37:00.000-07:002021-04-23T02:37:35.556-07:00Desarrollan un fármaco que revierte los síntomas del alzhéimer en ratones<div style="text-align: left;"><span style="color: #0040ff; font-family: "Open Sans", Roboto, "Roboto Condensed", Arial, Helvetica, Verdana, sans-serif; font-weight: bold;"><span style="font-size: medium;">EFE</span></span><br />Madrid, 22 abr. 2021<br /><a href="https://www.efe.com/efe/espana/efefuturo/desarrollan-un-farmaco-que-revierte-los-sintomas-del-alzheimer-en-ratones/50000905-4518734" style="font-family: "Open Sans", Roboto, "Roboto Condensed", Arial, Helvetica, Verdana, sans-serif; font-size: 12px; font-weight: 700;">enlace</a></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York han diseñado un fármaco experimental que potencia un tipo de autofagia, un mecanismo natural de limpieza celular que elimina las proteínas no deseadas y que es capaz de revertir los síntomas de la enfermedad de Alzheimer en ratones, el paso previo para que funcione en humanos.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><img height="215" src="https://estaticos.efe.com/efecom/recursos2/imagen.aspx?-P-2fL4Jfo8HOMg2phjyHSbEUQT8BX1wKYPTQ4TncnkXVSTX-P-2bAoG0sxzXPZPAk5l-P-2fU5Uwpaakinp22QULSxJy44X7g-P-3d-P-3d" width="320" /><br />Ana María Cuervo, M.D., Ph.D, <br />del Albert Einstein College of Medicine. <br />EFE/Foto cedida<div class="body clearfix" role="main" style="box-sizing: border-box; clear: both; width: 880px;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">El estudio, publicado hoy en la revista Cell, ha sido dirigido por una de las científicas más destacadas de España, Ana María Cuervo, doctora titular de la Cátedra Robert y Renée Belfer para el Estudio de las Enfermedades Neurodegenerativas y codirectora del Instituto de Investigación sobre el Envejecimiento en el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York.<br /><br /><img height="295" src="https://estaticos.efe.com/efecom/recursos2/imagen.aspx?-P-2fL4Jfo8HOMg2phjyHSbEUVpxYSjIBlBEQ4TncnkXVSTX-P-2bAoG0sxzXPZPAk5l-P-2fU5Uwpaakinp22QULSxJy44X7g-P-3d-P-3d" width="400" /><br />Representación de autofagia mediada por chaperonas en una neurona: una proteína chaperona (círculo rojo) que acompaña a una molécula de proteína tau dañada (verde) se acopla a un receptor LAMP2 (azul) en el lisosoma de la célula (naranja) y empuja la proteína tau al interior del lisosoma, donde es digerida. EFE/Facultad de Medicina Albert Einstein</div><div class="body clearfix" role="main" style="box-sizing: border-box; clear: both; text-align: left; width: 880px;"><div class="fuente-share" id="div_fuente_share" style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 20px;"><div class="fuenteorigen" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-family: "Open Sans", Roboto, "Roboto Condensed", Arial, Helvetica, Verdana, sans-serif; font-size: 12px; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-weight: bold; line-height: 12px; margin: 0px 0px 10px 10px;"><br /></div></div><div class="fuente-share" id="div_fuente_share" style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 20px;"></div><div class="body clearfix" role="main" style="box-sizing: border-box; clear: both; width: 880px;"><br /><div style="text-align: center;"><br /></div></div><div class="fuente-share" id="div_fuente_share" style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 20px;"><br /></div></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-61600600286998842242019-12-31T02:16:00.001-08:002021-04-11T02:42:39.083-07:00Vídeo homenajea a bailarina con alzheimer que "baila" 'El Lago de los Cisnes'Granada, 9 nov 2020 (EFE).- "Música para despertar", asociación que promueve el uso terapéutico de la música en personas con alzheimer y otras demencias, ha homenajeado a Marta Cinta, que fue primera bailarina del Ballet de Nueva York en 1967, con la difusión de un vídeo en redes sociales en el que "baila" 'El Lago de los Cisnes'.<br /><br /><div><span style="text-align: start;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/owb1uWDg3QM" width="320" youtube-src-id="owb1uWDg3QM"></iframe></div><div style="text-align: center;"><br /></div>El psicólogo granadino Pepe Olmedo, fundador y director de la referida asociación, ha explicado a Efe que grabó hace ahora más de un año a esta artista cuando se encontraba en la Residencia Muro de Alcoy (Alicante), y que estos días ha colgado su reacción para recordarla varios meses después de su muerte durante el primer confinamiento.<br /><br />Marta González Saldaña, conocida como Marta Cinta, que hizo su formación artística en Estados Unidos e Iberoamérica y llegó a ser primera bailarina del Ballet de Nueva York en los años sesenta, se emociona desde su silla de ruedas e intenta interpretar principalmente co las manos la conocida composición de Tchaikovsky.<br /><br />En apenas unos días, más de ocho millones de personas han visto el vídeo en redes sociales como TikTok, Instagram, YouTube, Facebook o Twitter, donde celebridades como los actores Antonio Banderas han compartido la emoción y el poder de la música.<br /><br />"Una bailarina siempre será una bailarina. Emoción a flor de piel, al escuchar, sentir y volar junto con 'El lago de los Cisnes'", señala la publicación de la asociación, cuyo responsable ha indicado que este es un ejemplo de lo que tratan en los cursos de formación que desarrollan con residencias y sus familiares.<br /><br />"Promovemos que usen la música de forma terapéutica, basada en la psicología, en personas con alzheimer y otras demencias", ha explicado Olmedo, que invita a que los familiares vuelvan a acercar a sus allegados las canciones que pudieron acompañar su vida.<br /><br />"Nos encontramos con Marta González, conocimos su historia y probamos con ella las herramientas de 'Música para Despertar' (...) En el vídeo podemos ver cómo reacciona ante una de las canciones más importantes de su vida. Estaba cabizbaja y, ya al empezar los primeros acordes, conecta con la obra y se emociona", ha explicado.<br /><br />El proyecto de esta asociación, que ahora se promociona con el vídeo viral en internet, comenzó como un voluntariado desde el centro de mayores "Cáxar de la Vega", junto a la colaboración de los trabajadores, residentes y familiares.<br /><br />Desde entonces, ha tratado de compartir la filosofía con cuantas más personas, centros e instituciones les ha sido posible, y ya han llegado a diferentes ciudades de Asturias, Zaragoza, Madrid, Granada, Cádiz, Tenerife, Barcelona, País Vasco, Sevilla, Málaga, y otras de fuera de Costa Rica.<br /><br />La asociación busca "despertar" áreas del cerebro a través de la música y el amor, ya que entre las últimas en desaparecer en los afectados por alzheimer están precisamente las encargadas de la memoria musical y la capacidad de sentir emociones. EFE<div><br /></div><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-26217845130851690232019-11-20T02:14:00.003-08:002019-11-20T02:24:27.890-08:00Lo que hemos aprendido gracias a seis personas que solo tienen medio cerebroUna comparación entre personas a las que se les extirpó la mitad del cerebro durante la niñez con otras que lo mantienen intacto muestra la capacidad de ese órgano para reorganizarse y seguir funcionando<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" /></a><br />
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<a href="https://elpais.com/autor/daniel_mediavilla_gonzalez/a/">Daniel Mediavilla</a><br />
19-NOV-19<br />
<a href="https://elpais.com/tag/fecha/20191119"> enlace </a><br />
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<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/20KgoGadsEM/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/20KgoGadsEM?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
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<em><span style="font-size: x-small;">Imagen por resonancia magnética funcional en la que </span></em></div>
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<em><span style="font-size: x-small;">se muestra la actividad del medio cerebro que no </span></em></div>
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<em><span style="font-size: x-small;">fue extirpado Caltech Brain Imaging Center</span></em> </div>
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A veces nos imaginamos <a href="https://elpais.com/elpais/2019/08/16/ideas/1565956252_936786.html">el cerebro</a> como una especie de <a href="https://elpais.com/tag/ordenadores/a">computadora</a>. Como si se tratase de una máquina sofisticada, a cada región se le atribuye una función esencial para la vida, desde la memoria al lenguaje. Una avería en uno de esos módulos nos arrebataría esa habilidad. <a href="https://elpais.com/elpais/2019/09/19/ciencia/1568913982_799441.html">Y en ocasiones, es así</a>. Sin embargo, algunos casos extremos muestran que el cerebro es una máquina más versátil de lo que se piensa con muchas facetas aún desconocidas.<br />
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Un ejemplo de estos casos excepcionales es el de personas que viven con casi total normalidad con solo medio cerebro. En algunos niños con casos muy graves de epilepsia, que tienen varios ataques al día y en los que el origen del daño está localizado, se aplica una cirugía radical que consiste en extirpar todo un hemisferio del cerebro. Después de la operación, los pacientes pierden la movilidad de la mano opuesta al hemisferio extraído y la misma mitad del campo visual. Sin embargo, mantienen la capacidad para caminar, razonar o memorizar, y aunque a veces pueden tener problemas con el habla la suelen recuperar.<br />
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Estudiar a estas personas excepcionales puede ayudar a entender cómo funciona el cerebro más allá de la antigua imagen que relaciona regiones y capacidades. Esto es lo que ha hecho un equipo del Instituto Tecnológico de California (Caltech) que publica sus resultados hoy en <a href="https://www.cell.com/cell-reports/fulltext/S2211-1247(19)31381-6">la revista Cell Reports</a>. Los investigadores reclutaron a seis participantes en la veintena y la treintena a los que se les habría extraído uno de sus hemisferios cerebrales durante su infancia, entre los 3 meses y los once años de edad. Junto a otros seis voluntarios con ambos hemisferios como grupo para comparar, se les introdujo en una máquina de resonancia magnética funcional, que permite ver el interior del cerebro en acción. <br />
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Dorit Kliemann, investigadora de Caltech y primera autora del artículo, destaca que los voluntarios con solo medio cerebro tenían “las capacidades lingüísticas intactas” y casi “se podía olvidar su dolencia cuando les conocías”. Eso hacía aún más sorprendente ver en el escáner que dentro de su cabeza solo había medio cerebro.<br />
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Los autores observaron las redes del cerebro relacionadas con el control de la visión, el movimiento, el razonamiento o las emociones. Antes de ver los resultados pensaban que las personas con un solo hemisferio tendrían conexiones más débiles entre estas zonas porque, en condiciones normales, muchas de esas redes requieren conexiones entre las dos mitades del cerebro. Sin embargo, la conectividad global parecía normal, e incluso vieron conexiones entre las distintas redes más fuertes que en los sujetos empleados como control que tenían los dos hemisferios intactos.<br />
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"El trabajo, con sus limitaciones, tiene interés en la línea de romper con la idea clásica de que distintas regiones del cerebro tienen funciones concretas. No tiene mucho sentido buscar la región del lenguaje, de la ira o la inteligencia. Cada vez más estudios nos enseñan que el cerebro es un conjunto que puede funcionar de muchas maneras”, comenta <a href="https://www.juradolab.com/about">Sandra Jurado</a>, investigadora del Instituto de Neurociencias de Alicante (UMH-CSIC). Esto se ve, por ejemplo, en personas a las que han extraído el hemisferio izquierdo, que se describe como el hemisferio del lenguaje. “Estas personas, aunque con dificultad, pueden recuperar la capacidad del lenguaje, así que el hemisferio derecho puede realizar esas funciones”, añade Jurado.<br />
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Además, Jurado menciona un detalle que los investigadores no destacan en su estudio porque la muestra de solo seis personas hace excesiva una generalización. “Lo que me parece más provocador de estos resultados es la idea de que en esos pocos pacientes las regiones del mismo hemisferio están más conectadas. Esa mayor conectividad indicaría que tienen mayor capacidad cognitiva, que tienen mayor capacidad de interacción social y realizan algunas tareas mejor que los que tienen los dos hemisferios”, señala.<br />
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Los autores del trabajo afirman que el conocimiento del modo en que el cerebro se reorganiza para compensar lesiones, incluso tan graves como las de estos niños epilépticos, puede ayudar a diseñar mejores estrategias para ayudar a personas con daños neurológicos graves.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-2963005132335007672019-03-26T04:51:00.003-07:002019-03-26T04:53:57.207-07:00El cerebro produce miles de neuronas nuevas hasta pasados los 80 añosInvestigadores españoles observan una alta capacidad de regeneración en el hipocampo, epicentro de la memoria y el aprendizaje<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" /></a><br />
<div class="articulo__apertura" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #444444; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; letter-spacing: normal; margin: 0px; orphans: 2; padding: 0px; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; vertical-align: baseline; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<a href="https://elpais.com/elpais/2019/03/22/ciencia/1553275685_962482.html">enlace</a><header class="articulo-encabezado " id="articulo-encabezado" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; display: block; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 1.25rem 0px 0px; vertical-align: baseline;">
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<div class="compartir__interior" style="border-color: rgba(100, 100, 100, 0.1) currentColor; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-style: solid none; border-width: 0.06rem 0px; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0.62rem 0px; vertical-align: baseline;">
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<button class="boton_facebook" id="superior_fb" style="-webkit-appearance: button; background: 0px 0px; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-radius: 1.06rem; border: currentColor; color: inherit; cursor: pointer; display: inline-block; float: left; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 2.12rem; font-stretch: inherit; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; height: 2.12rem; line-height: 2.12rem; margin: 0px 0.43rem 0px 0px; overflow: visible; padding: 0px; position: relative; text-indent: -9999px; text-transform: none; touch-action: manipulation; width: 2.12rem;"> </button>
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<div class="compartir-otros" id="compartir-otros_sup" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; float: left; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0.43rem 0px 0px; min-height: 1.87rem; min-width: 1.87rem; padding: 0px; position: relative; vertical-align: baseline;">
<button class="boton_compartir-otros" id="boton_compartir-otros_sup" style="-webkit-appearance: button; background: 0px 0px; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-radius: 1.06rem; border: currentColor; color: inherit; cursor: pointer; display: inline-block; float: left; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 2.12rem; font-stretch: inherit; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; height: 2.12rem; line-height: 2.12rem; margin: 0px; overflow: visible; padding: 0px; position: relative; text-indent: -9999px; text-transform: none; touch-action: manipulation; width: 2.12rem;">Otros</button>
</div>
<a class="boton_comentarios" href="https://elpais.com/elpais/2019/03/22/ciencia/1553275685_962482.html#comentarios" id="boton_comentarios" style="background-color: #d0d0d0; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-radius: 1.06rem; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; display: inline-block; float: left; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 2.12rem; font-stretch: inherit; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; height: 2.12rem; line-height: 2.12rem; margin: 0px 0.43rem 0px 0px; min-width: 2.12rem; padding: 0px; position: relative; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline; width: auto;"> <span class="boton-contador" id="num_comentarios_header_compartir_1553529680-9d276c91ea6375306d377822a4c8d1cc" style="border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: white; display: inline-block; float: right; font-family: inherit; font-size: 0.75rem; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: 2.18rem; margin: 0px; padding: 0px 0.75rem 0px 2.37rem; text-align: left; vertical-align: baseline;">26</span></a>
</div>
<div class="compartir-varios" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; float: right; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="favoritos" id="favoritos" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; float: left; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 0px 0.43rem; padding: 0px; position: relative; vertical-align: baseline;">
<a class="boton_favoritos" href="https://plus.elpais.com/conectar?backURL=https%3A%2F%2Felpais.com%2Felpais%2F2019%2F03%2F22%2Fciencia%2F1553275685_962482.html&o=FAV" id="boton_favoritos" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-radius: 1.06rem; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; display: inline-block; float: left; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 2.12rem; font-stretch: inherit; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; height: 2.12rem; line-height: 2.12rem; margin: 0px; padding: 0px; position: relative; text-decoration: none; text-indent: -9999px; text-transform: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline; width: 2.12rem;" title="Tienes que estar registrado en EL PAÍS y haber iniciado sesión para poder guardar en favoritos">Conéctate</a></div>
<div class="correo" id="correo" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; float: left; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 0px 0.43rem; padding: 0px; position: relative; vertical-align: baseline;">
<button class="boton_correo" id="superior_enviar" style="-webkit-appearance: button; background: 0px 0px; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-radius: 1.06rem; border: currentColor; color: inherit; cursor: pointer; display: inline-block; float: left; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 2.12rem; font-stretch: inherit; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; height: 2.12rem; line-height: 2.12rem; margin: 0px; overflow: visible; padding: 0px; position: relative; text-indent: -9999px; text-transform: none; touch-action: manipulation; width: 2.12rem;">Enviar por correo</button></div>
<button class="boton_imprimir" id="boton_imprimir" style="-webkit-appearance: button; background: 0px 0px; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-radius: 1.06rem; border: currentColor; color: inherit; cursor: pointer; display: inline-block; float: left; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 2.12rem; font-stretch: inherit; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; height: 2.12rem; line-height: 2.12rem; margin: 0px 0px 0px 0.43rem; overflow: visible; padding: 0px; position: relative; text-indent: -9999px; text-transform: none; touch-action: manipulation; width: 2.12rem;"><span class="nombre" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Imprimir</span></button>
</div>
</div>
</aside>
</header>
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<div class="articulo-apertura " style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="firma " style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #a4a4a4; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 0.43rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="autor" itemprop="author" itemscope="" itemtype="https://schema.org/Person" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; float: left; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 1.31rem 0px 0px; padding: 0px; position: relative; vertical-align: baseline;">
<div class="autor-texto" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span class="autor-nombre" itemprop="name" style="border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; display: inline-block; float: left; font-family: inherit; font-size: 0.64em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: 145.45%; margin: 0px; padding: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: baseline;">
<a href="https://elpais.com/autor/nuno_dominguez_angulo/a/" itemprop="url" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #111111; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;" title="Ver todas las noticias de Nuño Domínguez">Nuño Domínguez</a>
</span>
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<div class="autor-perfiles" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; float: left; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 0px 0.15rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<ul class="autor-perfiles-listado" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; display: inline; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; list-style: none; margin: 0px auto; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<li style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; display: inline; float: left; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; height: auto; margin: 0px 0.12rem; max-height: 1rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><a class="boton_twitter" href="https://twitter.com/Nunodomin" itemprop="sameAs" rel="nofollow" style="background-color: transparent; background-size: 1.12rem auto; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; display: block; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 2rem; font-stretch: inherit; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; height: 1rem; line-height: 3rem; margin: 0px; padding: 0px; position: relative; text-decoration: none; text-indent: -9999px; text-transform: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline; width: 1.12rem;" target="_blank">Twitter</a></li>
</ul>
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</div>
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<div class="articulo-datos" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #a4a4a4; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: 1rem; margin: 0px 0px 1.25rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<time class="articulo-actualizado" datetime="2019-03-26T12:08:49+01:00" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 0.64em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 500; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: baseline;">
<a href="https://elpais.com/tag/fecha/20190326" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #a4a4a4; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;" title="Ver todas las noticias de esta fecha">
26 MAR 2019 - 12:08 CET </a>
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</div>
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</div>
<span style="background-color: white; color: #444444; display: inline; float: none; font-size-adjust: inherit; font-stretch: inherit; font: inherit; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
</span><br />
<div class="articulo__contenedor" id="articulo_contenedor" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #444444; float: left; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; letter-spacing: normal; margin: 0px; orphans: 2; padding: 0px; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; vertical-align: baseline; white-space: normal; width: 40rem; word-spacing: 0px;">
<figure class="foto centro foto_w980" itemprop="image" itemscope="" itemtype="https://schema.org/ImageObject" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; clear: both; display: block; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px auto 1.56rem; padding: 0px; position: relative; vertical-align: baseline;">
<img alt="Varios investigadores observan muestras cerebrales en una imagen de archivo." height="638" src="https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/03/22/ciencia/1553275685_962482_1553517270_noticia_normal.jpg" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; display: block; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; height: auto; margin: 0px; max-width: 100%; padding: 0px; vertical-align: baseline;" width="980" />
<figcaption class="foto-pie" itemprop="caption" style="border-color: currentColor currentColor rgb(208, 208, 208); border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-style: none none dotted; border-width: 0px 0px 0.06rem; box-sizing: border-box; color: #646464; display: block; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 0.76em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: 108%; margin: 0px; padding: 0.31rem; text-align: right; vertical-align: baseline;"> <span class="foto-texto" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Varios investigadores observan muestras cerebrales en una imagen de archivo.</span> <span class="foto-firma" style="border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #111111; font-family: inherit; font-size: 0.84em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 500; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: baseline;"><span class="foto-autor" itemprop="author" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Getty Images</span> </span></figcaption>
</figure>
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<div class="articulo-cuerpo" id="cuerpo_noticia" itemprop="articleBody" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; display: inline; float: none; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: 165%; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline; width: auto;">
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Durante más de siete años, la bióloga María Llorens ha recopilado cuidadosamente trocitos de cerebro de personas fallecidas. Algunas no sufrían ninguna enfermedad neurodegenerativa y otras tenían indicios claros de alzhéimer. Un neuropatólogo extrajo de cada cerebro el hipocampo, el epicentro de la memoria, tomó muestras de un centímetro de lado, aplicó productos químicos para conservarlas sin dañarlas y se las envió a Llorens. Ella las cortó en finísimas láminas de cinco micras para poder observarlas al microscopio. En total, consiguió muestras de 58 personas que eran como oro puro, pues este tipo de material biológico es escaso debido al reducido número de cuerpos donados a la ciencia.</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Gracias al estudio de esos cerebros el grupo de investigación de Llorens en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa ha confirmado que los humanos generamos neuronas nuevas a lo largo de toda la vida. Hasta personas cercanas a los 90 años producen decenas de miles de células nerviosas nuevas que son esenciales para la memoria y el aprendizaje.</div>
<section class="sumario_foto derecha" id="sumario_3|foto" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; clear: both; display: block; float: right; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0.5rem 0px 1.56rem 1.87rem; padding: 0px; vertical-align: baseline; width: 18.75rem;">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="sumario_3" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;"></a>
<div class="sumario__interior" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<figure class="foto foto_w360" itemprop="image" itemscope="" itemtype="http://schema.org/ImageObject" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; display: block; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 0.93rem; padding: 0px; position: relative; vertical-align: baseline;">
<img alt="María Llorens (centro) junto a su grupo de investigación en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM)" height="482" src="https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/03/22/ciencia/1553275685_962482_1553518846_sumario_normal_recorte1.jpg" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; display: block; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; height: auto; margin: 0px; max-width: 100%; padding: 0px; vertical-align: baseline;" width="360" />
<figcaption class="foto-pie" itemprop="caption" style="border-color: currentColor currentColor rgb(208, 208, 208); border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-style: none none dotted; border-width: 0px 0px 0.06rem; box-sizing: border-box; color: #646464; display: block; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 0.76em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: 108%; margin: 0px; padding: 0.31rem; text-align: right; vertical-align: baseline;"> <span class="foto-texto" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">María Llorens (centro) junto a su grupo de investigación en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM)</span></figcaption>
</figure>
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<div class="sumario-texto" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 0.88em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: 165%; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
</div>
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</section>
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<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
El estudio, publicado hoy en <em style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: italic; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><a href="https://www.nature.com/articles/s41591-019-0375-9" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;">Nature Medicine</a></em>, es una nueva y contundente entrega en una polémica científica que se ha intensificado recientemente: ¿nacemos con un número determinado de neuronas y las vamos perdiendo a lo largo de la vida o hay regeneración? La respuesta tiene importantes implicaciones tanto para el funcionamiento básico de la mente como para abordar sus enfermedades, especialmente las degenerativas como el párkinson o el <a href="https://elpais.com/tag/alzheimer/a" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;">alzhéimer.</a></div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
La regeneración neuronal —neurogénesis— en el hipocampo se ha observado en ratones y en primates. Desde 1998, varios estudios han demostrado con métodos diferentes que también los humanos producen neuronas nuevas en el hicocampo. Uno de los más originales fue Jonás Frisén, del Instituto Karolinska, que usó isótopos del carbono 14 liberado por bombas nucleares detonadas durante la Guerra Fría para calcular la edad de las neuronas en muestras cerebrales de 55 personas fallecidas. El equipo observó que el giro dentado, parte del hipocampo, contenía cientos de neuronas nacidas después de las explosiones cuando las personas ya eran adultas</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
La polémica llegó con Arturo Álvarez-Buylla, premio Príncipe de Asturias en 2011 por su estudio de la neurogénesis. Su equipo intentó demostrar la existencia de neuronas jóvenes en muestras cerebrales de 59 personas de diferentes edades, desde fetos a adultos. En contra de lo que esperaba, sus resultados, publicados el año pasado, mostraron que <a href="https://elpais.com/elpais/2018/03/07/ciencia/1520446702_605579.html" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;">la producción de neuronas nuevas se desploma</a> tras el primer año de vida y desaparece al final de la infancia.</div>
<section class="sumario_html izquierda" id="sumario_1|html" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; clear: both; display: block; float: left; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0.5rem 1.87rem 1.56rem 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline; width: 18.75rem;">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="sumario_1" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;"></a>
<div class="sumario__interior" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="sumario-texto" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 0.88em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: 165%; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="texto_grande" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0.06rem solid rgb(68, 68, 68); box-sizing: border-box; color: black; font-size-adjust: none; font-size: 1.46em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: 114%; margin: 0px 0px 1.56rem; padding: 1.68rem; vertical-align: baseline;">
El trabajo detecta una ralentización de la producción de nuevas neuronas según avanza la edad</div>
</div>
</div>
</section>
<br />
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
“Desde entonces este campo se sumió en el desconcierto”, reconoce Llorens. Su estudio ha analizado el giro dentado de 13 personas fallecidas entre los 43 y los 87 años que no sufrían enfermedades neurológicas. Los científicos aplicaron a las muestras cuatro anticuerpos que se unen a la doblecortina, una proteína de neuronas en desarrollo. Así, se detectaron unas 30.000 neuronas jóvenes por milímetro cúbico de cerebro en una zona del giro dentado conocido como capa granular. Las neuronas jóvenes suponen un 4% del total de neuronas presentes en esta zona del hipocampo, una cantidad “sorprendentemente alta”, reconoce Llorens.</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
El trabajo detecta una ralentización de la producción de nuevas neuronas según avanza la edad, por lo que las personas más jóvenes tienden a tener más que las más mayores. “Las neuronas granulares son las primeras que reciben un estímulo nervioso llegado de otras zonas del cerebro y permiten que sea procesado y enviado a otras áreas, por lo que tiene sentido que sean las que se regeneran a lo largo de la vida”, explica Llorens.</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
También se ha analizado el encéfalo de 45 personas con alzhéimer. En las fases más tempranas de la enfermedad, cuando ni siquiera se detectan agregaciones de proteínas típicas de la dolencia, existen unas 20.000 neuronas jóvenes por milímetro cúbico, un 33% menos que en las personas sanas, según el estudio. Los enfermos más avanzados tienen apenas 11.000 (un 63% menos), y representan solo el 1,5% del área del hipocampo analizada.</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Los investigadores especulan con que este tipo de neuronas podría funcionar como un método de diagnóstico temprano del <span style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">alzhéimer</span><span style="background-color: white; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #222222; display: inline; float: none; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 16px; font-stretch: inherit; font-style: normal; font-variant: inherit; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; vertical-align: baseline; white-space: normal; word-spacing: 0px;">—</span>para lo que antes habría que desarrollar un método no invasivo para usarlo en personas vivas sin causar daños<span style="background-color: white; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #222222; display: inline; float: none; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 16px; font-stretch: inherit; font-style: normal; font-variant: inherit; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; vertical-align: baseline; white-space: normal; word-spacing: 0px;">—</span> o incluso ser la base de una intervención terapéutica para aumentar el número de neuronas regeneradas.</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
“La memoria y la capacidad de aprendizaje están disminuidas por la enfermedad de <span style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">alzhéimer </span>y los resultados que hemos obtenido lo apoyan y explican un posible mecanismo”, explica Jesús Ávila, investigador del Severo Ochoa y coautor del trabajo, en el que también han participado investigadores del CSIC, el Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Neurodegenerativas, el banco de cerebros de la Fundación CIEN, y la Universidad Europea de Madrid.</div>
<section class="sumario_html derecha" id="sumario_2|html" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; clear: both; display: block; float: right; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0.5rem 0px 1.56rem 1.87rem; padding: 0px; vertical-align: baseline; width: 18.75rem;">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="sumario_2" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;"></a>
<div class="sumario__interior" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="sumario-texto" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size-adjust: none; font-size: 0.88em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: 165%; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="texto_grande" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0.06rem solid rgb(68, 68, 68); box-sizing: border-box; color: black; font-size-adjust: none; font-size: 1.46em; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: 114%; margin: 0px 0px 1.56rem; padding: 1.68rem; vertical-align: baseline;">
Personas con alzheimer avanzado tienen un 60% menos neuronas jóvenes que las que no sufren la dolencia</div>
</div>
</div>
</section>
<br />
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
El tratamiento químico que se aplica a las muestras cerebrales una vez fallecida la persona puede explicar por qué otros grupos no veían neurogénesis en adultos. Cuanto más tiempo se dejan las muestras en paraformaldehido para fijarlas, menos neuronas en estado de maduración se detectan. El estudio muestra que en el cerebro de una misma persona se pueden detectar miles de neuronas en maduración o no ver ninguna cuando la muestra se ha dejado fijando más de 12 horas. Esto puede explicar por qué Álvarez-Buylla no las encontraba en las muestras de adultos.</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
El neurobiólogo mexicano Álvarez-Buylla considera que la cuestión no está zanjada. "Nosotros estudiamos cerebros que habían estado fijados menos de 12 horas y no encontramos neuronas, aunque usamos un anticuerpo diferente". "Las neuronas inmaduras que ellos detectan son muy grandes, parecen de hecho totalmente maduras por el tamaño, y sorprende que bajo ellas no haya otra capa con células inmaduras más pequeñas. Este es un problema bien complicado que se remonta más de un siglo, a la época de Ramón y Cajal. Tal vez necesitemos métodos alternativos para poder zanjar la cuestión", resalta.</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
El año pasado, <a href="https://www.columbiapsychiatry.org/profile/maura-boldrini-md" style="background-color: transparent; border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;" target="_blank">Maura Boldrini</a>, psiquiatra de la Universidad de Columbia (EE UU), detectó regeneración neuronal en personas de 14 a 79 años. Aunque veían un declive con la edad, el estudio demostraba que personas mayores sin enfermedades neurológicas conservan esta capacidad regenerativa y especulaba que tal vez este sea un mecanismo que protege la mente de los achaques de la edad. “Este estudio aporta una confirmación muy importante”, opina la psiquiatra.</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Boldrini estudia la conexión entre neurogénesis y depresión. “Hemos demostrado tanto en ratones como en humanos que los antidepresivos aumentan la producción de neuronas nuevas en el hipocampo”, explica. “Este tipo de neuronas están involucradas en la respuesta emocional al estrés y la memoria, dos capacidades que se ven mermadas con la depresión. A su vez estas neuronas conectan con la amígdala, que controla el miedo y la ansiedad, y a su vez esta conecta con otros puntos encargados de la toma de decisiones, capacidades que también se ven afectadas por la depresión”, resalta la psiquiatra.</div>
<div dir="ltr" style="border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border: 0px currentColor; box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-stretch: inherit; font: inherit; margin: 0px 0px 2.18rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Para Juan Carlos Portilla, vocal de la Sociedad Española de Neurología, "este trabajo despeja las dudas que habían planteado estudios anteriores, que no eran tan detallados metodológicamente". "Una de las cosas más interesantes es que desvela un nuevo mecanismo patogénico de la enfermedad de alzhéimer", destaca.</div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-47353831515616728592018-07-25T02:26:00.002-07:002018-07-25T02:26:18.785-07:00Un 40% de las personas tienen recuerdos de la infancia falsos Casi la mitad de los participantes en un estudio evoca recuerdos de etapas de la vida en la que no se guardan memorias autobiográficas<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" /></a><br /><a href="https://elpais.com/autor/daniel_mediavilla_gonzalez/a/"><span style="color: #cc3300;">Daniel Mediavilla</span></a> <br /> 25 JUL 2018 <br /><a href="https://elpais.com/elpais/2018/07/23/ciencia/1532363183_072975.html"><span style="color: #cc3300;">enlace</span></a><br /><br />
<div class="post-body entry-content" id="post-body-6874160411216270303" itemprop="articleBody">
<div class="articulo__apertura" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; border-image: none; border: 0px rgb(68, 68, 68); box-sizing: border-box; color: #444444; font-size-adjust: none; font-size: 16.93px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 26.66px; margin: 0px; orphans: 2; padding: 0px; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; vertical-align: baseline; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div class="articulo-apertura " style="border-image: none; border: 0px rgb(68, 68, 68); box-sizing: border-box; clear: none; display: block; font-size-adjust: none; font-size: 16.93px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; line-height: 26.66px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<br /> <br /><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2018/07/23/ciencia/1532363183_072975_1532363536_noticia_normal_recorte1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Durante la infancia se construyen memorias que después desaparecen" border="0" src="https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2018/07/23/ciencia/1532363183_072975_1532363536_noticia_normal_recorte1.jpg" style="border-image: none; border: 0px rgb(68, 68, 68); box-sizing: border-box; display: block; font-size-adjust: none; font-size: 16.93px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; line-height: 26.66px; margin-top: 0px; max-width: 640px; padding: 0px; vertical-align: baseline;" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #444444;"><span class="foto-texto" style="border-image: none; border: 0px rgb(100, 100, 100); box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-size: 12.86px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; line-height: 13.33px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Durante la infancia se construyen memorias que después desaparecen</span> </span><span class="foto-firma" style="border-image: none; border: 0px rgb(17, 17, 17); box-sizing: border-box; color: #111111; font-size: 10.8px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 500; line-height: 13.33px; margin: 0px; padding: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: baseline;"><span class="foto-autor" itemprop="author" style="border-image: none; border: 0px rgb(17, 17, 17); box-sizing: border-box; font-size-adjust: none; font-size: 10.8px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 500; line-height: 13.33px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Photo by Joseph Rosales on Unsplash</span> </span><br /><div class="articulo-cuerpo" id="cuerpo_noticia" itemprop="articleBody" style="border-image: none; border: 0px rgb(68, 68, 68); box-sizing: border-box; display: inline; float: none; font-size-adjust: none; font-size: 16.93px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; line-height: 28px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline; width: auto;">
</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<a href="https://elpais.com/tag/fecha/20180725"></a><a href="https://elpais.com/tag/fecha/20180725"><span style="color: #cc3300;"> </span></a><br /> Hay gente que dice recordar el momento de dar sus primeros pasos o cómo estaba en la cuna con los pañales puestos. En un estudio reciente con más de 6.500 participantes publicado en la revista <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30016599"><span style="color: #cc3300;">Psychological Science</span></a>, el 40% tenía memorias de este tipo, que corresponderían a bebés de uno o dos años. Sin embargo, los estudios que han tratado de determinar cuándo se forman las primeras memorias autobiográficas que perduran hasta la edad adulta concluyen que no lo hacen antes de los tres o los cuatro años. Algunos estudios consideran incluso que esos recuerdos son más bien fragmentos y para hablar de algo parecido a una memoria completa habría que esperar a los cinco o seis años de edad.<br /> Eso no quiere decir que los niños no acumulen recuerdos. Algunos investigadores han observado cómo una persona de seis años puede recordar algo que sucedió alrededor de su primer cumpleaños, pero a partir de una cierta edad, probablemente debido a cambios durante distintas fases del desarrollo cerebral, esas memorias desaparecen y no se pueden recuperar al llegar a la adolescencia. Este fenómeno es lo que se ha bautizado como amnesia infantil. Los recuerdos que perduran suelen formarse a partir de los tres o los cuatro años, cuando los niños comienzan a contar historias sobre sus propias vidas, algo que sugiere que esas memorias están relacionadas con la capacidad para utilizar el lenguaje.<br /> En el trabajo que se publica en Psychological Science, investigadores de la Universidad de la City de Londres trataron de explicar el origen de estas memorias ficticias. Como han mostrado en muchas ocasiones <a href="http://esmateria.com/2014/02/05/tus-recuerdos-del-pasado-han-sido-manipulados/"><span style="color: #cc3300;">los estudiosos de la memoria</span></a>, esta capacidad se parece poco a un sistema de grabación que recoge la realidad y más a la construcción de un relato que nos ayuda a tener una identidad con la que adaptarnos mejor a la vida.<br /> Respecto a los recuerdos infantiles que nunca existieron, los investigadores creen que se generan por diversos motivos. Por un lado, hay memorias sobre cosas que sucedieron en un momento determinado a las que después se clasifica en un periodo de tiempo anterior. Por otro, en ocasiones se mezclan recuerdos vagos de una etapa temprana de la vida con datos o anécdotas que se han escuchado después. Todo junto, con el tiempo, acaba componiendo una representación mental que se acaba experimentando como si fuese una memoria de algo que sucedió en un momento concreto. Los investigadores observaron que este fenómeno era más común a partir de la mediana edad y plantean que esas personas pueden haber generado esos recuerdos porque han tenido más oportunidades de revivir su pasado y, en ese proceso, reescribirlo.<br /> Martin Conway, director del Centro para la Memoria y la Ley de la Universidad de la City de Londres y autor principal del estudio, apunta que este tipo de memorias ficticias puede tener “una explicación adaptativa”. “Cuando somos adultos, tener una historia personal consistente y positiva puede ayudar a tener una buena imagen de uno mismo y a mejorar nuestra relación con los demás”, señala. La persona que construye estas memorias ficticias no lo hace de manera consciente. “Alguien puede hacer escuchado que su madre tenía un cochecito verde, después esta persona imagina qué aspecto podría tener y al cabo del tiempo se va formando una memoria a la que la persona acaba añadiendo nuevos elementos, como los juguetes que podría ver tumbado en ese carrito”, continúa. Todos estos recuerdos acaban por parecer reales para la persona que los evoca.<br /> Estudios como el liderado por Conway advierten una vez más del relativo escepticismo con que debemos acercarnos a nuestras propias memorias. En algunos experimentos clásicos, como los realizados por la investigadora de la Universidad de California en Irvine <a href="https://elpais.com/elpais/2017/03/13/eps/1489405172_148940.html"><span style="color: #cc3300;">Elisabeth Loftus</span></a>, se ha mostrado cómo es posible insertar memorias falsas en una persona. En algunos de ellos, hasta un 16% dijo haber presenciado posesiones demoniacas y un 30% recordó haberse encontrado en Disneyland con Bugs Bunny, un personaje de la Warner, que además estaba drogado y les chupó las orejas.<br /> Otros trabajos han observado también la influencia de la cultura en el tipo de recuerdos que elegimos recuperar de nuestra infancia. Entre los europeos o norteamericanos, por ejemplo, las personas se suelen recordar a sí mismas con más frecuencia como participantes activos en sus primeras memorias mientras los asiáticos o las personas de oriente medio se sitúan habitualmente como observadores. Una vez más, la cultura y lo que consideramos más apropiado para nuestra identidad adapta la realidad que vivimos para construir las memorias más útiles para cada uno.</div>
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Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-34592719137262497552018-01-14T00:53:00.002-08:002018-01-14T00:56:13.845-08:00Feel helpless against Alzheimer’s disease?<div class="article-header" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin: 35.04px 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;">You can do something to help prevent it
</span></div>
<div class="article-header" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: black; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin: 35.04px 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="color: black;"><span style="font-size: small;"><span class="date" style="box-sizing: border-box; color: #aaaaaa;">Jan 10, 2018</span>
<span class="separator" style="box-sizing: border-box; color: #aaaaaa;"> / </span>
</span><span class="author" style="box-sizing: border-box; color: #aaaaaa;">Lisa Genova</span></span><br />
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<img height="94" src="http://www.theupportunity.com/wp-content/uploads/2015/02/319335.gif" width="200" /><br />
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<a href="https://ideas.ted.com/feel-helpless-against-alzheimers-disease-you-can-do-something-to-help-prevent-it/">enlace</a><br />
</div>
<div class="article-header" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: black; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin: 35.04px 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img height="240" src="https://tedideas.files.wordpress.com/2018/01/featured_art_sachavega_istock.gif?w=750" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="400" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sacha Vega/iStock </td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="article-header" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: black; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin: 35.04px 0px; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<strong>We should all feel empowered to take steps to keep our brains and bodies healthy, says neuroscientist and novelist Lisa Genova. </strong><br />
<strong></strong><br />
<br />
How many of you reading this would like to live to be at least 80 years old? I think we all have a hopeful expectation of living into old age. Now let’s project this thought out into the future, and imagine we’re all 85. Out of every two people, one of us probably has Alzheimer’s disease. <br />
<br />
Maybe you’re thinking, “Well, it won’t be me.” OK, then, you’ll be a caregiver. In some way, this terrifying disease is likely to affect us all. <br />
<br />
Part of the fear around Alzheimer’s stems from the sense that there’s nothing we can do about it. Despite decades of research, we still have no disease-modifying treatment and no cure. So, if we’re lucky enough to live long enough, Alzheimer’s appears to be our brain’s destiny. <br />
<br />
But maybe it doesn’t have to be. What if I told you that we could change these statistics — perhaps change our brain’s destiny — without relying on a cure or advancements in medicine? <br />
<br />
Before we get into this, let’s go over what we currently understand about the neuroscience of Alzheimer’s. The point of connection between two neurons, or nerve cells, is called the synapse. The synapse is where neurotransmitters are released, transmitting signals and enabling communication. It’s where we think, feel, see, hear, desire and remember — and it’s where Alzheimer’s happens. <br />
<br />
During the information communication process, in addition to releasing neurotransmitters like glutamate into the synapse, neurons also release a small peptide called amyloid beta. Normally, amyloid beta is cleared away or metabolized by microglia, the janitor cells of our brains. While the molecular causes of Alzheimer’s are still debated, most neuroscientists believe the disease begins when amyloid beta begins to accumulate. If too much is released or not enough is cleared away, the synapse begins to pile up with amyloid beta. When this happens, it binds to itself, forming sticky aggregates called amyloid <a href="https://www.alz.org/braintour/plaques_tangles.asp">plaques</a>. <br />
<br />
If you’re 40 years old or older, this initial step into the disease — the presence of accumulating plaques — can already be found in your brain, but the only way to be sure of this would be through a PET scan. Otherwise, you’re not showing any impairments in memory, language or cognition … yet. <br />
<br />
Scientists think it takes at least 15 to 20 years of amyloid plaque accumulation before it reaches a tipping point, which then triggers a molecular cascade that causes the clinical symptoms of the disease. Prior to the tipping point, your lapses in memory may include things like,”Why did I come in this room?” or “Oh, what’s his name?” or “Where did I put my keys?” Before you freak out because you’ve asked at least one of those questions in the last 24 hours, those are all normal kinds of forgetting. In fact, these examples might not even involve your memory — maybe you just didn’t pay attention to where you put your keys in the first place. <br />
<br />
After the tipping point actually occurs, those glitches in memory, language and cognition are different. Instead of eventually finding your keys in your coat pocket or on the table by the door, you find them in the refrigerator — or you find them and you think, “What are these for?” <br />
<br />
What happens when amyloid plaques accumulate and reach this tipping point? Our microglia janitor cells become hyper-activated, releasing chemicals that cause inflammation and cellular damage. Scientists think they might actually start clearing away the synapses themselves. A crucial neural transport protein called tau becomes <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2656563/">hyperphosphorylated</a> and twists itself into tangles, which choke off the neurons from the inside. By mid-stage Alzheimer’s, your brain is full of massive inflammation, tangles and cell death. <br />
<br />
If you were a scientist trying to cure this disease, at what point would you ideally want to intervene? Many researchers are betting big on the simplest solution: keeping amyloid plaques from reaching a tipping point. As a result, drug discovery is largely focused on developing a compound that will prevent, eliminate or reduce amyloid plaque accumulation. Which means the cure for Alzheimer’s will likely be a preventative medicine. We’ll need to take a pill before we reach the tipping point, before the cascade is triggered, before we start leaving our keys in the refrigerator. That may be why, to date, these kinds of drugs have failed in clinical trials — not because the science wasn’t sound but because the people in these trials were already symptomatic. It was too late. <br />
<br />
Think of amyloid plaques as a lit match. At the tipping point, the match sets fire to the forest. Once the forest is ablaze, it doesn’t do any good to blow out the match. You must blow out the match before the forest catches fire. <br />
<br />
This is actually good news for us, because it turns out the way we live can influence the accumulation of amyloid plaques. There are things we can do to keep us from reaching the tipping point. Picture your risk of Alzheimer’s as a seesaw scale. Pile risk factors on one arm of your seesaw, and when that arm hits the floor, you are symptomatic and diagnosed with Alzheimer’s. So, let’s imagine you’re 50 years old. You’re not a spring chicken anymore, so you’ve accumulated some amyloid plaques with age. Your arm is tipped a little bit. <br />
<br />
We’ve all inherited DNA from our moms and our dads, and some of our genes will increase our risk and others will decrease it. If you’re like the character Alice in my book <a href="http://geni.us/io9rBah">Still Alice</a>, you’ve inherited a rare genetic mutation that cranks out amyloid beta, which will tip your seesaw arm to the ground. <br />
<br />
But for most of us, the genes we inherit will tip the arm only a bit. For example, the gene variant increases amyloid, but you can inherit a copy of APOE4 from Mom and Dad and still never get Alzheimer’s. That means for most of us, our DNA alone does not determine whether we get Alzheimer’s. So what does? <br />
<br />
Sleep could be a factor. In slow-wave deep sleep, our glial cells rinse cerebrospinal fluid throughout our brains, clearing away metabolic waste that accumulated in our synapses while we were awake. Deep sleep is like a power cleanse for the brain, and a single night of sleep deprivation <a href="https://medicine.wustl.edu/news/lack-sleep-boosts-levels-alzheimers-proteins/">can lead</a> to an increase in amyloid beta. At the same time, amyloid accumulation <a href="https://www.reuters.com/article/us-health-sleep-amyloid-alzheimers/sleep-disruption-increases-alzheimers-related-protein-levels-idUSKBN19W1WR">has been shown</a> to disrupt sleep, which in turn causes more amyloid to accumulate. So there’s a positive feedback loop that’s going to accelerate the tipping of the seesaw. Some scientists even believe poor sleep hygiene may be a predictor of Alzheimer’s. <br />
<br />
Cardiovascular health is another factor. High blood pressure, diabetes, obesity, smoking and high cholesterol have all been shown to increase the risk of developing Alzheimer’s. Some studies have shown that <a href="https://www.alz.org/research/science/alzheimers_prevention_and_risk.asp">as many as 80 percent</a> of people with Alzheimer’s also had cardiovascular disease. Aerobic exercise <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21297257">has been shown</a> in numerous animal studies to decrease amyloid beta. A heart-healthy Mediterranean lifestyle and diet <a href="https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/alzheimers-disease/expert-answers/alzheimers-disease/faq-20058062">may be able to help</a> counter the tipping of this scale. <br />
<br />
There are many things we can do to try to prevent or delay the onset of Alzheimer’s, but maybe you haven’t done any of them. Let’s say you’re 65; there’s Alzheimer’s in your family, so you’ve likely inherited a gene or two that tips your scale arm a bit; you’ve been burning the candle at both ends for years; you love bacon; and you don’t run unless someone’s chasing you. <br />
<br />
Let’s imagine that your amyloid plaques have reached that tipping point. Your scale arm has crashed to the floor. You’ve set fire to the forest, causing inflammation, tangles and cell death. You should be symptomatic for Alzheimer’s. You should be having trouble finding words and keys. But you might not be. <br />
<br />
There’s one more thing you can do to protect yourself from experiencing the symptoms of Alzheimer’s, and it has to do with neural plasticity and cognitive reserve. Remember, having Alzheimer’s is ultimately a result of losing synapses. The average brain has over 100 trillion synapses, which is fantastic; we’ve got a lot to work with. And this isn’t a static number. We gain and lose synapses all the time, through a process known as neural plasticity. Every time we learn something new, we are creating and strengthening new neural connections, new synapses. <br />
<br />
In the <a href="https://watermark.silverchair.com/37-2-150.pdf?token=AQECAHi208BE49Ooan9kkhW_Ercy7Dm3ZL_9Cf3qfKAc485ysgAAAbowggG2BgkqhkiG9w0BBwagggGnMIIBowIBADCCAZwGCSqGSIb3DQEHATAeBglghkgBZQMEAS4wEQQMmENpuoAmqRu-qBBEAgEQgIIBbQQlJgM2Vtt3HW_GqaH-zh94lvqgX-lGL158RzzWQd190dA9NlwG7-fDZVK4DE780b60Ag5q74MRYYUOAelkevSJO8c0pwVFHJyQBD3r2W5l-W6cxCmSiqoApKQ4flQOzhK2YUIU-9CJucUT8bMfYGy_beO8tFUmloetfviWhfiaeOfp7nHSKsiYe9pbgvFaKOWgPalEcRzV6_czB_Q56tVvlsKcqcKt03ZQRsjYmTB1JLAHcknK6v6Rcg9z6cbaAkNZaiuCVutoGA6wwLE71py-uYipoJtivDgIed9jVSf_0zLAcVLTn5HCGnf_riLzkihLW8tKGoz7GcHpnKwFul1CJUiDrShX_I8L158TmSQboVQ4cjKHLZKvm4Aggfm2dsbcwXoI5trW5ujGEAPTbtagIcT2K8zSCosXg-333P9DHVgcq5fKzj7eIg6_F6-3mGucVNPIRG9kYZO7p30HVlYG4DiIcA6Vd1IPZoTM">Nun Study</a>, 678 nuns, who were all over the age of 75 at the beginning of the study, <a href="https://www.alzheimers.net/1-09-17-what-nuns-are-teaching-us-about-alzheimers/">were followed for more than two decades</a>. They received regular physical checkups and cognitive tests, and when they died, they all donated their brains for autopsy. In some of these brains, scientists discovered something surprising. Despite the presence of plaques, tangles and brain shrinkage — what appeared to be unquestionable signs of Alzheimer’s — the nuns who possessed these brains had showed no symptoms of having the disease while they were alive. <br />
<br />
Scientists think these nuns had a high level of cognitive reserve — meaning they had more functional synapses. People who have more years of formal education, who have a high degree of literacy, who regularly engage in mentally stimulating activities, all have more cognitive reserve. They have an abundance and a redundancy in neural connections. Even if they have a disease like Alzheimer’s compromising some of their synapses, they’ve got many extra backup connections, which buffers them from noticing that anything is amiss. <br />
<br />
Why does this matter? I’ll give you a simplified example. Let’s say you only know one thing about a subject, and the subject is me. You know I wrote the novel <a href="http://geni.us/io9rBah">Still Alice</a>, and it’s the only thing you know about me. You have that single neural connection, that one synapse. Now, imagine you have Alzheimer’s. You have plaques, tangles, inflammation and microglia devouring that synapse. When someone asks you, “Hey, who wrote <a href="http://geni.us/io9rBah">Still Alice</a>?” you can’t remember, because that synapse is either failing or gone. <br />
<br />
But what if you had learned more about me? Perhaps you learned four things about me. Now, imagine you have Alzheimer’s, and three of those synapses are damaged or destroyed. However, you still have a way to detour the wreckage; you can still remember my name. <br />
<br />
We can be resilient to the presence of Alzheimer’s through the recruitment of yet-undamaged pathways. And we can start to create these pathways, this cognitive reserve, by learning new things. Ideally, we want these new things to be as rich in meaning as possible, recruiting sight, sound, associations and emotion. <br />
<br />
This doesn’t mean doing crossword puzzles — you don’t want to simply retrieve information you’ve already learned. That’s like traveling down old, familiar streets, cruising neighborhoods you already know. You want to pave new neural roads. Building an Alzheimer’s-resistant brain could mean learning to speak Italian, meeting new friends, reading a book, or listening to a great TED Talk. <br />
<br />
And if — despite all of your efforts — someday you are diagnosed with Alzheimer’s, there are lessons I’ve learned from my grandmother and the dozens of people living with this disease whom I’ve come to know. Being diagnosed with the disease does not mean you’re dying tomorrow, so keep living. You won’t lose your emotional memory. You’ll still be able to understand love and joy. You may not remember what you read five minutes ago, but you’ll remember how it made you feel. And you are more than what you can remember. <br />
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<a href="https://www.ted.com/talks/lisa_genova_what_you_can_do_to_prevent_alzheimer_s"><img height="224" src="https://tedideas.files.wordpress.com/2018/01/lisa_linkable_images.jpg?w=770&h=433" width="400" /></a> <br />
<br />
<u>About the author</u><br />
<br />
<a href="https://ideas.ted.com/author/lisa-genova/">Lisa Genova</a> is a neuroscientist and a novelist. Her writing explores the lives of people living with neurological diseases and disorders. A bestselling author, one of her novels was adapted into the Oscar-winning film, Still Alice.</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-10944492520345136552017-12-19T07:54:00.003-08:002021-04-11T02:44:09.041-07:00La niña que jamás olvidaba una cara<br />
Un estudio descubre las capacidades extraordinarias de una menor para el reconocimiento de rostros<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png" style="background-color: white; color: #3778cd; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; text-decoration-line: none;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" style="background: transparent; border-radius: 0px; border: 1px solid transparent; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; padding: 8px; position: relative;" /></a><br /><div>Javier Salas <br />
18 DIC 2017 <br />
<div class="articulo__contenedor" id="articulo_contenedor" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(68, 68, 68); border-bottom-style: none; border-bottom-width: 0px; border-color: rgb(68, 68, 68); border-image-outset: 0; border-image-repeat: stretch; border-image-slice: 100%; border-image-source: none; border-image-width: 1; border-image: none 100% / 1 / 0 stretch; border-left-color: rgb(68, 68, 68); border-left-style: none; border-left-width: 0px; border-right-color: rgb(68, 68, 68); border-right-style: none; border-right-width: 0px; border-style: none; border-top-color: rgb(68, 68, 68); border-top-style: none; border-top-width: 0px; border-width: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; float: left; font-family: &quot; font-size-adjust: none; font-size: 16.93px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 26.66px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; margin: 0px; orphans: 2; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; padding: 0px; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; vertical-align: baseline; white-space: normal; width: 640px; word-spacing: 0px;">
<a href="https://elpais.com/elpais/2017/12/15/ciencia/1513350873_623678.html">enlace</a><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="La niña mostraba su capacidad ya antes de cumplir los 14 años." height="257" src="https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2017/12/15/ciencia/1513350873_623678_1513366394_noticia_normal.jpg" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; border-image: none; border: 0px rgb(68, 68, 68); box-sizing: border-box; color: #444444; display: block; font-size: 16.93px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 26.66px; margin: 0px auto; max-width: 640px; orphans: 2; padding: 0px; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; vertical-align: baseline; white-space: normal; word-spacing: 0px;" width="400" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div>
<span style="color: #646464; font-size: x-small;">La niña mostraba su capacidad ya antes de cumplir los 14 años.</span><span style="background-color: transparent; color: #646464; display: inline; float: none; font-family: "quot"; font-size: 12.86px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 13.33px; text-align: right; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"> </span></div>
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<span style="background-color: transparent; color: #646464; display: inline; float: none; font-family: "quot"; font-size: 12.86px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 13.33px; text-align: right; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"></span><span class="foto-firma" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(17 , 17 , 17); border-bottom-style: none; border-bottom-width: 0px; border-color: rgb(17, 17, 17); border-left-color: rgb(17 , 17 , 17); border-left-style: none; border-left-width: 0px; border-right-color: rgb(17 , 17 , 17); border-right-style: none; border-right-width: 0px; border-style: none; border-top-color: rgb(17 , 17 , 17); border-top-style: none; border-top-width: 0px; border-width: 0px; box-sizing: border-box; color: #111111; font-family: "quot"; font-size: 10.8px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 500; letter-spacing: normal; line-height: 13.33px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; margin: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; padding: 0px; text-align: right; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: baseline; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span class="foto-autor" itemprop="author" style="border-bottom-color: rgb(17 , 17 , 17); border-bottom-style: none; border-bottom-width: 0px; border-color: rgb(17, 17, 17); border-left-color: rgb(17 , 17 , 17); border-left-style: none; border-left-width: 0px; border-right-color: rgb(17 , 17 , 17); border-right-style: none; border-right-width: 0px; border-style: none; border-top-color: rgb(17 , 17 , 17); border-top-style: none; border-top-width: 0px; border-width: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "quot"; font-size: 10.8px; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 500; line-height: 13.33px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; margin: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">woodleywonderworks</span></span></div>
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Durante años, su familia notó que tenía un don. Podía reconocer por la calle sin problemas a alguien que había visto cuando solo tenía cinco años, incluso aunque hubiera cambiado considerablemente de aspecto con el tiempo. Viendo la tele, identificaba a quienes cruzaban fugazmente la pantalla como personas que se había encontrado anteriormente en un día cualquiera. Su madre, impactada por esta facultad inusual, decidió poner a su hija en manos de la ciencia. Así es como conocimos a O. B., la adolescente británica con el superpoder de reconocer rostros.<br />
La madre de O. B. tocó la puerta del laboratorio de <a href="http://www.prosopagnosiaresearch.org/">Sarah Bate</a>, una especialista en la materia a quien había visto en los medios hablando de su trabajo para seleccionar policías con esta habilidad para las caras. Bate se puso de inmediato a trabajar para conocer si esta muchacha, que entonces tenía 14 años, era realmente una súper-reconocedora, como les llaman. Tras una serie de experimentos, comparando sus resultados con otras chicas de su edad y adultos con el don de los rostros, Bate no tuvo dudas: "El rendimiento de O. B. en múltiples tareas sugiere que ella es una súper-reconocedora: la más joven reportada hasta la fecha".<br />
La capacidad de reconocer caras la damos por hecha, sobre todo las familiares, pero como explica Bate se trata de una capacidad cognitiva que se mueve en un amplio espectro, desde estos superdotados hasta los inquietantes casos de prosopagnosia, esa condición que impide prácticamente reconocer a nadie y que fue popularizada por el gran divulgador Oliver Sacks en <a href="https://librotea.elpais.com/libro/el-hombre-que-confundio-a-su-mujer-con-un-sombrero">El hombre que confundió a su mujer con un sombrero</a>.<br />
En las pruebas, la adolescente logró resultados comparables a los de los escasos súper-reconocedores adultos conocidos. Y en algunas hasta superó esas marcas. Además de por las buenas notas, el desempeño de O. B. permite hacerse una mejor idea de lo que implica esta aptitud. La muchacha tenía un cociente intelectual normal y no se podía considerar extraordinariamente capaz en ningún otro aspecto. Es más, como sucede en los adultos con su don, sus puntuaciones eran normales memorizando objetos, manos o rostros invertidos. Tampoco destacó identificando emociones en las caras. Ella solo tiene un poder: grabar en su memoria las facciones de la gente.<br />
"Descubrimos que ella mira principalmente al centro de la cara, particularmente alrededor de la región de la nariz", explica Bate, que es el mismo truco que usan todos estos superdotados de forma espontánea. "Estos individuos muestran una estrategia visual especial para la percepción de rostros, para ver las características juntas como un todo, más que de manera fragmentada", indica la investigadora. Buena parte de este don se explica porque en lugar de mirar a los ojos hacen un escaneado más lento, centrándose en el centro de la cara, "punto focal óptimo para el procesamiento integral, lo que les permite reunir información de identidad de la manera más eficiente y precisa posible", según Bate.<br />
Hasta la fecha, la ciencia solo había reportado este don en adultos y se desconocía si la capacidad se puede detectar antes en el desarrollo, explica Bate, que tuvo su primer encuentro con la niña superdotada hace un par de años, aunque es ahora cuando ha <a href="http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/02643294.2017.1402755">publicado junto a su equipo su estudio en Cognitive Neuropsychology.</a> La investigadora de la Universidad de Bournemouth está buscando ahora casos entre niños más pequeños, para descubrir a qué edad temprana se puede adquirir esta madurez para los rostros.<br />
Los científicos todavía se preguntan si reconocer y leer rasgos en las caras es una capacidad innata o adquirida. Recientemente, unos investigadores <a href="https://elpais.com/elpais/2017/09/04/ciencia/1504483450_919958.html">criaron a macacos hasta un año de edad sin ver caras</a>, ni de humanos ni de congéneres, para adivinar cuánto de innato hay en la maquinaria de los primates para procesar rostros. El resultado fue sorprendente: los macacos desplazaron esa atención hacia las manos, que se convirtieron en el objeto más expresivo e interesante que conocían.<br />
O. B. tiene una hermana, pero ni ella ni nadie más en su familia tiene estas habilidades, a pesar de que se sabe que es una condición bastante heredable. Por ejemplo, se sabe que la prosopagnosia (la ceguera para las caras) es un trastorno que se puede repetir dentro de la misma familia. Y los gemelos idénticos comparten más las mismas capacidades que los que no lo son. Además, se ha comprobado que no es una habilidad que se pueda mejorar mucho con el entrenamiento: el personal que lleva años trabajando en el control de pasaportes no es mucho más capaz que un empleado recién llegado al puesto.<br />
Bate también se dedica a ayudar a la policía metropolitana del Reino Unido a seleccionar a agentes con estas dotes. "Conocí a un oficial que había visto un retrato robot construido por un testigo ocular y un tiempo después arrestó a alguien por otro crimen. Pensó que se parecía al de aquel retrato ¡y resultó que el sospechoso era responsable del crimen anterior!", cuenta la especialista. Reivindica que estos agentes pueden ser de gran utilidad, sobre todo porque los sistemas basados en inteligencia artificial todavía fallan bastante cuando las condiciones no son óptimas, que suele ser lo habitual. <a href="https://www.nytimes.com/2015/10/10/world/europe/london-police-super-recognizer-walks-beat-with-a-facebook-of-the-mind.html?_r=0">Estos agentes</a> han servido para capturar criminales, para reconocer abusadores sexuales en la multitud y también para dar con personas perdidas en el caos posterior a una catástrofe, asegura Bate. No todos los superhéroes llevan capa.</div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br /></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-16036551483622214412017-05-19T10:17:00.002-07:002017-07-12T03:17:19.593-07:00Nuevo número del Anuario de Psicología Jurídica 2017
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Vol. 27. Núm. 1. 2017 Páginas 1-130 </div>
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<a class="enlace" href="http://apj.elsevier.es/es/vulneracion-las-ordenes-proteccion-por/articulo/S1133074016300204/">Vulneración de las órdenes de protección por parte de hombres condenados previamente por violencia de pareja</a><br /><span class="autor">María Josefa Herrera, Pedro J. Amor</span><span class="cita">Anuario de Psicología Jurídica 27 (2017) 1-8</span><span class="itemliks"><a class="enlace_azul enlace_resumen" href="http://apj.elsevier.es/es/vulneracion-las-ordenes-proteccion-por/articulo-resumen/S1133074016300204/">Resumen</a> - <a class="enlace_azul enlace_texto" href="http://apj.elsevier.es/es/vulneracion-las-ordenes-proteccion-por/articulo/S1133074016300204/">Texto Completo</a> - <a class="enlace_azul enlace_pdf" href="http://apj.elsevier.es/es/pdf/S1133074016300204/S300/" target="_blank">PDF</a></span></div>
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<a class="enlace" href="http://apj.elsevier.es/es/el-sexismo-como-predictor-violencia/articulo/S1133074017300156/">El sexismo como predictor de la violencia de pareja en un contexto multicultural</a><br /><span class="autor">Ainara Arnoso, Izaskun Ibabe, Maitane Arnoso, Edurne Elgorriaga</span><span class="cita">Anuario de Psicología Jurídica 27 (2017) 9-20</span><span class="itemliks"><a class="enlace_azul enlace_resumen" href="http://apj.elsevier.es/es/el-sexismo-como-predictor-violencia/articulo-resumen/S1133074017300156/">Resumen</a> - <a class="enlace_azul enlace_texto" href="http://apj.elsevier.es/es/el-sexismo-como-predictor-violencia/articulo/S1133074017300156/">Texto Completo</a> - <a class="enlace_azul enlace_pdf" href="http://apj.elsevier.es/es/pdf/S1133074017300156/S300/" target="_blank">PDF</a></span></div>
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<a class="enlace" href="http://apj.elsevier.es/es/modelo-encuist-aplicacion-al-perfilado/articulo/S1133074017300211/">Modelo ENCUIST: aplicación al perfilado criminal</a><br /><span class="autor">Lucía Halty, José Luis González, Andrés Sotoca</span><span class="cita">Anuario de Psicología Jurídica 27 (2017) 21-31</span><span class="itemliks"><a class="enlace_azul enlace_resumen" href="http://apj.elsevier.es/es/modelo-encuist-aplicacion-al-perfilado/articulo-resumen/S1133074017300211/">Resumen</a> - <a class="enlace_azul enlace_texto" href="http://apj.elsevier.es/es/modelo-encuist-aplicacion-al-perfilado/articulo/S1133074017300211/">Texto Completo</a> - <a class="enlace_azul enlace_pdf" href="http://apj.elsevier.es/es/pdf/S1133074017300211/S300/" target="_blank">PDF</a></span></div>
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<a class="enlace" href="http://apj.elsevier.es/es/agresores-sexuales-juveniles-tipologia-perfil/articulo/S1133074016300198/">Agresores sexuales juveniles: tipología y perfil psicosocial en función de la edad de sus víctimas</a><br /><span class="autor">Carlos Benedicto, David Roncero, Luis González</span><span class="cita">Anuario de Psicología Jurídica 27 (2017) 33-42</span><span class="itemliks"><a class="enlace_azul enlace_resumen" href="http://apj.elsevier.es/es/agresores-sexuales-juveniles-tipologia-perfil/articulo-resumen/S1133074016300198/">Resumen</a> - <a class="enlace_azul enlace_texto" href="http://apj.elsevier.es/es/agresores-sexuales-juveniles-tipologia-perfil/articulo/S1133074016300198/">Texto Completo</a> - <a class="enlace_azul enlace_pdf" href="http://apj.elsevier.es/es/pdf/S1133074016300198/S300/" target="_blank">PDF</a></span></div>
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<a class="enlace" href="http://apj.elsevier.es/es/analisis-comparativo-percepcion-conducta-violenta/articulo/S1133074016300216/">Análisis
comparativo de la percepción de la conducta violenta grupal por parte
de jóvenes agresores y no agresores residentes en la Comunidad de Madrid
(España)</a><br /><span class="autor">María Jesús Martín, José Manuel Martínez, Rubén García-Sánchez, Begoña Aramayona, Carmen Almendros, Cristina Jiménez</span><span class="cita">Anuario de Psicología Jurídica 27 (2017) 43-50</span><span class="itemliks"><a class="enlace_azul enlace_resumen" href="http://apj.elsevier.es/es/analisis-comparativo-percepcion-conducta-violenta/articulo-resumen/S1133074016300216/">Resumen</a> - <a class="enlace_azul enlace_texto" href="http://apj.elsevier.es/es/analisis-comparativo-percepcion-conducta-violenta/articulo/S1133074016300216/">Texto Completo</a> - <a class="enlace_azul enlace_pdf" href="http://apj.elsevier.es/es/pdf/S1133074016300216/S300/" target="_blank">PDF</a></span></div>
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<a class="enlace" href="http://apj.elsevier.es/en/psychopathy-legal-neuroscientific-aspects/articulo/S113307401730017X/">Psychopathy: Legal and neuroscientific aspects</a><br /><span class="autor">Joaquin Ortega-Escobar, Miguel Ángel Alcázar-Córcoles, Leopoldo Puente-Rodríguez, Enrique Peñaranda-Ramos</span><span class="cita">Anuario de Psicología Jurídica 27 (2017) 57-66</span><span class="itemliks"><a class="enlace_azul enlace_resumen" href="http://apj.elsevier.es/es/la-psicopatia-aspectos-legales-neurocientificos/articulo-resumen/S113307401730017X/">Resumen</a> - <a class="enlace_azul enlace_texto" href="http://apj.elsevier.es/es/la-psicopatia-aspectos-legales-neurocientificos/articulo/S113307401730017X/">Texto Completo</a> - <a class="enlace_azul enlace_pdf" href="http://apj.elsevier.es/en/pdf/S113307401730017X/S300/" target="_blank">PDF</a></span></div>
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comparativo de las decisiones de los magistrados del Tribunal Supremo
español y los resultados de estudios empíricos sobre las implicaciones
psicológicas en menores en situación de guarda y custodia compartida</a><br /><span class="autor">Marta Marín, Víctor Dujo, Pedro José Horcajo</span><span class="cita">Anuario de Psicología Jurídica 27 (2017) 115-25</span><span class="itemliks"><a class="enlace_azul enlace_resumen" href="http://apj.elsevier.es/es/estudio-comparativo-las-decisiones-los/articulo-resumen/S1133074017300028/">Resumen</a> - <a class="enlace_azul enlace_texto" href="http://apj.elsevier.es/es/estudio-comparativo-las-decisiones-los/articulo/S1133074017300028/">Texto Completo</a> - <a class="enlace_azul enlace_pdf" href="http://apj.elsevier.es/es/pdf/S1133074017300028/S300/" target="_blank">PDF</a></span></div>
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<a class="enlace" href="http://apj.elsevier.es/es/manual-evaluacion-del-riesgo-violencia-/articulo/S1133074017300181/">Manual
de evaluación del riesgo de violencia. Metodología y ámbitos de
aplicación. Ismael Loinaz. Editorial Pirámide. Madrid. 253 pp. Año 2017</a><br /><span class="autor">Antonio Andrés-Pueyo</span><span class="cita">Anuario de Psicología Jurídica 27 (2017) 127-9</span><span class="itemliks"><a class="enlace_azul enlace_texto" href="http://apj.elsevier.es/es/manual-evaluacion-del-riesgo-violencia-/articulo/S1133074017300181/">Texto Completo</a> - <a class="enlace_azul enlace_pdf" href="http://apj.elsevier.es/es/pdf/S1133074017300181/S300/" target="_blank">PDF</a></span></div>
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<div align="center" id="sello">
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<a href="http://evaluacionarce.fecyt.es/" target="_blank"><img height="148" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEidrGClT3gC5fqFGTKchqbjC4i1wa-TDl7lDLzGycIoLVHlldaUdoVtNnt6sQQE6YIPbi7MHR0FejygjtJ7i19yGd3HMobWNQn5mzEI0anxzJ317WtvKJ5o9mw_S2sCkZmDr8_Xz6ckVHnZe29Ef12VaL-9R2jWhM6ZSCRlwA=s0-d" width="384" /></a>
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</div>
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Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-60580211329077728482016-12-02T06:28:00.000-08:002016-12-02T06:28:02.271-08:00Localizan la «materia oscura» de la memoria<span class="caja-ppal-noticia clear"><span class="col-AB clear"><span class="col-A cuerpo-articulo gris-ultra-oscuro"></span></span></span><br />
<footer class="data gris-medio borde-abajo"><span class="bloque"><strong><span class="caja-ppal-noticia clear"><span class="col-ABC"></span></span></strong><strong></strong></span></footer><footer class="data gris-medio borde-abajo"><span class="bloque"><strong><span class="caja-ppal-noticia clear"><span class="col-ABC"><h1 class="titular size38 gris-ultra-oscuro clear">
</h1>
<div class="subtitulo gris-oscuro">
<span class="icono gris-medio"><span class="fa fa-angle-double-right"></span></span>
Un trabajo en Science demuestra que la
memoria a corto plazo no es tan efímera como se pensaba. Permanece
durmiente y se puede «resucitar» con estimulación magnética </div>
<div class="subtitulo gris-oscuro">
<br /></div>
</span></span>Pilar Quijada</strong><strong> </strong></span></footer><footer class="data gris-medio borde-abajo"><span class="bloque"><strong>Madrid</strong></span><span class="bloque"><time datetime="01/12/2016T22:06:21+01:00"> 01/12/2016</time></span></footer><footer class="data gris-medio borde-abajo"><span class="bloque"><time datetime="01/12/2016T22:06:21+01:00"><img alt="ABC.es" height="27" src="http://www.abc.es/2015/img/abc.png" width="83" /> </time></span></footer><div>
<br />
En nuestro día a día <strong>nos servimos de una memoria considerada efímera, denominada a corto plazo</strong>,
que nos permite mantener en mente de forma activa una pequeña cantidad
de datos el tiempo suficiente para realizar todo tipo de tareas. Su
capacidad es muy pequeña, de unos 5 o 7 dígitos solamente. Es lo que nos
permite, por ejemplo, memorizar un número de teléfono por unos segundos
mientras lo anotamos. La capacidad para mantener esta información es <strong>fundamental para procesar la información que recibimos a diario y aprender</strong>.<br />
Por
ejemplo, el nombre de alguien que acabamos de conocer, se mantiene
durante segundos en esa memoria efímera, también concida como memoria de
trabajo, mientras las neuronas que soportan el recuerdo están activas.
Si la persona es significativa para nosotros, el nombre pasará en unos
días a la memoria a largo plazo. Sin embargo, ¿dónde va ese recuerdo
durante el tiempo intermedio, cuando ha dejado la memoria de trabajo y
todavía no ha pasado a la memoria a largo plazo?. Un equipo de
investigadores ha arrojado luz en este, hasta ahora, «limbo» cognitivo. <br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="Las neuronas no necesitan estar activas para guardar un reucerdo" class="resize-img" height="226" src="http://www.abc.es/media/ciencia/2016/12/02/neuronasfot-ksQ--620x349@abc.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="400" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i><span class="caja-ppal-noticia clear"><span class="col-AB clear"><span class="col-A cuerpo-articulo gris-ultra-oscuro"><span class="bloque"><span class="caja-ppal-noticia clear"><span class="col-AB clear">Las neuronas no necesitan estar activas para guardar un reucerdo</span></span></span></span></span></span></i></td></tr>
</tbody></table>
<br />
"Se trata de un hallazo realmente fundamental. <strong>Es como encontrar la materia oscura de la memoria</strong>",
destaca Geoffrey Woodman, neurocientífico cognitivo de la Universidad
de Vanderbilt, en Nashville, que no ha participado en el trabajo. Y
siguiendo con el simil de la materia oscura añade: "Es difícil verlo o
medirlo de forma clara, pero tiene que estar ahí afuera. De lo
contrario, las cosas se desvanecerían». <br />
El revuelo viene porque hasta ahora se creía que, para que
estas memorias a corto plazo puedan recordarse, las neuronas que
representan ese recuerdo tienen que estar activar de forma continuada.
Sin embargo, un trabajo publicado en la revista <a href="http://science.sciencemag.org/cgi/doi/10.1126/science.aah7011">Science</a><strong>
echa por tierra esa teoría y demuestra que el recuerdo permanece
durante más tiempo y sólo hay que activar las neuronas que lo custodian </strong>por
medio de la atención, es decir, la voluntad de querer recuperarlo. O
dicho de forma más sencilla, "el trabajo muestra que los recuerdos puede
resucitar desde ese limbo de la memoria", señala en Science Jessica
Boddy. <br />
Los resultados del estudio demuestran que<strong> solo es necesario que la actividad neuronal que soporta un recuerdo entre en acción de nuevo </strong>cuando
la persona que está tratando de recordar concentra su atención de forma
consciente en dicho recuerdo. Estos resultados sugieren que <strong>hay diferentes maneras de que la memoria «operativa», o a corto plazo, almacene la información</strong>, dependiendo de si dicha información se evoca de forma activa o no. <br />
Sus
observaciones apuntan a una nueva forma de memoria de trabajo, que los
investigadores apodan "memoria de prioridad" a largo plazo y que <strong>existe de sin necesidad de una elevada actividad neuronal</strong>. De acuerdo con otros trabajos recientes, explica Boddy, el estudio sugiere que <strong>la información puede de alguna manera mantenerse entre las sinapsis que conectan las neuronas</strong>, incluso después de que la memoria de trabajo convencional se haya desvanecido.<br />
En
este estudio, Nathan Rose y su equipo, de la universidad de Wisconsin,
han analizado la actividad cerebral de los participantes cuando veían
estímulos como un rostro, una palabra o puntos en movimiento. Lo que
hicieron los investigadores fue <strong>señalar un determinado estímulo como importante para recordar y luego utilizar un software para localizar la actividad cerebral</strong> que representaba ese estímulo en particular en la memoria operativa de la persona. <br />
Después,
mientras se distraía a los participantes, la actividad cerebral que
representaba el estímulo marcado como importante se disipaba, como si se
lo olvidara, lo que sugiere que la información que se almacena en la
memoria operativa <strong>no requiere una actividad neuronal elevada y prolongada para mantenerse</strong>, sino que esto se logra a través de diferentes mecanismos. <br />
<h2>
Resucitar recuerdos</h2>
Curiosamente, <strong>un pulso de estimulación magnética transcraneal dirigido fue suficiente para revivir el recuerdo</strong>, pero solo <strong>cuando los voluntarios iban a necesitar recordar la información</strong>
relacionada más adelante. La estimulación magnética transcraneal es una
forma no invasiva de estimulación de la corteza cerebral que comenzó a
utilizarse hace más de dos décadas y ha demostrado su eficacia en el
tratamiento de algunos trastornos como la depresión resistente a
fármacos.<br />
Estos descubrimientos sugieren que <strong>la memoria a corto plazo es dinámica y modificable a través del control cognitivo</strong>,
según explican los autores. Y, lo que es más importante, abren una
nueva esperanza en patologías en las que la capacidad para seleccionar
información relevante de la que no lo es esta disminuida. <br />
"<strong>Los buenos estudios tienden a plantear más preguntas de las que responden. Y este trabajo hace exactamente eso</strong>",
resalta Woodman. En última instancia, dice, esta nueva memoria podría
tener una serie de implicaciones prácticas, como ayudar a las personas
con afecciones neurológicas relacionadas con la memoria, como la
amnesia, la epilepsia y la esquizofrenia. O por qué no, el alzhéimer. </div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-81657149526390365532016-01-06T04:34:00.003-08:002016-01-06T04:35:19.574-08:00¿Se puede interferir en los recuerdos del pasado?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<em>Una investigación publicada en 'Journal of Neuroscience' demuestra que la recuperación de la memoria episódica es más rápida de lo que se creía y que la posibilidad de orientar recuerdos traumáticos puede ayudar a entender algunos trastornos psiquiátricos.</em><br />
<br />
<br />
<div class="article-multimedia-content">
<div class="captioned-image image-article article-multimedia-info" id="m480-479-481">
<div class="description-image">
<div>
EUROPA PRESS</div>
<div class="article-text">
<div id="m443-442-444">
MADRID.- Una investigación publicada en <i>Journal of Neuroscience</i> ha demostrado que la <b>recuperación de los recuerdos </b>de eventos de nuestro pasado puede tener lugar más rápido de lo que se pensaba anteriormente y, además, es posible interferir en ese proceso.</div>
</div>
</div>
<div class="image">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="cerebro" src="http://www.publico.es/files/article_main/uploads/2015/07/02/5595303c82c19.jpg" height="206" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="400" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Waldhauser: "Hay una serie de casos en los que ser capaces de <br />
intervenir y orientar recuerdos traumáticos sería beneficioso".</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="description-overlay-image">
<div class="agency" id="m490-1-491">
Se creía que el proceso de recuperación de la memoria de experiencias personales que requieren volver a examinar la información sensorial recibida en el pasado era relativamente lento en el cerebro, llevando alrededor de medio segundo. Utilizando la electroencefalografía (EEG), que vigila la actividad neuronal con una resolución temporal alta, el equipo de este trabajo demostró que la recuperación episódica comienza con una <b>rápida reactivación de las áreas cerebrales sensoriales</b>.</div>
</div>
</div>
</div>
<div class="article-body">
<div class="article-text">
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<div id="m33-32-34">
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Los resultados proporcionan la <b>primera evidencia neuronal </b>de esta activación sensorial temprana y muestran que en realidad se tarda entre 0,1 y 0,2 segundos a comenzar a recordar el evento. Además, se demostró que la activación inicial de áreas cerebrales sensoriales es causalmente relevante para el recuerdo consciente.<br />
<br />
El estudio se llevó a cabo como una colaboración entre la Universidad de Konstanz, en Alemania, y la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, que realizó dos experimentos independientes en participantes humanos y halló también que es posible interferir con la recuperación de la memoria mediante la aplicación de la<b> estimulación magnética transcraneal repetitiva </b>(EMTr) para alterar la función cerebral.<br />
<br />
El doctor <b>Simon Hanslmayr</b>, de la Universidad de Birmingham, explica que los recuerdos semánticos, como saber que París es la capital de Francia, no están amarrados por ningún momento o lugar específico. "Rara vez se recuerda cómo o dónde se aprendió esa información. Sin embargo, recuerdos episódicos, los que estudiamos aquí, son eventos únicos con un marco único de referencia en el espacio y el tiempo. Se creía que requerían la búsqueda en el hipocampo y, por lo tanto, conllevaban un poco de tiempo, pero estos hallazgos desafían esa creencia e ilustran una respuesta de acción mucho más rápida".<br />
<br />
<b>Gerd Waldhauser</b>, ahora en la Ruhr-Universität Bochum en Alemania, añade que "saber que la memoria episódica depende funcionalmente de esta veloz reactivación de la información sensorial y ver que se puede interferir en ese proceso mejora la comprensión de cómo funciona nuestra memoria". "Todavía es pronto pero hay diferentes maneras en las que esto podría ser útil. Por ejemplo, puede ayudar a entender los trastornos psiquiátricos que involucran la intrusión automática de recuerdos no deseados. Hay una serie de casos en los que ser capaces de intervenir y orientar recuerdos traumáticos sería beneficioso".</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-83873985744894561762015-09-16T01:00:00.002-07:002015-09-21T02:18:46.297-07:00Nuevo Libro<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5bOVgSIr-ha8FB8024yfDr26xuM90GGJDKvJV8tL6P2zfv3fTgZPkZ93MoBLyfvBhyphenhyphenNve6HQ_pzBRGpj8y2nuVq2wkQ3WyFZsHPtYdLzbx4GN3IgJFIL9bYQfz9TckAW53knwAdlT2N2v/s1600/La_memoria_humana.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5bOVgSIr-ha8FB8024yfDr26xuM90GGJDKvJV8tL6P2zfv3fTgZPkZ93MoBLyfvBhyphenhyphenNve6HQ_pzBRGpj8y2nuVq2wkQ3WyFZsHPtYdLzbx4GN3IgJFIL9bYQfz9TckAW53knwAdlT2N2v/s200/La_memoria_humana.jpg" width="158" /></a><span style="font-size: large;">La memoria humana: Aportaciones desde la neurociencia cognitiva</span><br />
<br />
Antonio L. Manzanero y Miguel Ángel Álvarez<br />
Madrid: Pirámide, 2015<br />
ISBN: 978-84-368-3440-6<br />
<br />
Índice:<br />
Prólogo; 1. Introducción al estudio de la memoria; 2. Fundamentos psicobiológicos de la memoria; 3. Modelos cognitivos de memoria; 4. Sistemas de memoria, procesos de recuperación automática y conciencia; 5. El papel del contexto en la memoria; 6. Emoción y memoria; 7. Déficit y alteración de la memoria: olvido, falsas memorias y amnesias; 8. La memoria autobiográfica; 9. La memoria durante el ciclo vital; 10. Memoria de testigos; Bibliografía<br />
<br />
<br />
<br />
Dentro del proceso de memoria han sido múltiples las aproximaciones y los modelos que han tratado de explicarlo. En esta obra se habla tanto de lo cognitivo como de lo neurocientífico, y en cada capítulo los autores van contando diferentes aproximaciones a múltiples problemas relacionados con los procesos de memoria, aproximaciones tanto descriptivas como funcionales. Cuentan desde la topografía de las distintas áreas cerebrales o zonas que se estimulan al realizar tareas conductuales de memoria, hasta la explicación que tratan de darnos los investigadores que se han acercado a diseccionar estos problemas desde la psicología experimental o clínica. Es una obra excepcionalmente completa sobre la memoria. Su extensión permite abordar los distintos ámbitos desde los que considerar y estudiar la memoria, con una exposición atractiva, aunque no exenta de complejidad y conocimientos técnicos. </div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-42582382718042803282015-06-01T02:28:00.001-07:002021-04-11T02:45:28.766-07:00Dormir es necesario para recordar lo importante y olvidar lo accesorio<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Durante el sueño se fortalecen las memorias duraderas y se produce una reorganización de las conexiones que las guardan para formar nuevos recuerdos<br />
<br />
Daniel Mediavilla <br />
1 JUN 2015 <br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png" style="background-color: white; color: #3778cd; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; text-decoration-line: none;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" style="background: transparent; border-radius: 0px; border: 1px solid transparent; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; padding: 8px; position: relative;" /></a><br />
<a href="http://elpais.com/elpais/2015/05/27/ciencia/1432748324_013063.html">enlace</a><br />
<br />
<div class="figcaption estirar">
<span class="firma"></span> </div>
<div class="disposicion_vertical">
<div class="modulo_compartir estirar">
<div class="enviar">
Dormir es necesario para producir memorias duraderas. Un siglo de estudio sobre la materia lo ha dejado claro. Sin embargo, no se sabe bien cómo funciona ese mecanismo. Al principio se creía que la función del sueño era pasiva, apagando los sentidos para que los estímulos externos no interfiriesen con la formación de recuerdos. En los últimos años, sin embargo, se ha descubierto que las horas en la cama se desarrollan procesos que fijan las memorias.</div>
</div>
</div>
<div class="cuerpo_noticia" id="cuerpo_noticia">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="Dormir es necesario para recordar lo importante y olvidar lo accesorio" height="224" src="http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2015/05/27/ciencia/1432748324_013063_1432750535_noticia_normal.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" title="Dormir es necesario para recordar lo importante y olvidar lo accesorio" width="400" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Una siesta de más de 90 minutos ayuda a consolidar recuerdos / <span class="firma">epSos.de</span></td></tr>
</tbody></table>
Respecto al mecanismo, hay teorías en ocasiones contrapuestas. Una de ellas dice que el sueño debilita parte de las sinapsis, las conexiones entre células nerviosas que ayudan a conservar los recuerdos. En esta línea, <a href="http://elpais.com/elpais/2015/03/17/ciencia/1426594318_686244.html">un estudio reciente</a> sostenía que olvidar lo accesorio es necesario para recordar lo importante, como a veces es necesario tirar muchos papeles para poder encontrar con más facilidad los documentos relevantes. Dormir serviría, según esta hipótesis, para olvidarlo casi todo dejando solo las memorias fijadas en las sinapsis más fuertes.<br />
Un planteamiento alternativo propone un proceso combinado en el que algunas conexiones se debilitan y otras se refuerzan, estas últimas a través de lo que se conoce como potenciación a largo plazo (LTP), una intensificación duradera de las señales entre dos neuronas producida cuando ambas se estimulan a la vez.<br />
<div class="izquierda" id="sumario_2|html">
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad Federal de Río Grande del Norte (UFRN), en Brasil, ha tratado de estudiar los dos planteamientos midiendo en ratas los niveles de una proteína relacionada con la potenciación a largo plazo durante el sueño. Después, utilizaron esos datos para construir modelos informáticos para observar cómo se forman las conexiones entre neuronas durante el reposo.</div>
Sus resultados, publicados esta semana en la revista <em>PLOS Computational Biology</em>, sugieren que la LTP no solo refuerza algunas de esas conexiones durante el sueño sino que también las reorganiza favoreciendo la aparición de nuevas memorias. Según los autores, este mecanismo muestra que las dos teorías sobre el papel del sueño en la formación de memorias a largo plazo no son excluyentes sino que son distintas etapas en la consolidación de los recuerdos.<br />
“El estudio indica que ciclos completos de sueño, incluyendo la fase REM, desencadenan la potenciación a largo plazo durante el sueño, produciendo la reestructuración y el fortalecimiento de memorias duraderas”, afirma Sidarta Ribeiro, investigador de la UFRN y coautor del artículo. Este tipo de resultados sustentan la idea de que “siestas que superen los 90 minutos de un ciclo completo de sueño serían la mejor opción”, según Ribeiro, para fortalecer las memorias recién adquiridas. Ante la idea de crear un medicamento que produzca beneficios similares al sueño, reconoce que aunque se han identificado algunas proteínas esenciales en los procesos de consolidación de memorias, “no está claro cómo incrementar esos niveles”.<br />
<a href="http://www.sciencemag.org/content/344/6188/1173">Otros trabajos con ratones</a> han mostrado que durante el sueño se producen cambios físicos relacionados con la formación de memorias. Un equipo liderado por Wen-Biao Gan, de la Universidad de Nueva York, publicó hace poco en la revista <em>Science</em> cómo el aprendizaje de una nueva tarea llevaba, siempre que el animal se durmiese a continuación, a la formación de nuevas espinas dendríticas, unas estructuras en los extremos de las neuronas que sirven para que estas se transmitan señales eléctricas entre ellas. Cuando los ratones no dormían, las estructuras asociadas al aprendizaje no se formaban.<br />
Muchas investigaciones tratan ahora de dirimir la discusión sobre cuál es el papel de cada fase del sueño, desde la REM, en la que soñamos con más intensidad, hasta la más profunda, en la formación de memorias y, en general, sobre el aprendizaje. Sin embargo, existe un consenso en que, mientras dormimos, en nuestro cerebro suceden muchas cosas importantes y que el sueño no es, ni mucho menos, tiempo perdido.<br />
<div style="text-align: center;">
__________________________________________________</div>
<div class="centro">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="sumario_1"></a> </div>
<div class="aside estirar">
<h2>
La falta de sueño favorece la aparición de falsos recuerdos</h2>
Además de mostrar la importancia del sueño en el aprendizaje y la formación de memorias, los científicos han observado también que no dormir no solo perjudica el recuerdo sino que también favorece la aparición de memorias falsas. En <a href="http://pss.sagepub.com/content/early/2014/07/15/0956797614534694.abstract">un estudio</a> aparecido en la revista <em>Psychological Science</em>, un grupo de investigadores de EEUU preguntó a un grupo de 193 participantes por sus recuerdos sobre las imágenes del vuelo 93 de United Airlines estrellándose en Pensilvania durante los atentados del 11-S.<br />
Pese a que las imágenes no existen, el 54% de los participantes en el estudio que reconocieron haber dormido menos de cinco horas la noche anterior del suceso aseguraron haberlas visto. Entre los que habían dormido más, solo el 33% tenía estos falsos recuerdos.<br />
En una continuación del experimento, los investigadores pidieron a los voluntarios que escribiesen un diario con las horas que habían dormido y otras características sobre la calidad de su sueño durante una semana. Después de ese tiempo, se les mostró imágenes sobre el desarrollo de un crimen. A continuación, se les leyó un relato de los hechos incluyendo detalles falsos. Finalmente, observaron que un 18% de los participantes en el estudio que habían dormido menos de cinco horas incorporaron detalles falsos mientras que entre los que habían descansado bien lo hizo un 13%.</div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-81494580893185662942015-03-31T04:46:00.002-07:002021-04-11T02:45:53.617-07:00¿Por qué los hombres nunca se acuerdan de nada?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<h1 id="titulo_noticia">
<span style="font-size: large;">La memoria de pez masculina es un hecho asumido en la eterna confrontación entre sexos. Esto dice la ciencia al respecto</span></h1>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png" style="background-color: white; color: #3778cd; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; text-decoration-line: none;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" style="background: transparent; border-radius: 0px; border: 1px solid transparent; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; padding: 8px; position: relative;" /></a><br />
<a href="http://elpais.com/autor/angeles_gomez_lopez/a/">Ángeles Gómez López</a> <br />
31 MAR 2015<br />
<a href="http://elpais.com/elpais/2015/03/25/buenavida/1427281241_532685.html">enlace</a><br />
<br />
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<div class="foto figure">
<span class="boton inactivo" title="Guardar la noticia para leer más tarde. Tienes que estar registrado en EL PAÍS y haber iniciado sesión"></span><a href="http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2015/03/25/buenavida/1427281241_532685_1427367061_noticia_normal.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="" border="0" height="213" src="http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2015/03/25/buenavida/1427281241_532685_1427367061_noticia_normal.jpg" title="" width="320" /></a>¿Quién no ha visto alguna vez la cara de póker de un hombre cuando, en una animada charla entre amigos, alguna fémina le espeta la fatídica pregunta: "¿Te acuerdas de…?". Por mucho que rebusque el apurado caballero, <a href="http://elpais.com/elpais/2014/08/29/buenavida/1409323679_603600.html" target="_blank">las puertas de su memoria</a> permanecerán herméticamente cerradas para ese recuerdo. Su locuaz interlocutora recurrirá a todo tipo de detalles en un intento de que el pasado regrese a la conciencia masculina. La escena se volverá a repetir en una reunión familiar, en la intimidad del hogar y también en el trabajo con idéntico resultado: el olvido. De acuerdo, no pasa siempre ni con todos los hombres, pero es un suceso que las mujeres, a menudo, se quejan de revivir.</div>
</div>
</div>
<div class="cuerpo_noticia" id="cuerpo_noticia">
¿Realmente es cierto que ellas tienen mejor memoria que ellos? Que existen diferencias entre el cerebro masculino y el femenino se ha demostrado en numerosas investigaciones, y es sobradamente conocido que los varones tienen mayor capacidad espacial mientras que las mujeres tienen más desarrolladas las áreas del lenguaje. Pero en el caso de la memoria, las diferencias neurobiológicas no son tan claras.<br />
El profesor de investigación Javier de Felipe, del Laboratorio Cajal de Circuitos Corticales, de la <a href="http://www.ctb.upm.es/?page_id=194" target="_blank">Universidad Politécnica de Madrid,</a> reconoce diferencias biológicas, pero, en el campo de los recuerdos, pone el acento en la educación. “Aunque las cosas estén cambiando, generalmente la educación no es igual en ambos sexos y desde la infancia ya se les va conduciendo a unas diferencias de comportamiento y psicológicas”, explica.<br />
<div class="centro" id="sumario_2|html">
Diferentes ensayos confirman el peso de la instrucción en <a href="http://fondosdigitales.us.es/tesis/tesis/1590/la-influencia-del-genero-generacion-y-experiencia-educativa-en-las-narrativas-autobiograficas-de-recuerdos-personales-lo-largo-del-ciclo-vital/" target="_blank">la cimentación de la memoria;</a> y <a href="http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19467006" target="_blank">en cómo el modo en que las madres</a> cuentan las cosas a sus hijos influye, también, en la formación de recuerdos. “Esto no niega las diferencias biológicas, pero no son muy acusadas. Los hombres y las mujeres somos muy parecidos, siempre y cuando estemos educados de la misma forma. El resto son leyendas urbanas”, insiste De Felipe.</div>
Pero existe un camino intermedio: que la educación recibida deje una huella física. "El cerebro es muy plástico, y si desde la infancia se educa en una dirección [la atención hacia el detalle y esfuerzo por registrarlo], al final también le afecta. Cuando nacemos, el cerebro prácticamente no tiene conexiones, pero cuando el niño empieza a interaccionar con el medio ambiente, con la familia, con sus padres y aprende a leer y a escribir comienzan a formarse una serie de circuitos que dependen mucho de su entorno. Si el ambiente está orientado hacía una dirección concreta, provocará un cambio. Y así sucede con una educación sexista”, prosigue el investigador.<br />
El psicólogo <a href="http://www.psicologosergiogarcia.com/" target="_blank">Sergio García Soriano</a>, que dirige talleres de bienestar y de género, también sostiene que el hecho de que las mujeres recuerden más cosas que los hombres es, sobre todo, consecuencia de la formación recibida. Si el descuido afecta a la fecha del aniversario o al cumpleaños de una persona, cabría aclarar, según el experto, que el dato no ocupa un lugar importante en la memoria del que olvida. "Y aunque no significa una falta de interés", dice, "sí sugiere que algo ha cambiado en la relación".<br />
En cualquier caso, existen diferentes tipos de memoria y cada una aflorará en distintos momentos a lo largo de nuestra vida. “La memoria es inconsciente, aparece cuando se necesita”, anuncia el psicólogo. “En las consulta de pareja, queda patente que ellas tienen más memoria de situaciones y ellos dejan apartados estos detalles. Los hombres tenemos un sistema atencional unívoco, nos centramos en una cosa y luego pasamos a otra. Por el contrario, las mujeres tienen una memoria más circular, más emocional y engloban lo que sucedió y en qué contexto”.<br />
Esta forma de memorizar depende de las conexiones neuronales que se han establecido con el <em>feed back</em> entre el cerebro y los actos y la educación. “Hay una ponderación entre lo biológico y educativo”, subraya. Por mucho que la ciencia intente justificar las diferencias con argumentos biológicos, siempre aparece la educación como explicación última a las diferencias entre sexos. García Soriano es directo: “No somos tan distintos, pero estamos metidos en unos patrones de lo masculino y lo femenino. Y no nos damos ni cuenta”.<br />
</div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-9493764286762009482015-03-18T05:52:00.004-07:002021-04-11T02:46:09.888-07:00Olvidar es necesario para guardar los recuerdos relevantes<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="hgroup">
<div id="subtitulo_noticia">
<h2>
Un estudio identifica el proceso por el que el cerebro elige lo que
va a recordar y elimina las memorias que pueden dificultar su
recuperación</h2>
</div>
</div>
<a href="http://esmateria.com/2013/02/07/ser-de-izquierdas-te-hace-propenso-a-creerte-tropiezos-de-politicos-de-derechas-y-viceversa/"><strong></strong> </a>
<div class="firma_comentarios estirar"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png" style="background-color: white; color: #3778cd; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; text-decoration-line: none;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" style="background: transparent; border-radius: 0px; border: 1px solid transparent; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; padding: 8px; position: relative;" /></a></div>
<div class="firma_comentarios estirar">
<span class="firma"><span class="autor">Daniel Mediavilla</span> </span></div>
<div class="firma_comentarios estirar">
<span class="firma">17/03/2015</span></div>
<div class="firma_comentarios estirar">
<span class="firma"><a href="http://elpais.com/elpais/2015/03/17/ciencia/1426594318_686244.html">enlace</a> </span></div>
<br /><div class="disposicion_vertical">
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</div>
<div class="columna_texto">
<div class="cuerpo_noticia" id="cuerpo_noticia">
El escritor Ray Loriga decía en <em>Tokio ya no nos quiere</em> algo
que los científicos llevan tiempo advirtiendo: “La memoria es el perro
más tonto, le tiras un palo y te devuelve cualquier cosa”. Para
desilusión de muchos, numerosos estudios <a href="http://esmateria.com/2014/02/05/tus-recuerdos-del-pasado-han-sido-manipulados/">han mostrado</a>
que nuestras memorias están manipuladas y que es posible incluso que
los momentos más emotivos de nuestra vida, como el nacimiento de un hijo
o el encuentro con un gran amor, no sucedieran como los recordamos. El
cerebro no funciona como una grabadora fidedigna de los hechos. Como el
perro tonto o caprichoso, recupera lo que quiere y, aparentemente, no lo
que se le pide.<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="Neurociencia" height="211" src="http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2015/03/17/ciencia/1426594318_686244_1426604197_noticia_normal.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" title="Neurociencia" width="320" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Incluso los recuerdos más emotivos pueden no ser reales</td></tr>
</tbody></table>
En los últimos años, en su esfuerzo por comprender los mecanismos de la memoria, la neurociencia <a href="http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17558403">ha descubierto</a>
algo que puede resultar sorprendente: en el camino hasta el lugar donde
podemos recuperarlos, "los recuerdos provocan el olvido". La memoria
funciona por asociación y cuando se trata de recuperar un recuerdo es
posible que nuestro cerebro tenga que elegir entre varias memorias
relacionadas que compiten entre ellas. Si uno intenta recordar un
partido de fútbol, por ejemplo, habrá otros partidos que el cerebro
deberá descartar para llegar a la información deseada. Algo similar
sucede con las contraseñas de algunos bancos, que, por razones de
seguridad, se tienen que cambiar cada pocos meses. Aunque inicialmente
solo se ha de recordar una contraseña, poco a poco se solapan las viejas
con las nuevas. Esto hace que en un principio, como si fuese un
ordenador atestado de datos que tiene que trillar, el cerebro necesite
gastar mucha energía para elegir la memoria adecuada. Sin embargo, una
vez que se seleccionan las memorias relevantes y se suprimen las que no
lo son, los recursos necesarios para volver a recuperar una memoria son
mucho menores.<br />
Esta semana, un equipo de investigadores de las universidades
británicas de Birmingham y Cambridge ha logrado aislar los mecanismos
del olvido que facilitan el recuerdo en el cerebro humano. Para
lograrlo, los científicos, que han publicado su trabajo <a href="http://0-www.nature.com.es.library.du.ac.bd/neuro/journal/vaop/ncurrent/full/nn.3973.html">en la revista <em>Nature <span id="hltext" style="background: rgb(255, 170, 170);">Neuroscience</span></em></a>,
utilizaron un sistema de imagen por resonancia magnética (MRI) para
medir la actividad cerebral cuando a un grupo de voluntarios se les
pedía que recordasen memorias concretas basadas en imágenes que les
habían mostrado con anterioridad. Con esta técnica fueron capaces de
conocer a nivel neuronal el destino de las memorias que finalmente
resultarían borradas.<br />
<h3>
Recordar hace olvidar</h3>
Durante cuatro rondas en las que se pidió a los voluntarios que
recuperasen una memoria concreta, se observó cómo esa memoria se volvía
cada vez más vívida mientras otras que podrían competir con ella se iban
desvaneciendo. Michael Anderson, investigador de la Universidad de
Cambridge y coautor del estudio, reseña que “aunque la gente piensa que
el olvido es algo que sucede sin querer, esta investigación muestra que
la gente tiene un papel más relevante de lo que piensa a la hora de
decidir qué van a recordar”.<br />
En un comunicado de la Universidad de Birmingham, Maria Wimber,
coautora del trabajo, consideraba que estos hallazgos "tienen
importancia para cualquier cosa que dependa de la memoria". "Un buen
ejemplo son los testimonios de los testigos. Cuando se pregunta a un
testigo que recuerde una información específica sobre un suceso, y se
les pregunta una y otra vez, se podrían estar deteriorando las memorias
asociadas dando la impresión de que una memoria es incompleta", afirma.
"En realidad, la evocación repetida les está haciendo olvidar los
detalles", concluye.<br />
Anderson menciona también que este tipo de estudios puede enseñarnos
cuáles son los procesos detrás de la memoria selectiva que hace que
recordemos lo que nos conviene o incluso sobre el autoengaño. Al fin y
al cabo, es posible que el perro de la memoria no sea tan tonto y, en
realidad, traiga cualquier cosa y no el palo que lanzamos porque es lo
que en el fondo queríamos recuperar.<br />
</div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-79132726703913669812015-03-11T04:50:00.001-07:002021-04-11T02:46:25.865-07:00¿Qué iba yo a decir ahora?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<h1 id="titulo_noticia">
<span style="font-size: large;">Las pérdidas cotidianas de memoria responden a una función normal del cerebro. El estrés y la falta de atención también influyen. Cómo reaccionar ante ellas</span></h1>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png" style="background-color: white; color: #3778cd; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; text-decoration-line: none;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" style="background: transparent; border-radius: 0px; border: 1px solid transparent; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; padding: 8px; position: relative;" /></a><br />
<a href="http://elpais.com/autor/abigail_campos_diez/a/" rel="author" title="Ver todas las noticias de Abigail Campos Díez">Abigail Campos Díez</a> <br />
11 MAR 2015<br />
<div class="columna_texto">
<div class="contenedor_fotonoticia_compartir">
<div class="centro">
<div class="foto figure">
<em><a href="http://elpais.com/elpais/2015/03/09/buenavida/1425895476_979956.html">enlace</a></em></div>
<div class="foto figure">
<em></em> </div>
<div class="foto figure">
<em>¿Cómo se llama esa actriz tan guapa, pelirroja, que sale en la última de Woody Allen? ¿Dónde he dejado el móvil? Tengo <a href="http://elpais.com/elpais/2014/08/29/buenavida/1409323679_603600.html" target="_blank">el nombre de esa persona</a> en la punta de la lengua. ¿Qué iba a coger yo de este cajón que he abierto? ¿A qué venía a la habitación?</em> Este tipo de olvidos son algo habitual en la vida cotidiana, y no tienen por qué reflejar la presencia de ninguna enfermedad. De hecho, obedecen al funcionamiento normal del cerebro.</div>
</div>
</div>
<div class="cuerpo_noticia" id="cuerpo_noticia">
<div class="Poromisin">
<a href="http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2015/03/09/buenavida/1425895476_979956_1425977663_noticia_normal.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="" border="0" height="212" src="http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2015/03/09/buenavida/1425895476_979956_1425977663_noticia_normal.jpg" title="" width="320" /></a>El ojo humano realiza movimientos para registrar el entorno unas cinco o seis veces por segundo, y con ello recopila cantidades gigantescas de información de la que solo se conserva una parte y el resto se desecha. Si hubiera que guardar en la memoria absolutamente todo lo que vemos, escuchamos o leemos cada segundo, el cerebro estaría sobrecargado y eso deshabilitaría nuestro entendimiento. Vaciar la 'papelera de reciclaje' de vez en cuando (sí, como la del ordenador) se convierte en un imperativo para la supervivencia.</div>
<div class="Poromisin">
Todas las noches se da un proceso en el cerebro por el que se van desechando recuerdos del día y prevalece otra información. La memoria es selectiva. “En general, el olvido es fisiológico. Olvidar es una función normal del cerebro, porque si lo recordáramos todo sería un grandísimo problema”, zanja el doctor <a href="http://www.clinicalaluz.es/doctor/villarejo-galende-alberto" target="_blank">Alberto Villarejo</a>, vocal del Grupo de Estudio de Neurología de la Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología <a href="http://www.sen.es/" target="_blank">(SEN)</a>.</div>
<div class="Poromisin">
En los años veinte del siglo pasado la ciencia conoció y estudió el caso de Solomon Shereshevsky, un individuo ruso que presentaba lo que se conoce como hipermnesia, es decir, exceso de memoria. Era incapaz de olvidar un nombre, un dato, una cara… Lo recordaba absolutamente todo, aunque pasaran años. Sin embargo, no sabía manejar tanta información, mezclaba sentidos y su don se convirtió en un tormento. Suena a película, pero fue un caso real, muy parecido al del protagonista de <em>Funes, el memorioso,</em> un cuento de <a href="http://elpais.com/tag/jorge_luis_borges/a/" target="_blank">Jorge Luis Borges.</a></div>
<div class="Poromisin">
La pérdida de memoria es, pues, un proceso necesario y frecuente, que en ocasiones se relaciona con procesos benignos como la falta de atención, <a href="http://elpais.com/elpais/2015/03/03/buenavida/1425379175_817656.html" target="_blank">el estrés o la ansiedad</a>. También hay lagunas que nunca fueron otra cosa. "No recordar dónde se ha dejado el móvil no es un problema de memoria, sino que uno lo deja cuando estaba haciendo otra tarea y lo hace de modo inconsciente. Por ello ese suceso no se puede recuperar”, apunta el doctor Villarejo.</div>
<div class="Poromisin">
Otra de las causas de estos despistes cotidianos conecta con la ubicación espacial. “La memoria se codifica en un lugar determinado. Si estoy en el salón y voy a la cocina a por unas tijeras, cuando cambio de estancia ya he salido del lugar donde se creó el recuerdo, por lo que este se desvanece. Si no recuerdo que he ido a por las tijeras, la mejor técnica es volver al salón”, añade <a href="http://www.cuidatucerebro.com/author.html" target="_blank">Álvaro Bilbao</a>, neuropsicólogo y experto en salud cerebral.</div>
<div class="Poromisin">
Según este especialista, autor del libro <em>Cuida tu cerebro… y mejora tu vida</em>, los recuerdos se crean por lugares, personas o momentos. “El lóbulo temporal del cerebro es la parte más importante en cuanto a la memoria que se asocia a caras y nombres. Es muy difícil recordar nombres porque no tienen nada que ver con las caras. Un rostro no dice nada sobre si se llama María o Natalia. Si usáramos los apodos de los indios americanos (Nube Grande, Fuego Viejo…) todo sería más fácil. Por eso es más sencillo recordar motes. En estos casos, lo mejor es hacer un esfuerzo de contención y relajación. Si no atina con el nombre del actor Russell Crowe, no lo busque en Internet: relájese y empiece a pensar cosas que sabemos de él, qué otras películas ha hecho… y el nombre vendrá solo”. Sobre todo, no se estrese. “Vivir con angustia estas situaciones dificulta que vuelva la memoria”, añade el doctor Villarejo.</div>
<div class="Poromisin">
Las personas atareadas son más propensas a estos olvidos cotidianos. “Cuantas más cosas pretendamos recordar y más compleja sea la vida, más normal será que olvidemos”, añade el neurólogo de la SEN, quien dice sospechar que también se relaciona con el estilo de vida en las grandes ciudades.</div>
<div class="Poromisin">
“Bueno, no pasa nada. Si se me olvida algo, ahí está Internet”, podrán pensar los lectores. Cierto. ¿Provocará entonces Google que perdamos memoria por permitirnos recuperar nuestros recuerdos a golpe de clic? “No sé qué ocurrirá pasados muchos años, porque esto no es algo que cambie en una generación. Es posible que haya alteraciones en la manera de memorizar y recordar la información, pero tampoco será algo tan negativo como se pretende. A veces no es tan importante tener tanta información en la cabeza sino saber dónde la puedes adquirir o qué habilidades puedes desarrollar con ella”, agrega el doctor Villarejo.</div>
<div class="Poromisin">
¿Cuándo hemos de preocuparnos por estos despistes del cerebro? El doctor Bilbao tiene las claves. “Primero, cuando encontremos dificultades con las palabras y no nos demos cuenta en el momento, ni al ser corregidos. Segundo, cuando no seamos capaces de recordar qué hicimos el día anterior, ni siquiera cuando alguien nos lo menciona. Y tercero, cuando las personas que nos rodean muestran preocupación por nuestros fallos de memoria y, aun así, permanecemos tranquilos. Otro signo es haber perdido el olfato a la vez que la memoria”.</div>
<div class="Poromisin">
Por cierto, la actriz se llama Emma Stone.</div>
</div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-13380361668378524592015-02-20T03:38:00.003-08:002021-04-11T02:47:12.394-07:00Oliver Sacks se despide tras anunciar un cáncer terminal<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<h1 id="titulo_noticia">
<span style="font-size: large;">El escritor y neurólogo relata su enfermedad en un artículo en 'The New York Times'. “Ha sido un privilegio y una aventura”</span></h1><div class="enlaces">
<span style="font-size: medium;"><span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png" style="background-color: white; color: #3778cd; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; text-decoration-line: none;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" style="background: transparent; border-radius: 0px; border: 1px solid transparent; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; padding: 8px; position: relative;" /></a></span></span></div><div class="enlaces"><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: small;">Guillermo Altares</span><span style="font-size: small;"> </span></span><br />
<span style="font-size: medium;"><span class="data"><span style="font-size: small;">Madrid </span></span></span><br />
<span style="font-size: medium;"><span style="font-size: small;">20 FEB 2015 </span></span><br />
<span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;"><a href="http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/19/actualidad/1424366454_934409.html">enlace</a></span></span><br />
<span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;"></span></span> </div>
Con un artículo sencillo, emotivo y directo, paradójicamente lleno de optimismo, el escritor y neurólogo <a href="http://elpais.com/tag/oliver_sacks/a/">Oliver Sacks</a> <a href="http://www.nytimes.com/2015/02/19/opinion/oliver-sacks-on-learning-he-has-terminal-cancer.html?hp&action=click&pgtype=Homepage&module=c-column-top-span-region&region=c-column-top-span-region&WT.nav=c-column-top-span-region&_r=0">anunció este miércoles en <em>The New York Times</em></a> que padece un cáncer terminal y que le quedan semanas de vida. “Por encima de todo, he sido un ser con sentidos, un animal pensante, en este maravilloso planeta y esto, en sí, ha sido un enorme privilegio y una aventura”, escribe este autor insólito, cuyos libros sobre los recovecos de la mente humana, como <em>Despertares</em> o <em>El hombre que confundió a su mujer con un sombrero</em>, han sido adaptados al cine y han vendido millones de ejemplares en todo el mundo.<br />
<div class="columna_texto">
<div class="cuerpo_noticia" id="cuerpo_noticia">
<div class="izquierda" id="sumario_1|apoyos">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="sumario_1"></a> <br />
<div class="ademas">
</div>
<div class="ademas">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="Oliver Sacks" height="235" src="http://ep01.epimg.net/cultura/imagenes/2015/02/19/actualidad/1424366454_934409_1424369255_noticia_normal.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" title="Oliver Sacks" width="560" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Oliver Sacks, en 2002. / <span class="firma">Tomas Muscionico</span></td></tr>
</tbody></table>
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<a href="http://elpais.com/diario/2002/04/06/babelia/1018049950_850215.html">Oliver Sacks</a>, que tiene 81 años, recibió la mala noticia hace unas semanas, cuando le informaron de que padece múltiples metástasis en el hígado, que proceden de un tumor primigenio en el ojo detectado hace ocho años. Asegura que los médicos pueden ralentizar el avance, pero no detenerlo.<br />
Titulada <em>Mi propia vida</em>, en homenaje a la autobiografía que escribió el filósofo David Hume cuando supo también que padecía una enfermedad sin cura, su despedida está llena de optimismo: “Me encuentro intensamente vivo y quiero y espero que el tiempo que me quede por vivir me permita profundizar mis amistades, despedirme de aquellos a los que quiero, escribir más, viajar si tengo la fuerza suficiente, alcanzar nuevos niveles de conocimiento y comprensión. Esto incluirá audacia, claridad y hablar con franqueza; trataré de ajustar mis cuentas con el mundo. Pero también tendré tiempo para divertirme (incluso para hacer alguna estupidez)”.<br />
Sacks explica que en abril publicará sus memorias y que tiene otros cuantos libros a punto de ser terminados. El escritor confiesa que no piensa dedicarse a nada que no considere esencial, que no quiere perder el tiempo. “No puedo decir que no tenga miedo. Pero mi sentimiento predominante es el de la gratitud. He amado y he sido amado; he dado mucho y me ha dado bastantes cosas; he leído, viajado y escrito”.<br />
Nacido en Londres en 1933, Sacks vive en Nueva York desde los años sesenta. A lo largo de los años, ha ido plasmando las experiencias con las que se cruzó en su consulta en libros editados en España primero por Mario Muchnik y actualmente por Anagrama. <em>Un antropólogo en Marte, Migraña, Con una sola pierna, La isla de los ciegos al color, El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, El tío Tungsteno, Veo una voz</em><em>,</em> <em>Despertares y Alucinaciones</em> son sus títulos más conocidos.<br />
En <a href="http://elpais.com/diario/1997/04/17/cultura/861228005_850215.html">una entrevista con este diario en 1996</a>, con motivo de la publicación de <em>Un antropólogo en Marte</em>, Sacks habló precisamente de la relación de los pacientes con la enfermedad. "Para mí es fundamental la relación que se establece entre enfermedad e identidad y la forma en que la gente reconstruye su mundo y su vida a partir de esa enfermedad", explicó. "Todos los casos que expongo en este libro han descubierto una vida positiva que surgía tras una enfermedad. El pintor que tras perder la visión del color no desea recuperarla. El ciego de nacimiento que recobra la vista hacia la mitad de su vida y no puede soportarlo. La mujer autista que encuentra en el autismo una parte de su identidad... Pero no quiero parecer sentimental ante la enfermedad. No estoy diciendo que haya que ser ciego, autista o padecer el síndrome de Tourette, en absoluto, pero en cada caso una identidad positiva ha surgido tras algo calamitoso. A veces, la enfermedad nos puede enseñar lo que tiene la vida de valioso y permitirnos vivirla más intensamente".<br />
Hace unos meses, Sacks publicó <a href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/">un artículo maravilloso en <em>The New York Review of Books</em></a> sobre los recuerdos y la ficción titulado <em>Habla, memoria</em>. En él relataba como según envejecía iban surgiendo recuerdos cada vez más claros de su infancia; recordaba, por ejemplo, dos episodios en los que bombas nazis cayeron cerca de su casa en Londres cuando era un niño durante la II Guerra Mundial. Sin embargo, su hermano mayor le explicó que el primero lo había vivido, pero que el segundo se lo habían contado, porque en ese momento ya no estaba en Londres.<br />
Este episodio le sirve a Sacks para hacer una larga disertación sobre la importancia de la ficción en la vida, porque al final lo que hemos leído y nos ha impresionado acaba por ser tan importante como lo que hemos vivido. “Nosotros como seres humanos hemos desarrollado sistemas de memoria que tienen fallos, fragilidades e imperfecciones”, escribe. “La indiferencia sobre las fuentes nos permite asimilar lo que leemos, lo que nos cuentan, lo que dicen otros y pensar, escribir y pintar, de una forma tan rica y tan intensa como si fuesen experiencias primarias. Nos permite ver y escuchar con los ojos y los oídos de otros, entrar en la mente de los demás, asimilar el arte y la ciencia y la religión de toda una cultura”.<br />
Este texto es una muestra de la forma que tiene Sacks de escribir y pensar y, a la vez, de la inmensa influencia de sus escritos sobre la manera en que vemos el mundo en el que vivimos. La tranquila lucidez con la que afronta la noticia de su cáncer sin retorno es una prueba más de su sabiduría.<br />
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<h4 class="ademas">
<span class="sin_enlace">más información</span></h4>
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<li><a class="normal" href="http://elpais.com/diario/1997/04/17/cultura/861228005_850215.html">Siete relatos de Sacks exponen el lado positivo de la enfermedad</a></li>
<li><a class="normal" href="http://elpais.com/elpais/2013/07/10/opinion/1373457617_864305.html">Al cumplir los 80. Por Oliver Sacks</a></li>
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Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-47145203786037405882015-02-18T04:32:00.000-08:002015-02-20T04:35:40.276-08:00Speak, Memory <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<img class="windows_logo_fallback" src="http://www.nybooks.com/media/static/assets/_assets/img/icon/NYRB.png" height="18" width="400" /><br />
<a href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/">enlace</a><br />
<div class="post-header">
<div class="post-header-line-1">
<time><a href="http://www.nybooks.com/issues/2013/feb/21/"><span style="color: #3778cd;">February 21, 2013 </span></a></time></div>
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<div class="post-body entry-content" id="post-body-7050800078335267319" itemprop="description articleBody">
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<div class="details">
<a href="http://www.nybooks.com/contributors/oliver-sacks/"><span style="color: #3778cd;">Oliver Sacks</span></a></div>
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<section class="article_body">In 1993, approaching my sixtieth birthday, I started to experience a curious phenomenon—the spontaneous, unsolicited rising of early memories into my mind, memories that had lain dormant for upward of fifty years. Not merely memories, but frames of mind, thoughts, atmospheres, and passions associated with them—memories, especially, of my boyhood in London before World War II. Moved by these, I wrote two short memoirs, one about the grand science museums in South Kensington, which were so much more important than school to me when I was growing up; the other about Humphry Davy, an early-nineteenth-century chemist who had been a hero of mine in those far-off days, and whose vividly described experiments excited me and inspired me to emulation. I think a more general autobiographical impulse was stimulated, rather than sated, by these brief writings, and late in 1997, I launched on a three-year project of writing a memoir of my boyhood, which I published in 2001 as <i>Uncle Tungsten</i>.<sup id="fnr-1"><a href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fn-1"><span style="color: #3778cd; font-size: x-small;">1</span></a></sup><br /> I expected some deficiencies of memory—partly because the events I was writing about had occurred fifty or more years earlier, and most of those who might have shared their memories, or checked my facts, were now dead; and partly because, in writing about the first fifteen years of my life, I could not call on the letters and notebooks that I started to keep, assiduously, from the age of eighteen or so.<br /> I accepted that I must have forgotten or lost a great deal, but assumed that the memories I did have—especially those that were very vivid, concrete, and circumstantial—were essentially valid and reliable; and it was a shock to me when I found that some of them were not.<br /></section><section class="article_body"><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a class="poppable" href="http://www.nybooks.com/media/photo/2013/01/28/sacks_1-022113.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="sacks_1-022113.jpg" src="http://www.nybooks.com/media/photo/2013/01/28/sacks_1-022113_jpg_250x1195_q85.jpg" id="photo-3660-img" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;">Private Collection/Peter Ertl/Albertina, Vienna</span><br />
Heinrich Kühn: <i>Hans with Bureau</i>, 1905; <br />
from <i>Heinrich Kühn: The Perfect Photograph</i>, <br />
the catalog of a recent exhibition organized by <br />
the Albertina, Vienna. Now out of print, it was edited by <br />
Monika Faber and Astrid Mahler and published by Hatje Cantz.</td></tr>
</tbody></table>
</section><section class="article_body"></section><section class="article_body"><div class="initial">
A striking example of this, the first that came to my notice, arose in relation to the two bomb incidents that I described in <i>Uncle Tungsten</i>, both of which occurred in the winter of 1940–1941, when London was bombarded in the Blitz:</div>
</section><section class="article_body"><!-- 300x250-ArticleP1 --> </section><section class="article_body"><div id="article-p1">
</div>
</section><section class="article_body"><blockquote>
One night, a thousand-pound bomb fell into the garden next to ours, but fortunately it failed to explode. All of us, the entire street, it seemed, crept away that night (my family to a cousin’s flat)—many of us in our pajamas—walking as softly as we could (might vibration set the thing off?). The streets were pitch dark, for the blackout was in force, and we all carried electric torches dimmed with red crêpe paper. We had no idea if our houses would still be standing in the morning.</blockquote>
</section><section class="article_body"><blockquote>
On another occasion, an incendiary bomb, a thermite bomb, fell behind our house and burned with a terrible, white-hot heat. My father had a stirrup pump, and my brothers carried pails of water to him, but water seemed useless against this infernal fire—indeed, made it burn even more furiously. There was a vicious hissing and sputtering when the water hit the white-hot metal, and meanwhile the bomb was melting its own casing and throwing blobs and jets of molten metal in all directions.</blockquote>
</section><section class="article_body">A few months after the book was published, I spoke of these bombing incidents to my brother Michael. Michael is five years my senior, and had been with me at Braefield, the boarding school to which we had been evacuated at the beginning of the war (and in which I was to spend four miserable years, beset by bullying schoolmates and a sadistic headmaster). My brother immediately confirmed the first bombing incident, saying, “I remember it exactly as you described it.” But regarding the second bombing, he said, “You never saw it. You weren’t there.”<br />I was staggered by Michael’s words. How could he dispute a memory I would not hesitate to swear on in a court of law, and had never doubted as real? “What do you mean?” I objected. “I can see the bomb in my mind’s eye now, Pa with his pump, and Marcus and David with their buckets of water. How could I see it so clearly if I wasn’t there?”<br /> “You never saw it,” Michael repeated. “We were both away at Braefield at the time. But David [our older brother] wrote us a letter about it. A very vivid, dramatic letter. You were enthralled by it.” Clearly, I had not only been enthralled, but must have constructed the scene in my mind, from David’s words, and then appropriated it, and taken it for a memory of my own.<br /> After Michael said this, I tried to compare the two memories—the primary one, on which the direct stamp of experience was not in doubt, with the constructed, or secondary, one. With the first incident, I could feel myself into the body of the little boy, shivering in his thin pajamas—it was December, and I was terrified—and because of my shortness compared to the big adults all around me, I had to crane my head upward to see their faces.<br /> The second image, of the thermite bomb, was equally clear, it seemed to me—very vivid, detailed, and concrete. I tried to persuade myself that it had a different quality from the first, that it bore evidence of its appropriation from someone else’s experience, and its translation from verbal description into image. But although I now know, intellectually, that this memory was “false,” it still seems to me as real, as intensely my own, as before. Had it, I wondered, become as real, as personal, as strongly embedded in my psyche (and, presumably, my nervous system) as if it had been a genuine primary memory? Would psychoanalysis, or, for that matter, brain imaging, be able to tell the difference?<br /> My “false” bomb experience was closely akin to the true one, and it could easily have been my own experience too. It was plausible that I might have been there; had it not been so, perhaps the description of it in my brother’s letter would not have affected me so. All of us “transfer” experiences to some extent, and at times we are not sure whether an experience was something we were told or read about, even dreamed about, or something that actually happened to us.<br /> This is especially apt to happen with very early experiences, with one’s so-called “earliest memories.” I have a vivid memory from about the age of two of pulling the tail of our chow, Peter, while he was gnawing a bone under the hall table, of Peter leaping up and biting me in the cheek, and of my being carried, howling, into my father’s surgery in the house, where a couple of stitches were put in my cheek.<br /> There is an objective reality here: I was bitten on the cheek by Peter when I was two, and still bear the scar of this. But do I actually remember it, or was I told about it, subsequently constructing a “memory” that became more and more firmly fixed in my mind by repetition? The memory seems intensely real to me, and the fear associated with it is certainly real, for I developed a fear of large animals after this incident—Peter was almost as large as I was at two—a fear that they would suddenly attack or bite me.</section><section class="article_body"><div class="initial">
Daniel Schacter has written extensively on distortions of memory and the “source confusions” that go with them, and in his book <i>Searching for Memory</i> recounts a well-known story about Ronald Reagan:</div>
</section><section class="article_body"><blockquote>
In the 1980 presidential campaign, Ronald Reagan repeatedly told a heartbreaking story of a World War II bomber pilot who ordered his crew to bail out after his plane had been seriously damaged by an enemy hit. His young belly gunner was wounded so seriously that he was unable to evacuate the bomber. Reagan could barely hold back his tears as he uttered the pilot’s heroic response: “Never mind. We’ll ride it down together.” The press soon realized that this story was an almost exact duplicate of a scene in the 1944 film <i>A Wing and a Prayer</i>. Reagan had apparently retained the facts but forgotten their source.</blockquote>
</section><section class="article_body">Reagan was a vigorous sixty-nine-year-old at the time, was to be president for eight years, and only developed unmistakable dementia in the 1990s. But he had been given to acting and make-believe throughout his life, and he had displayed a vein of romantic fantasy and histrionism since he was young. Reagan was not simulating emotion when he recounted this story—his story, his reality, as he believed it to be—and had he taken a lie detector test (functional brain imaging had not yet been invented at the time), there would have been none of the telltale reactions that go with conscious falsehood.<br /> It is startling to realize that some of our most cherished memories may never have happened—or may have happened to someone else. I suspect that many of my enthusiasms and impulses, which seem entirely my own, have arisen from others’ suggestions, which have powerfully influenced me, consciously or unconsciously, and then been forgotten. Similarly, while I often give lectures on similar topics, I can never remember, for better or worse, exactly what I said on previous occasions; nor can I bear to look through my earlier notes. Losing conscious memory of what I have said before, and having no text, I discover my themes afresh each time, and they often seem to me brand-new. This type of forgetting may be necessary for a creative or healthy cryptomnesia, one that allows old thoughts to be reassembled, retranscribed, recategorized, given new and fresh implications.<br /> Sometimes these forgettings extend to autoplagiarism, where I find myself reproducing entire phrases or sentences as if new, and this may be compounded, sometimes, by a genuine forgetfulness. Looking back through my old notebooks, I find that many of the thoughts sketched in them are forgotten for years, and then revived and reworked as new. I suspect that such forgettings occur for everyone, and they may be especially common in those who write or paint or compose, for creativity may require such forgettings, in order that one’s memories and ideas can be born again and seen in new contexts and perspectives.<br /> Webster’s defines “plagiarize” as “to steal and pass off (the ideas or words of another) as one’s own: use (another’s production) without crediting the source …to commit literary theft: present as new and original an idea or product derived from an existing source.” There is a considerable overlap between this definition and that of “cryptomnesia.” The essential difference is that plagiarism, as commonly understood and reprobated, is conscious and intentional, whereas cryptomnesia is neither. Perhaps the term “cryptomnesia” needs to be better known, for though one may speak of “unconscious plagiarism,” the very word “plagiarism” is so morally charged, so suggestive of crime and deceit, that it retains a sting even if it is “unconscious.”<br />In 1970, George Harrison composed an enormously successful song, “My Sweet Lord,” which turned out to have great similarities to a song by Ronald Mack (“He’s So Fine”), recorded eight years earlier. When the matter went to trial, the judge found Harrison guilty of plagiarism, but showed psychological insight and sympathy in his summary of the case. He concluded:</section><section class="article_body"><blockquote>
Did Harrison deliberately use the music of “He’s So Fine”? I do not believe he did so deliberately. Nevertheless…this is, under the law, infringement of copyright, and is no less so even though subconsciously accomplished.</blockquote>
</section><section class="article_body"><div class="inline inline-type-photo inline-id-3661 inline-position-right" id="photo-3661">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a class="poppable" href="http://www.nybooks.com/media/photo/2013/01/28/sacks_2-022113.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="sacks_2-022113.jpg" src="http://www.nybooks.com/media/photo/2013/01/28/sacks_2-022113_jpg_250x1202_q85.jpg" id="photo-3661-img" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;">Private Collection</span><br />
<div class="clearfix">
Georges Seurat: <i>Night Stroll</i>, 1887–1888</div>
</td></tr>
</tbody></table>
Helen Keller was accused of plagiarism when she was only twelve.<sup id="fnr-2"><a href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fn-2"><span style="color: #3778cd; font-size: x-small;">2</span></a></sup> Though deaf and blind from an early age, and indeed languageless before she met Annie Sullivan at the age of six, she became a prolific writer once she learned finger spelling and Braille. As a girl, she had written, among other things, a story called “The Frost King,” which she gave to a friend as a birthday gift. When the story found its way into print in a magazine, readers soon realized that it bore great similarities to “The Frost Fairies,” a children’s short story by Margaret Canby. Admiration for Keller now turned into accusation, and Helen was accused of plagiarism and deliberate falsehood, even though she said that she had no recollection of reading Canby’s story, and thought she had made it up herself. The young Helen was subjected to a ruthless inquisition, which left its mark on her for the rest of her life.</div>
</section><section class="article_body">But she had defenders, too, including the plagiarized Margaret Canby, who was amazed that a story spelled into Helen’s hand three years before could be remembered or reconstructed by her in such detail. “What a wonderfully active and retentive mind that gifted child must have!” Canby wrote. Alexander Graham Bell came to her defense, saying, “Our most original compositions are composed exclusively of expressions derived from others.”<sup id="fnr-3"><a href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fn-3"><span style="color: #3778cd; font-size: x-small;">3</span></a></sup><br /> Indeed, Keller’s remarkable imagination and mind could not have developed and become as rich as they were without appropriating the language of others. Perhaps in a general sense we are all dependent on the thoughts and images of others.<br /> Keller herself said of such appropriations that they were most apt to occur when books were spelled into her hands, their words passively received. Sometimes when this was done, she said, she could not identify or remember the source, or even, sometimes, whether it came from outside her or not. Such confusion rarely occurred if she read actively, using Braille, moving her finger across the pages.</section><section class="article_body"><div class="initial">
The question of Coleridge’s plagiarisms, paraphrases, cryptomnesias, or borrowings has intrigued scholars and biographers for nearly two centuries, and is of special interest in view of his prodigious powers of memory, his imaginative genius, and his complex, multiform, sometimes tormented sense of identity. No one has described this more beautifully than Richard Holmes in his two- volume biography.</div>
</section><section class="article_body">Coleridge was a voracious, omnivorous reader who seemed to retain all that he read. There are descriptions of him as a student reading <i>The Times</i> in a casual fashion, then being able to reproduce the entire paper, including its advertisements, verbatim. “In the youthful Coleridge,” writes Holmes,</section><section class="article_body"><blockquote>
this is really part of his gift: an enormous reading capacity, a retentive memory, a talker’s talent for conjuring and orchestrating other people’s ideas, and the natural instinct of a lecturer and preacher to harvest materials wherever he found them.</blockquote>
</section><section class="article_body">Literary borrowing was commonplace in the seventeenth century—Shakespeare borrowed freely from many of his contemporaries, as did Milton.<sup id="fnr-4"><a href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fn-4"><span style="color: #3778cd; font-size: x-small;">4</span></a></sup> Friendly borrowing remained common in the eighteenth century, and Coleridge, Wordsworth, and Southey all borrowed from one another, sometimes even, according to Holmes, publishing work under each other’s names.<br /> But what was common, natural, and playful in Coleridge’s youth gradually took on a more disquieting form, especially in relation to the German philosophers (Friedrich Schelling above all) whom he “discovered,” venerated, translated, and finally came to use in the most extraordinary way. Whole pages of Coleridge’s <i>Biographia Literaria</i> consist of unacknowledged, verbatim passages from Schelling. While this unconcealed and damaging behavior has been readily (and reductively) categorized as “literary kleptomania,” what actually went on is complex and mysterious, as Holmes explores in the second volume of his biography, where he sees the most flagrant of Coleridge’s plagiarisms as occurring at a devastatingly difficult period of his life, when he had been abandoned by Wordsworth, was disabled by profound anxiety and intellectual self-doubt, and more deeply addicted to opium than ever. At this time, Holmes writes, “his German authors gave him support and comfort: in a metaphor he often used himself, he twined round them like ivy round an oak.”<br />Earlier, as Holmes describes, Coleridge had found another extraordinary affinity, for the German writer Jean-Paul Richter—an affinity that led him to translate and transcribe Richter’s writings, and then to take off from them, elaborating them in his own way and then, in his notebooks, conversing and communing with Richter. At times, the voices of the two men became so intermingled as to be hardly distinguishable from one another.</section><section class="article_body"><div class="initial">
In 1996, I read a review of a new play, <i>Molly Sweeney</i>, by Brian Friel. It was, I read, about a massage therapist, born blind, who is given sight by an operation in middle life, but then finds this unprecedented ability to see profoundly confusing. Molly is unable to recognize anybody or anything, can make nothing of what she sees—and ultimately, gratefully, returns to her original state of blindness. I was startled by this, because I myself had written and published in <i>The New Yorker</i>, just three years earlier, the case history of a patient with an exceedingly similar story (“To See and Not See”). When I obtained a copy of Friel’s new play, I was not surprised to find it brilliant and original in conception and style, but I was surprised to find, over and above the thematic similarities, entire phrases and sentences from my own case history.</div>
</section><section class="article_body">I wrote to Friel, and he responded that he had indeed read my piece, and had been much moved by it (the more so as he had feared he was losing his own vision). He had also read many other case histories of the restoration of vision. Friel concluded that he must have inadvertently used some phrases from my account, but that this was completely unconscious, and agreed to add to <i>Molly Sweeney</i> an acknowledgment of the sources of his inspiration.</section><section class="article_body"><div class="initial">
Freud was fascinated by the slippages and errors of memory that occur in the course of daily life, and their relation to emotion, especially unconscious emotion; but he was also forced to consider the much grosser distortions of memory that some of his patients showed, especially when they gave him accounts of having been sexually seduced or abused in childhood. He at first took all these accounts literally, but eventually, when there seemed little evidence or plausibility in several cases, he started to wonder whether such recollections had been distorted by fantasy, and whether some, indeed, might be total fabulations, constructed unconsciously, but so convincingly that the patients themselves believed in them absolutely. The stories that patients told, and had told to themselves, could have a very powerful effect on their lives, and it seemed to Freud that their psychological reality might be the same whether they came from actual experience or from fantasy.</div>
</section><section class="article_body">In our present age, descriptions and accusations of childhood abuse have reached almost epidemic proportions. Much is made of so-called recovered memories—memories of experiences so traumatic as to be defensively repressed, and then, with therapy, released from repression. Particularly dark and fantastic forms of this include descriptions of satanic rituals of one sort and another, accompanied often by coercive sexual practices. Lives, and families, have been ruined by such accusations. But it has been shown, in at least some cases, that such descriptions can be insinuated or planted by others. The frequent combination, here, of a suggestible witness (often a child) with an authority figure (perhaps a therapist, a teacher, a social worker, or an investigator) can be particularly powerful.<br /> From the Inquisition and the Salem witch trials to the Soviet trials of the 1930s and Abu Ghraib, varieties of “extreme interrogation,” or outright physical and mental torture, have been used to extract political or religious “confessions.” While such interrogation may be intended to extract information in the first place, its deeper intentions may be to brainwash, to effect a genuine change of mind, to fill it with implanted, self-inculpatory memories, and in this it may be frighteningly successful.<sup id="fnr-5"><a href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fn-5"><span style="color: #3778cd; font-size: x-small;">5</span></a></sup><br /> But it may not take coercive suggestion to affect a person’s memories. The testimony of eyewitnesses is notoriously subject to suggestion and to error, frequently with dire effects on the wrongfully accused.<sup id="fnr-6"><a href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fn-6"><span style="color: #3778cd; font-size: x-small;">6</span></a></sup> With the advent of <acronym>DNA</acronym> testing, it is now possible to find, in many cases, an objective corroboration or refutation of such testimony, and Schacter notes that “a recent analysis of forty cases in which <acronym>DNA</acronym> evidence established the innocence of wrongly imprisoned individuals revealed that thirty-six of them (90 percent) involved mistaken eyewitness identification.”<br />If the last thirty years have seen a surge or resurgence of ambiguous memory and identity syndromes, they have also led to important research—forensic, theoretical, and experimental—on the malleability of memory. Elizabeth Loftus, the psychologist and memory researcher, has documented a disquieting success in implanting false memories by simply suggesting to a subject that he has experienced a fictitious event. Such pseudo-events, invented by psychologists, may vary from mildly upsetting or comic incidents (that, for example, as a child, one was lost in a mall) to more serious incidents (that one was the victim of a serious animal attack, or a serious assault by another child). After initial skepticism (“I was never lost in a shopping mall”), and then uncertainty, the subject may move to a conviction so profound that he will continue to insist on the truth of the implanted memory, even after the experimenter confesses that it never happened in the first place.<br /> What is clear in all these cases—whether of imagined or real abuse in childhood, of genuine or experimentally implanted memories, of misled witnesses and brainwashed prisoners, of unconscious plagiarism, and of the false memories we probably all have based on misattribution or source confusion—is that, in the absence of outside confirmation, there is no easy way of distinguishing a genuine memory or inspiration, felt as such, from those that have been borrowed or suggested, between what the psychoanalyst Donald Spence calls “historical truth” and “narrative truth.”<br />Even if the underlying mechanism of a false memory is exposed, as I was able to do, with my brother’s help, in the incendiary bomb incident (or as Loftus would do when she confessed to her subjects that their memories were implanted), this may not alter the sense of actual lived experience or reality that such memories have. Nor, for that matter, may the obvious contradictions or absurdity of certain memories alter the sense of conviction or belief. For the most part the people who claim to be abducted by aliens are not lying when they speak of how they were taken into alien spaceships, any more than they are conscious of having invented a story—some truly believe that this is what happened.<br /> Once such a story or memory is constructed, accompanied by vivid sensory imagery and strong emotion, there may be no inner, psychological way of distinguishing true from false—or any outer, neurological way. The physiological correlates of such memory can be examined using functional brain imaging, and these images show that vivid memories produce widespread activation in the brain involving sensory areas, emotional (limbic) areas, and executive (frontal lobe) areas—a pattern that is virtually identical whether the “memory” is based on experience or not.</section><section class="article_body"><div class="initial">
There is, it seems, no mechanism in the mind or the brain for ensuring the truth, or at least the veridical character, of our recollections. We have no direct access to historical truth, and what we feel or assert to be true (as Helen Keller was in a very good position to note) depends as much on our imagination as our senses. There is no way by which the events of the world can be directly transmitted or recorded in our brains; they are experienced and constructed in a highly subjective way, which is different in every individual to begin with, and differently reinterpreted or reexperienced whenever they are recollected. (The neuroscientist Gerald M. Edelman often speaks of perceiving as “creating,” and remembering as “recreating” or “recategorizing.”) Frequently, our only truth is narrative truth, the stories we tell each other, and ourselves—the stories we continually recategorize and refine. Such subjectivity is built into the very nature of memory, and follows from its basis and mechanisms in the human brain. The wonder is that aberrations of a gross sort are relatively rare, and that, for the most part, our memories are relatively solid and reliable.</div>
</section><section class="article_body">We, as human beings, are landed with memory systems that have fallibilities, frailties, and imperfections—but also great flexibility and creativity. Confusion over sources or indifference to them can be a paradoxical strength: if we could tag the sources of all our knowledge, we would be overwhelmed with often irrelevant information.<br /> Indifference to source allows us to assimilate what we read, what we are told, what others say and think and write and paint, as intensely and richly as if they were primary experiences. It allows us to see and hear with other eyes and ears, to enter into other minds, to assimilate the art and science and religion of the whole culture, to enter into and contribute to the common mind, the general commonwealth of knowledge. This sort of sharing and participation, this communion, would not be possible if all our knowledge, our memories, were tagged and identified, seen as private, exclusively ours. Memory is dialogic and arises not only from direct experience but from the intercourse of many minds.<br /><!-- Readability footnotes --> </section><section class="article_body"><div id="js_target" style="display: none;">
1 See Oliver Sacks, <i>Uncle Tungsten: Memories of a Chemical Boyhood</i> (Vintage, 2001). <a class="footnoteBackLink" href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fnr-1" title="Jump back to footnote fn-1 in the text"><span style="color: #3778cd;">↩</span></a> <br />
2 This episode is related in great and sympathetic detail by Dorothy Herrmann in her biography of Keller, <i> Helen Keller: A Life</i> (University of Chicago Press, 1998). <a class="footnoteBackLink" href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fnr-2" title="Jump back to footnote fn-2 in the text"><span style="color: #3778cd;">↩</span></a> <br />
3 Mark Twain later wrote to Helen Keller: <br />
<blockquote>
Oh, dear me, how unspeakably funny and owlishly idiotic and grotesque was that “plagiarism” farce! As if there was much of anything in any human utterance <i>except</i> plagiarism!... For substantially all ideas are second-hand, consciously and unconsciously drawn from a million outside sources. </blockquote>
Indeed, Mark Twain had committed such unconscious theft himself, as he described in a speech at Oliver Wendell Holmes’s seventieth birthday: <br />
<br />
<blockquote>
Oliver Wendell Holmes...was...the first great literary man I ever stole any thing from—and that is how I came to write to him and he to me. When my first book was new, a friend of mine said to me, “The dedication is very neat.” Yes, I said, I thought it was. My friend said, “I always admired it, even before I saw it in <i>The Innocents Abroad</i>.” <br />
I naturally said, “What do you mean? Where did you ever see it before?” <br />
“Well, I saw it first some years ago as Doctor Holmes’s dedication to his <i>Songs in Many Keys</i>.” <br />
...Well, of course, I wrote to Dr. Holmes and told him I hadn’t meant to steal, and he wrote back and said in the kindest way that it was all right and no harm done; and added that he believed we all unconsciously worked over ideas gathered in reading and hearing, imagining they were original with ourselves.</blockquote>
<a class="footnoteBackLink" href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fnr-3" title="Jump back to footnote fn-3 in the text"><span style="color: #3778cd;">↩</span></a> <br />
4 <i>The Cambridge History of English and American Literature</i> says of Milton: <br />
<blockquote>
The parallel-hunters and the plagiarism-hunters and the source-hunters have spent immense pains... to show that Milton imitated, borrowed from, or, in this way and that, followed, the <i>Adamo</i> of...Andreini (1613), the Lucifer...of...Vondel (1654), the <i>Adamus Exul</i> of Grotius (1601), Sylvester’s <i>Du Bartas</i> (1605) and even Caedmon.... Supposing Milton to have read all these books, <i>Paradise Lost</i> remains Milton’s; and it is perfectly certain, not merely that nobody else could have constructed it out of them, but that a syndicate composed of their authors, each in his happiest vein and working together as never collaborators worked, could not have come within measurable distance of it, or of him.</blockquote>
<a class="footnoteBackLink" href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fnr-4" title="Jump back to footnote fn-4 in the text"><span style="color: #3778cd;">↩</span></a> <br />
5 The theme of brainwashing or breaking a man, with the forcible derangement of memory, is terrifyingly illustrated in George Orwell’s novel <i>1984</i>, and in the Alec Guinness film <i>The Prisoner</i>. <a class="footnoteBackLink" href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fnr-5" title="Jump back to footnote fn-5 in the text"><span style="color: #3778cd;">↩</span></a> <br />
6 Hitchcock’s film <i>The Wrong Man</i> (the only nonfiction film he ever made) documents the terrifying consequences of a mistaken identification based on eyewitness testimony. <a class="footnoteBackLink" href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fnr-6" title="Jump back to footnote fn-6 in the text"><span style="color: #3778cd;">↩</span></a> </div>
</section><section class="article_body"><!-- End Readability footnotes --> <!-- end for readability --> </section><section class="article_body"><div class="article-refers-to quiet small">
<h5>
Letters</h5>
<em><a href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/mar/21/freud-and-sexual-abuse/"><span style="color: #3778cd;">Freud and Sexual Abuse</span></a></em> March 21, 2013</div>
</section><section class="article_body"><div class="pagination foot">
</div>
</section><section class="article_body"><div class="footnotes">
<ol>
<li id="fn-1">See Oliver Sacks, <i>Uncle Tungsten: Memories of a Chemical Boyhood</i> (Vintage, 2001). <a class="footnoteBackLink" href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fnr-1" title="Jump back to footnote fn-1 in the text"><span style="color: #3778cd;">↩</span></a></li>
<li id="fn-2">This episode is related in great and sympathetic detail by Dorothy Herrmann in her biography of Keller, <i> Helen Keller: A Life</i> (University of Chicago Press, 1998). <a class="footnoteBackLink" href="http://www.nybooks.com/articles/archives/2013/feb/21/speak-memory/#fnr-2" title="Jump back to footnote fn-2 in the text"><span style="color: #3778cd;">↩</span></a></li>
<li id="fn-3">Mark Twain later wrote to Helen Keller: <blockquote>
Oh, dear me, how unspeakably funny and owlishly idiotic and grotesque was that “plagiarism” farce! As if there was much of anything in any human utterance <i>except</i> plagiarism!… For substantially all ideas are second-hand, consciously and unconsciously drawn from a million outside sources. </blockquote>
Indeed, Mark Twain had committed such unconscious theft himself, as he described in a speech at Oliver Wendell Holmes’s seventieth birthday: <br /><br /><blockquote>
Oliver Wendell Holmes…was…the first great literary man I ever stole any thing from—and that is how I came to write to him and he to me. When my first book was new, a friend of mine said to me, “The dedication is very neat.” Yes, I said, I thought it was. My friend said, “I always admired it, even before I saw it in <i>The Innocents Abroad</i>.” <br />
I naturally said, “What do you mean? Where did you ever see it before?” <br />
“Well, I saw it first some years ago as Doctor Holmes’s dedication to his <i>Songs in Many Keys</i>.” <br />
…Well, of course, I wrote to Dr. Holmes and told him I hadn’t meant to steal, and he wrote back and said in the kindest way that it was all right and no harm done; and added that he believed we all unconsciously worked over ideas gathered in reading and hearing, imagining they were original with ourselves.</blockquote>
</li>
<li id="fn-4"><i>The Cambridge History of English and American Literature</i> says of Milton: <blockquote>
The parallel-hunters and the plagiarism-hunters and the source-hunters have spent immense pains… to show that Milton imitated, borrowed from, or, in this way and that, followed, the <i>Adamo</i> of…Andreini (1613), the Lucifer…of…Vondel (1654), the <i>Adamus Exul</i> of Grotius (1601), Sylvester’s <i>Du Bartas</i> (1605) and even Caedmon…. Supposing Milton to have read all these books, <i>Paradise Lost</i> remains Milton’s; and it is perfectly certain, not merely that nobody else could have constructed it out of them, but that a syndicate composed of their authors, each in his happiest vein and working together as never collaborators worked, could not have come within measurable distance of it, or of him.</blockquote>
</li>
<li id="fn-5">The theme of brainwashing or breaking a man, with the forcible derangement of memory, is terrifyingly illustrated in George Orwell’s novel <i>1984</i>, and in the Alec Guinness film <i>The Prisoner</i>. </li>
<li>Hitchcock’s film <i>The Wrong Man</i> (the only nonfiction film he ever made) documents the terrifying consequences of a mistaken identification based on eyewitness testimony.</li>
</ol>
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</section><br /></div>
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</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-81043409183718841682014-09-10T03:37:00.001-07:002021-04-11T02:47:42.970-07:00Tus recuerdos de la infancia en realidad no existieron<h1>
<span style="font-size: large;">Varios estudios afirman que somos capaces de tener imágenes mentales de situaciones que nunca ocurrieron. </span></h1>
<!--article-info--><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s1600/el+pais.png" style="background-color: white; color: #3778cd; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; text-decoration-line: none;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwzht4_cxUuMt4r5Q8FjesNTMoXM7eBXpbQo9XJBjXS82My5pV-e5qBk-yBxYHEc6Hvg5LJkUgEWT0OmOfmNWXQyV0jLMBQOQPQYGa5mSuJ2QUUq3Gv2_5eq8bSjNiZevcsE4_5D_cAloR/s200/el+pais.png" style="background: transparent; border-radius: 0px; border: 1px solid transparent; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; padding: 8px; position: relative;" /></a><br />
<div class="article-info">
<div class="author">
Clara Ferrero</div>
<div class="date">
10 de septiembre de 2014</div>
</div>
<!--/article-info--> <!--media--> <a href="http://smoda.elpais.com/articulos/tus-recuerdos-de-la-infancia-jamas-existieron/5291">enlace</a><br />
<div class="media">
<div class="inner">
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<div class="tags">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="Pipi Lastrum" height="251" longdesc="" src="http://static-smoda.elpais.com/uploads/images/thumbs/201437/pipi_lastrum_6767_635x.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" title="Pipi Lastrum" width="320" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Si tus recuerdos infantiles son similares a las aventuras <br />
de Pipi Lastrum, puede que te lo estés inventando.</td></tr>
</tbody></table>
No se preocupe si recuerda haber vivido una infancia en la que paseaba a lomos de un corcel blanco con el cabello recogido en dos coletas (cuando jamás ha sabido montar a caballo), si cree haber llevado al equipo de fútbol de su colegio a la victoria en el campeonato escolar (cuando fue su hermano pequeño quien marcó el gol) o si se considera poseedor de una mente privilegiada capaz de rememorar con detalle sus primeras vacaciones familiares (a pesar de que no levantase más de dos palmos del suelo). No está solo ni es el único capaz de evocar <strong>anécdotas inexistentes</strong> del pasado.</div>
<div class="article-content">
“El 87% de mis recuerdos de la guardería son un plagio de <em>Ramona the Pest</em>”. La escritora estadounidense Elizabeth McCracken <a href="https://twitter.com/elizmccracken/status/496846505500622852">tuiteaba</a> hace unos días esta frase en la que reflexionaba sobre el <strong>extraño parecido entre sus reminiscencias infantiles y las aventuras del personaje de ficción. </strong>Lejos de que su tierna infancia fuese objeto de inspiración o de descarada copia para la autora de la novela –hecho que se antoja prácticamente imposible ya que la escritora nació en 1966 y el libro <em>Romona the Pest</em> fue publicada dos años después– la explicación es mucho más sencilla (o bastante más compleja): <strong>recordamos cosas que jamás sucedieron.</strong> Una <strong>foto</strong> o un <strong>libro</strong> pueden generar imágenes mentales que nunca tuvieron lugar fuera de nuestra imaginación.<br />
Elizabeth Loftus, una científica y psicóloga cognitiva de la Universidad de California, Irvine, da respuesta a la paradoja. Su <a href="http://socialecology.uci.edu/faculty/eloftus/" target="_blank">amplia investigación</a> sobre la maleabilidad de la memoria, especialmente en los niños, concluye que, en muchos casos, somos nosotros los artífices de lo que rememoramos. <strong>“Recogemos información y la utilizamos para 'crear' nuestros recuerdos o contaminar los que tenemos</strong>. La desinformación externa y la sugestión juegan papeles importantes en el proceso", explica a <em>S Moda.</em> Es probable, por tanto, que creamos recordar con nitidez nuestro tercer cumpleaños cuando lo que en realidad evocamos son las fotos que hemos visto a posteriori. Del mismo modo, es factible que <strong>anécdotas de la infancia</strong> que en realidad le ocurrieron a familiares, amigos o incluso personajes de ficción <strong>sean consideradas como propias. </strong><br />
El colmo de la contrariedad, con el consiguiente peligro, llega al descubrir que es posible <strong>sugestionar a otra persona para que recuerde algo que jamás vivió</strong>. "En el caso de los niños menores de seis años los procesos de control de la realidad no se han desarrollado del todo y son más vulnerables a que sugerencias de información se incorporen a su mente como vivencias", nos explica el profesor <a href="http://antoniomanzanero.blogspot.com.es/" target="_blank">Antonio L. Manzanero</a>, experto en Psicología del Testimonio y profesor de la Universidad Complutense. Sin embargo, "ya que los falsos recuerdos no solo se dan por inducción sino por errores de los propios procesos normales de memoria, también pueden producirse en la edad adulta", continúa.<strong> </strong><br />
Así lo corrobora un experimento llevado a cabo por Loftus a mediados de los 90<strong>. 'Perderse en un centro comercial',</strong> algo que muchos pequeños han experimentado en su infancia, fue la vivencia que la psicóloga intentó recrear en la mente de 24 individuos con edades comprendidas entre los 18 y los 53 años. El equipo de investigación detalló por escrito, con ayuda de los familiares de los voluntarios, tres eventos que estos vivieron durante su niñez. Además, añadieron a la lista una cuarta situación inventada: un despiste en unos grandes almacenes que les llevó, a la edad de cinco años, a estar separados de sus padres durante un periodo de tiempo prolongado. Después de leer cada historia, los participantes escribieron lo que recordaban sobre cada una. El 68% de las anécdotas reales fueron descritas con acierto, pero lo llamativo fue que <strong>siete de los 24 individuos (29%) también afirmaron acordarse del evento falso. </strong><br />
Estudiantes de la Universidad Western Washington fueron sometidos a un experimento parecido con resultados similares. Como en el caso anterior, los sujetos fueron animados a recordar varios eventos reales de su pasado y uno falso (un ingreso en el hospital por fiebre alta o una fiesta de cumpleaños con payasos y pizza). Mientras que ninguno de los participantes recordó la hazaña ficticia en la primera entrevista,<strong> el 20% afirmó tener un vago recuerdo en la segunda. </strong>Uno de ellos comentó que incluso era capaz de evocar cómo fue su hospitalización, qué familiares le visitaron y hasta cómo era el médico que lo atendió. Así, <strong>pasaron de manifestar que “no recordaban nada” a dar detalles concretos de un acontecimiento que jamás protagonizaron. </strong><br />
Ambos experimentos demuestran cómo <strong>es posible crear un recuerdo falso </strong>y cómo esto podría ocurrir fuera del campo de la investigación, en entornos del mundo real. Por otra parte, el estudio evidencia que la gente puede ser llevada a recordar su pasado de diferentes maneras. Por tanto, “bajo las circunstancias adecuadas <strong>falsos recuerdos pueden ser inculcados con bastante facilidad en ciertos individuos”</strong>, según afirma la autora de la investigación.<br />
En el caso del experimento 'perdido en el centro comercial', uno de los factores que ayuda a la implantación de falsos recuerdos es la <strong>corroboración del hecho por parte de un familiar o persona cercana.</strong> Es algo similar a lo que ocurre cuando alguien termina por confesar una fechoría que no ha cometido solo porque un supuesto testigo afirma haberle pillado con las manos en la masa.<br />
Así lo ratificó un estudio realizado por el psicólogo Saul M. Kassin y su equipo. El doctor acusó a los participantes de haber estropeado un ordenador por pulsar la tecla equivocada. Aunque todos eran inocentes y así lo mantuvieron en un primer momento, muchos de ellos no dudaron en <strong>firmar su confesión cuando un tercero afirmó haberles visto apretando el teclado. </strong>Algunos incluso llegaron a interiorizar su culpa y comenzaron a dar detalles del acto, una muestra de cómo una incriminación falsa puede llevar a la aceptación de un delito no cometido e incluso a desarrollar recuerdos que respalden un sentimiento de culpa. "Aunque desde los años 70 hasta la actualidad se han tratado de desarrollar procedimientos para diferenciar entre recuerdos reales y ficticios, no han dado los resultados esperados. Por eso en investigaciones judiciales es necesario contrastar los recuerdos con fuentes fiables", enuncia Manzanero.<br />
Pero, ¿cualquier persona es susceptible de tener falsos recuerdos? “Lo cierto es que sí –explica la experta– aunque<strong> los sujetos más propensos a desarrollarlos son aquellos que tienden a tener lapsos de memoria o déficit de atención</strong>, nadie está a salvo de experimentarlos”, termina. El hecho de que un individuo sea presionado o tenga problemas de memoria, aumenta las posibilidades de sufrir este tipo de episodios.<br />
Sin embargo, no está del todo claro por qué es tan fácil implantar recuerdos falsos ni qué pasa exactamente en el cerebro cuando se desarrollan. Sí se conoce que la actividad neuronal es similar a la que tiene lugar cuando se rememoran episodios reales.<br />
<a href="http://nymag.com/scienceofus/2014/09/your-fondest-childhood-memory-may-not-be-real.html" target="_blank">Según Brock Kirwan</a>, un neurocientífico que estudia la memoria en la Universidad Brigham Young, “todos los recuerdos que tenemos, incluso los de verdad,<strong> no son nunca reproducciones exactas</strong> de lo que pasó realmente. Esto es positivo en cierto modo porque no necesitamos detalles triviales, pero también es malo porque puede dar lugar a errores o a mezclar diferentes historias”. Este tipo de experiencias han llevado en varios casos a malinterpretar hechos o a crear falsos culpables. En los años 90 tuvo lugar un experimento de dudosa ética en Estados Unidos que arroja luz en este sentido. Personas adultas fueron incitadas por sus terapeutas a rememorar supuestos episodios de maltrato perpetrados por sus padres durante su infancia. Así los doctores consiguieron dar explicación a los traumas psicológicos que presentaban sus pacientes. El escritor especialista en divulgación científica Michael Shermer recoge con escepticismo esta y otras historias protagonizadas por falsas creencias en el libro titulado <a href="http://www.casadellibro.com/libro-por-que-creemos-en-cosas-raras-pseudociencia-supersticion-y-otr-as-confusiones-de-nuestro-tiempo/9788484284222/1227810" target="_blank"><em>Por qué creemos en cosas raras.</em></a><br />
Ya que la memoria es constructiva y todos los recuerdos tienen al menos una (gran) parte de irrealidad, debemos otorgar el justo peso e importancia a los pensamientos del pasado que surcan nuestra mente en el presente. Como nos cuenta la propia Loftus, “sin corroboración externa o independiente, <strong>nunca podemos estar totalmente seguros de nuestros recuerdos”.</strong></div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-67261621454794835072014-02-08T07:55:00.000-08:002017-12-20T03:48:43.783-08:00Un desajuste en el cerebro hace que personas vean cosas que pasaron horas antes<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div>
<br /></div>
</td></tr>
</tbody></table>
El estudio de un insólito síntoma asociado a diferentes trastornos podría servir para comprender mejor el funcionamiento del cerebro<br />
<a href="http://esmateria.com/"><img src="http://esmateria.com/img/materia.png" height="45" width="200" /></a><b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img height="227" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEhRCavEDgMUCkn3E9ziT6awpyr4UcBywXB4E-aZ7LhcXMYiTQxT9te6z7iPJ_mkM2CZG2fYGjMfU7pLsJRQ-lDsZm90R8QStGWAhn_sYGUQ8RWk9c0ZIRGbB8nkPkJrzqnDs5MrdVYNWRpFZsBNHB5h7qG0ipQpQhDR5n0QYkBv=" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="320" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div>
<span style="font-size: x-small;"><span style="background-color: transparent; color: black; display: inline; float: none; font-family: "times new roman"; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">En la palinopsia, una imagen observada persiste o </span></span></div>
<div>
<span style="font-size: x-small;"><span style="background-color: transparent; color: black; display: inline; float: none; font-family: "times new roman"; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">reaparece al cabo del tiempo / </span><a href="http://www.flickr.com/photos/geoglauco/1393773593/" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: transparent; color: #0066cc; font-family: Times New Roman; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: left; text-decoration: underline; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">Glauco Umbelino</a></span><span style="background-color: transparent; color: black; display: inline; float: none; font-family: "times new roman"; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"> </span></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<span style="background-color: transparent; color: black; display: inline; float: none; font-family: "times new roman"; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">Manuel Ansede </span><br />
<span style="background-color: transparent; color: black; display: inline; float: none; font-family: "times new roman"; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"> 08/02/2014</span><br />
<span style="background-color: transparent; color: black; display: inline; float: none; font-family: "times new roman"; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"></span><br />
Un día de 1984, un profesor de historia fue a comprar el periódico a un quiosco de Caracas y vio con el rabillo del ojo cómo una mujer se agachaba a coger una revista. Es de suponer que el periódico que compró aquel día hablaba de la devastadora hambruna que sufría Etiopía, de la Guerra Fría entre EEUU y la URSS y del uso de armas químicas contra Irán por parte de Irak. Nos podemos imaginar también al profesor enfrascado en las noticias, ya camino de su casa con el diario en la mano, cuando de repente volvió a ver, de manera nítida, a la mujer agachándose a coger la revista tal y como la había visto minutos antes, pese a que ella ya no estaba delante de sus ojos, sino a cientos de metros fuera de su campo visual. El profesor vio la misma escena dos veces, aunque sólo había ocurrido una vez.<br />
El maestro sufría palinopsia, un insólito síntoma asociado a varias causas en el que una imagen observada persiste o reaparece al cabo de minutos o incluso horas. En el caso del profesor, un tumor cerebral benigno había distorsionado el procesamiento de imágenes de su sistema visual, como detalló <a href="http://www.scielo.org.ve/scielo.php?pid=s0367-47622008000200009&script=sci_arttext">en un estudio</a> un equipo liderado por el médico <a href="http://www.anm.org.ve/anitem.cfm?AnnID=157">Rafael Muci</a>, miembro de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela.<br />
El caso del maestro venezolano no es único. La literatura médica describe un puñado de casos históricos, aunque el propio grupo de Muci subraya que “es un síntoma sobre el cual los médicos no están dispuestos a inquirir, ni los pacientes a quejarse, especialmente si están neurológicamente intactos, no están tomando drogas y se sienten bien”.<br />
Una mañana de marzo de 2005, por ejemplo, un ama de casa venezolana con cáncer de pulmón recibió la visita breve de su hermana y su sobrina. “Unas tres horas después sufrió una gran impresión cuando, encontrándose preparando el almuerzo, de repente reapareció frente a ella la imagen de madre e hija en el lado derecho de su campo visual persistiendo por pocos segundos”, explicaba el equipo de médicos venezolanos. “Cuatro días más tarde, una hora después de haber visto a un sobrino jugando en el suelo, cuando estaba bañándose, tuvo una visión muy clara de la misma escena”. De nuevo, un escáner de rayos X mostró que la mujer, de 48 años, tenía una metástasis en el lóbulo occipital izquierdo del cerebro.<br />
“La palinopsia es un síntoma muy poco frecuente aunque quizá infradiagnosticado, porque suele ser transitorio y médicos generalistas pueden no reconocerlo”, opina el neurólogo español Eduardo de Pablo, que <a href="http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23503550">ha descrito recientemente un caso</a> observado en el Hospital 12 de octubre de Madrid. Su paciente, una chica de 23 años, veía imágenes superpuestas de los objetos en movimiento, “como <a href="http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=ggFKLxAQBbc#t=24">los agentes de la película Matrix</a> esquivando las balas de Neo”, según las propias palabras de la muchacha. Técnicamente, esta multiplicación de imágenes ante un solo estímulo visual se conoce como poliopsia, una forma de palinopsia.<br />
“En general se considera que es un desajuste transitorio del cerebro, que es incapaz de acoplar la información espacial y visual de forma consistente”, explica De Pablo, que ejerce en el King’s College Hospital de Londres. Este neurólogo también ha estudiado otro síntoma poco conocido, la metamorfopsia invertida, consistente en <a href="http://esmateria.com/2012/07/20/148-personas-que-han-visto-el-mundo-al-reves/">ver el mundo al revés</a>. En la metamorfopsia, habitualmente se detecta una disfunción en el área 7 del cerebro, localizada a ambos lados de la coronilla. Allí convergen las informaciones sobre la visión, el equilibrio y la postura corporal. “Se cree que el mecanismo de la palinopsia puede ser similar, aunque en este caso las hipótesis están menos fundamentadas”, detalla.<br />
En el caso de la chica que veía como en Matrix, el desajuste de su cerebro se produjo por tomar dos fármacos contra la migraña, zonisamida y topiramato, pero este extraño síntoma también se ha observado en personas con golpes en la cabeza o que habían tomado antidepresivos y quimioterápicos concretos o drogas como la marihuana y <a href="http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20655497">el ácido lisérgico</a>.<br />
El neurólogo Luis Carlos Álvaro, del Hospital de Basurto, en Bilbao, cree incluso que el protagonista de El Horla, un relato fantástico de 1886 del escritor francés Guy de Maupassant, <a href="http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16019655">también sufría palinopsia</a>. En el cuento, un hombre narra cómo siente la presencia de un ser sobrenatural y convive con él hasta caer en la locura.<br />
“Estos síntomas y su asociación con los diferentes tipos de lesiones son muy útiles para comprender mejor tanto las funciones de las diferentes áreas del cerebro, como las asociaciones entre ellas, las vías de comunicación y los neurotransmisores, las moléculas para transmitir información entre neuronas”, opina De Pablo. “Estos mecanismos son comunes a múltiples enfermedades, lo que puede proporcionar tratamientos dependiendo de la causa”, confía el médico.<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>
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<tr><td colspan="2" valign="middle"><div class="titulo1">
<b>Cada cierto tiempo nos encontramos en la prensa (incluso la especializada) con noticias como la recogida más abajo, donde se informa de supuestos avances en el conocimiento sobre la memoria. Sin embargo, de su lectura se desprenden graves errores sobre el concepto memoria, aprendizaje, y recuerdo. Memoria y aprendizaje son conceptos relacionados pero no la misma cosa.</b><br />
<b>En primer lugar debemos tener en cuenta que las ratas NO tienen recuerdos, siendo ésta una alta capacidad propia de la especie humana. Sistemáticamente se confunde aprendizaje con memoria. En realidad, los ratones aprendieron que un determinado lugar era peligroso, nada que ver con los recuerdos de hechos traumáticos, asociando ese contexto con una determinada conducta. ¿Qué es un ratón traumatizado? ¿Se trata de un ratón que trata de huir de ese lugar dañino? Lo único que se ha conseguido es extinguir esa respuesta de aprendizaje. Los mecanismos de extinción de las respuestas condicionadas se conocen hace tiempo. En cualquier caso resulta relevante conocer que puede haber genes implicados en estos mecanismos. Pero nada de olvido, ni de recuerdo, ni de memoria.</b><br />
<b>Si esto fuera así, en humanos nos podríamos encontrar que el recuerdo persista, aunque ya no genere las conductas o emociones que esperamos al tratarse de estimulos aversivos, potencialmente peligrosos. Ante esto nos surgen algunas preguntas, que podrían llevarnos a pensar en resultados no precisamente positivos de estas intervenciones. </b><br />
<b> ¿Esta inhibición o extinción de la respuesta podría incrementar las conductas de riesgo?</b><b>¿Es malo huir de los peligros? </b><br />
<b> ¿Si se produjera realmente el olvido, dificultamos el aprendizaje y estaríamos condenados a repetir una y otra vez estrategias o conductas equivocadas? ¿Resulta adpatativo?</b><br />
<br />
<b>Recordemos las reflexiones sobre el miedo aparecidas hace un tiempo y que recogimos en estas páginas</b><br />
<a href="http://psicologiadelamemoria.blogspot.com.es/2011/05/vivir-con-miedo.html"><b>http://psicologiadelamemoria.blogspot.com.es/2011/05/vivir-con-miedo.html</b></a><br />
<b><br /></b>
<b><br /></b>
<b><br /></b></div>
<div class="titulo1">
</div>
<div class="titulo1">
<b>__________________________________________ </b></div>
<div class="titulo1">
<b>Descubren un nuevo gen que permite olvidar recuerdos postraumáticos</b></div>
</td>
</tr>
<tr>
<td colspan="2"><div align="justify" class="titulo4">
Investigadores del <a href="http://www.mit.edu/" target="_blank" title="Instituto Tecnológico de Massachusetts">Instituto Tecnológico de Massachusetts</a>
(MIT) han llevado a cabo una nueva investigación que podría ser clave a
la hora de tratar los trastornos por estrés postraumático. Este nuevo
estudio ha descubierto el importantísimo papel que puede llegar a
desempeñar un nuevo gen, conocido como Tet1, esencial para el proceso de
extinción de la memoria.
</div>
</td>
</tr>
<tr>
<td><div style="text-align: left;">
<small>FUENTE | </small><a href="http://www.abc.es/" target="_blank"><small>ABC Periódico Electrónico S.A.</small></a> </div>
<div style="text-align: left;">
04/10/2013
</div>
</td><td align="right"><br /></td>
</tr>
</tbody></table>
<div class="separador">
</div>
<div align="center">
<table align="center" border="0" cellpadding="1" cellspacing="0">
<tbody>
<tr><td align="right"><br /></td><td align="right" valign="BOTTOM" width="20"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<br />
<div style="display: inline; float: right; font-size: 0px; height: 17px; margin-top: 3px; padding: 0px; width: 194px;">
</div>
Según los investigadores, el gen Tet1 parece controlar a
un pequeño grupo de otros genes necesarios para la extinción de
memoria. Li - Huei Tsai, directora del Instituto Picower del MIT para el
Aprendizaje y la Memoria, junto al resto de su equipo, llegaron a esta
conclusión tras experimentar con ratones en una reciente investigación,
cuyos resultados han sido publicados en la revista <a href="http://www.cell.com/neuron/abstract/S0896-6273%2813%2900791-5" target="_blank" title="Neuron">Neuron</a>.<br />
<br />
Estos
animales fueron divididos en dos grupos: uno, con el Tet1 activado y
otro con el gen anulado. Ambos grupos fueron introducidos en jaulas en
los que se practicaron pequeñas descargas eléctricas para provocarles
una experiencia algo traumática. Al volver a ingresar en la jaula una
vez formada la memoria, los ratones con el Tet1 anulado continuaban
traumatizados porque asociaban ese espacio a la mala experiencia vivida.
Sin embargo, el otro grupo fue capaz de 'olvidar' ese pensamiento
negativo y de aprender nuevas tareas, desvaneciéndose así los recuerdos
antiguos. <br />
<br />
<b>METILACIÓN DEL ADN</b><br />
"En
realidad, no se borra nada de la memoria original", explica la
investigadora, sino que hay dos memorias que compiten entre sí y una se
impone a la otra en función de si el Tet1 domina o no. "El viejo rastro
de la memoria está diciendo a los ratones que ese lugar es peligroso.
Pero la nueva memoria les informa que ahora ese lugar es seguro", dice
Li - Huei Tsai. Por tanto, los ratones con el Tet1 anulado se quedan
anclados en sus viejos pensamientos y son incapaces de extinguir el
viejo recuerdo y de aprender cosas nuevas. <br />
<br />
Tal y como explica el
MIT, los investigadores encontraron que el efecto que ejerce el Tet1
sobre la memoria depende la alteración de los niveles de metilación del
ADN, una modificación que controla el acceso a los genes. Cuando estos
niveles son altos, los genes no se activan, mientras que los niveles más
bajos permiten que se expresen. <br />
<br />
Los resultados sugieren que es
necesario establecer un nivel de umbral de la metilación para la
expresión de los genes y el trabajo de Tet1 es mantener baja la
mutilación. De esta forma, se garantiza que los genes necesarios para la
formación de la memoria están preparados y listos para ponerse en
marcha en el momento en que seas necesarios. <br />
<br />
Ahora, los
científicos confían en la estimulación de este gen en seres humanos para
ayudar a tratar casos de trastornos postraumáticos y adicción.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-89909680729109306022013-09-02T01:44:00.004-07:002013-09-02T01:59:20.305-07:00¿Cómo construimos los recuerdos?_Conway en Redes<h1>
<span style="font-size: large;">Un aroma, una frase, una imagen se quedan grabadas en nuestra memoria</span></h1>
<div class="chapeaux">
<ul>
<li>Los contextos que visten ese recuerdo es producto de nuestra imaginación</li>
<li>El psicólogo Martin Conway explica a Punset cómo construimos los recuerdos</li>
</ul>
</div>
<br />
<div class="unit round" style="text-align: center;">
<div class="mediadest">
<div id="video1606286">
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<span class="hddn" itemprop="name" style="display: none;">Redes - Como construimos los recuerdos (V.O.)</span> </div>
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</div>
</div>
<div class="VideoContainer f16x9" data-assetid="1606286_es_videos" data-idmanager="default" data-location="embed_videos" data-permalink="http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-como-construimos-recuerdos/1606286/" data-sust="false" itemprop="Video" itemscope="" itemtype="http://schema.org/VideoObject" style="text-align: center;">
<span class="hddn" itemprop="name" style="display: none;">Redes - Como construimos los recuerdos (V.O.)</span></div>
<ul style="background: url("http://www.rtve.es/favicon.ico") no-repeat left 2px; border-bottom-color: rgb(153, 153, 153); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; display: block; font-size: 10px; padding: 4px 0px 8px 5%; text-align: left; width: 95%;"><div class="news comp breve bL" style="text-align: center;">
<span class="imgL"><a href="http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-como-construimos-recuerdos/1606287/" title="Vídeo: 'Redes - Como construimos los recuerdos'"><img alt="Ver vídeo 'Redes - Como construimos los recuerdos'" src="http://img.irtve.es/imagenes/redes-como-construimos-recuerdos/1355091628292.JPG" title="Ver vídeo 'Redes - Como construimos los recuerdos'" /></a></span><br />
<h2>
<a href="http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-como-construimos-recuerdos/1606287/" title="Vídeo: 'Redes - Como construimos los recuerdos'">Redes - Como construimos los recuerdos</a></h2>
</div>
<h2 class="news comp breve bL">
</h2>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div class="news comp breve bL">
<h2>
<span style="font-family: inherit; font-size: small;">
</span></h2>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
<span class="by"><img alt="EDUARD PUNSET (REDES)" src="http://img.irtve.es/resources/jpg/5/2/1288002377025.jpg" /><span class="name"><strong>EDUARD PUNSET (REDES)</strong> <span id="fecnoti">09.12.2012</span></span></span><br />
¿Podemos fiarnos de nuestros recuerdos? Un aroma, una frase, una imagen es lo que suele quedarse grabado en nuestra memoria, pero el contexto, el resto de circunstancias que visten ese recuerdo es, en gran parte, producto de nuestra imaginación.<br />
</span><blockquote>
<span style="font-family: inherit;">lo real y lo ficticio se mezclan en nuestra mente para construir nuestros recuerdos y, a su vez, nuestra identidad</span><br />
<span style="font-family: inherit;"></span><br /></blockquote>
<span style="font-family: inherit;">
En este programa de <em>Redes</em>, el neurocientífico Martin Conway explica a Eduard Punset cómo lo real y lo ficticio se mezclan en nuestra mente para construir nuestros recuerdos y, a su vez, nuestra identidad.<br />
Y en su sección, Elsa Punset nos muestra cómo la identidad no es un rasgo inmutable, sino algo que podemos modelar.<br />
</span><div style="text-align: right;">
<span style="font-family: inherit;"><em>Si tuviéramos que recordarlo todo, no podríamos hacer nada. </em><strong>Martin Conway</strong></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div style="text-align: right;">
<span style="font-family: inherit;"></span><br /></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><h2 class="ladillo">
<span style="font-family: inherit; font-size: small;">
<span style="font-family: inherit;">Realidad o ficción</span></span></h2>
<span style="font-family: inherit;"><strong>Eduard Punset</strong>: </span><span style="font-family: inherit;">Nuestros recuerdos son reales, son ficticios, son un invento, ¿cómo es posible que podamos ir construyendo poco a poco la memoria, los recuerdos, cosas que nos han pasado y cosas que hemos visto a duras penas y que inventamos?<br /> Bueno, de eso es de lo que vamos a hablar hoy con Martin Conway, que es el Director del Departamento de Psicología de City University, en London, en Londres. ¿Son reales los recuerdos o son ficticios? Los recuerdos a la vez son reales y no reales. A veces pueden incluso ser hiperreales</span><span style="font-family: inherit;"><strong>Martin Conway</strong>: Los recuerdos a la vez son reales y no reales. A veces pueden incluso ser hiperreales. Pensamos que están organizados en dimensiones.<br /> En un extremo, se corresponden muy directamente con nuestra experiencia del mundo pero en el otro, se corresponden con lo que somos, lo que somos al margen de la realidad.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: Así que si empezamos por esos últimos, probablemente deberíamos hablar de la amnesia infantil, la llamamos "amnesia infantil". Al principio de todo, hay tres años durante los que nadie sabe seguro si somos capaces de recordar, si hemos olvidado y por qué demonios hemos olvidado.<br /><strong>Martin Conway</strong>: ¿Y cómo se explica eso? Bueno, existen varias explicaciones al respecto y todas tienen parte de razón, aunque el período de la infancia es en esencia un poco más largo, no son sólo tres años.<br /> Ahora sabemos por las investigaciones realizadas en los últimos diez años que la gente en realidad no percibe sus recuerdos como tales hasta la edad aproximada de seis años, y cuando un adulto recuerda su niñez, esos primeros recuerdos de cuando tenía tres o cuatro años no son más que fragmentos, son fragmentos inconexos que a veces perciben como recuerdos y otras no saben cómo: "No estoy seguro de lo que es, quizás es algo que me contó mi madre, quizás una foto, quizás algo que soñé."<br /> No están nada seguros de esos primeros recuerdos, en cambio, cuando recuerdan experiencias vividas cuando tenían cinco, seis, siete años, empezamos a tener algo que es como un recuerdo real.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: Algunos colegas tuyos dicen que tiene mucho que ver con ser conscientes o no de ello, quiero decir, es como la mosca en la nariz cuando dices "es mi nariz" y te das cuenta por primera vez de que eres consciente. ¿Es ése el paso que hay que dar?, ¿la condición previa?<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Bueno, la consciencia es un tema muy complicado, quiero decir que el niño recién nacido probablemente ya tiene consciencia de ciertas cosas, posiblemente no de sí mismo puesto que carecen de consciencia reflexiva.<br /> De modo que cuando pasamos la "prueba del espejo", así es como se la conoce, al mirar en el espejo vemos la mosca en la nariz, lo que señala que estamos distinguiendo el yo del mí y son muchos los que piensan que esto ocurre en torno a los 24-30 meses, muchos creen que se trata de la emergencia de lo que denominamos el "yo cognitivo" y el principio de los recuerdos de nuestra vida.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: He escuchado decir a algunos de tus colegas científicos que también necesitamos algo de literatura, algo de expresión verbal. Si no tenemos palabras para expresar la mosca en la nariz, no recordaremos. ¿Es cierto o no?<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Bueno, es una cuestión muy controvertida. Es obvio que podemos recordar sin el lenguaje, es posible, pero el lenguaje y los recuerdos van de la mano y con el lenguaje es más fácil recordar.<br /> Puede ser que el niño en el breve período que antecede a los 24 meses ya tenga algunos recuerdos, algunas pruebas lo sugieren aunque no puede expresarlos porque no puede servirse del lenguaje para describirlos.<br /> Si bien también es cierto que cuando empieza a desarrollarse el lenguaje a partir de los dos años en adelante éste en gran parte ayuda a estructurar los recuerdos, a nombrar algunas partes y tenemos la oportunidad de interactuar socialmente con nuestros recuerdos, lo que parece ser un rasgo fundamental del hecho de recordar.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: Creo que fue un grupo de investigadores de Canadá que estudiaron la memoria de los niños hasta los tres años de edad y después de un tiempo, después de seis meses o un año, se habían olvidado de lo que antes habían conservado como un recuerdo real.<br /> Sin embargo, cuando intentamos hacer lo mismo con niños de diez años, se acordaban durante mucho más tiempo, durante períodos mucho más largos. ¿Es así o…?<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Lo que se ha descubierto en general es que los niños, si hacemos un muestreo de sus recuerdos cuando tienen tres, cuatro, cinco, seis años, a los tres y cuatro, se acuerdan de cosas un poco antes, a los seis o siete ya no recuerdan esos acontecimientos y a los ocho o nueve, no los recuerdan, eso es lo más frecuente.<br /> Pongamos todo esto en un contexto más amplio, ¿de acuerdo? Si yo te pidiera esta noche que recordaras todo lo que te ha pasado durante el día, probablemente recordarías muchas cosas.<br /> Hemos hecho estudios que sugieren que la gente recuerda entre diez y quince hechos. Si te pidiera mañana que recordaras todos los acontecimientos de ayer, te acordarías de cinco o seis.<br /> Si te lo pidiera dentro de un mes, quizás no recordarías ninguno pero la clave de todo esto es que podías recordar esos hechos cuando te lo pedí al principio así que probablemente los recuerdos están ahí, por lo que cuando decimos que los olvidamos no queremos decir que borremos los recuerdos de nuestro cerebro sino que se convierten en inaccesibles a nuestra conciencia.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: La gente tiene recuerdos, los has mencionado antes. Tienen recuerdos pero no tienen claro si son inventados o reales.<br /> Tengo muchos amigos a los que les he preguntado por sus recuerdos y se los han inventado. Los recuerdos, sabes… Una persona de cuyo nombre no me acuerdo pero es un científico famoso me estaba contando su recuerdo de una bomba que había estallado al lado de la casa donde vivían en Londres, era durante la Segunda Guerra Mundial. Su hermano lo interrumpió y dijo: "Oye, no es verdad, sabes, nuestros padres nos mandaron fuera de Londres durante la Segunda Guerra Mundial."<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Creo que son fabulosos. Me encantan los falsos recuerdos. Aunque son falsos no en el sentido de que se hayan inventado a propósito.<br /> La verdad es que se fueron abriendo camino desde nuestra memoria a largo plazo y en realidad vienen a apoyar de forma importante algunos aspectos de nuestra identidad personal.<br /> Los recuerdos, sabes, llevan mensajes importantes para la identidad personal. Hay algunos estudios interesantes donde se ha preguntado a la gente si hay algunos recuerdos de los que recelen y resulta que casi todo el mundo tiene uno o dos recuerdos que les resultan sospechosos.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: ¿Recuerdos sospechosos?<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Sí, recuerdos sospechosos, aquellos de los que no estamos del todo seguros… ¿Sucedió realmente esto o no? Fue un estudio muy bonito donde se recogieron muchos recuerdos de este tipo.<br /> Algunos eran manifiestamente falsos porque sostenían cosas que no podían ser ciertas pero la persona los recordaba así, como el caso de un hombre que recordaba estar en el parque con su madre cuando era pequeño viendo pasar dinosaurios por el borde de una colina [risas].<br /> Está claro que era un recuerdo equivocado pero lo sentía como un recuerdo y, de hecho, en algunos casos extremos de enfermedad psicológica, recuerdos tramáticos o recuerdos emocionales muy intensos, podemos llegar a tener falsos recuerdos pero que, a pesar de todo, llevan mensajes importantes para nosotros.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: ¿Y sería así como vosotros, los científicos, diferenciáis un recuerdo real de otro que no lo es?<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Bueno, a grandes rasgos, no podemos… en cuanto a los recuerdos se refiere, pero hay algunas cosas que podemos decir y hay algunas teorías en torno a ciertos hallazgos que son importantes.<br /> Lo primero que hay que cuestionar realmente es qué quiere decir alguien cuando dice que un recuerdo es real, qué quiere decir cuando dicen que es verdad: ¿verdad en qué sentido?, ¿de qué estamos hablando? Bueno, estamos hablando de nuestra experiencia del mundo.<br /> Bien, podría ser que haya una feliz coincidencia entre nuestra experiencia del mundo y el mundo, que represente realmente lo que está sucediendo, pero también podría ser que no.<br /> Es posible que estemos inmersos en una intensa experiencia emocional, sabes, y en tal caso la experiencia del mundo tendría mucho más que ver con un cierto estado interior que con la realidad y, por lo tanto, nuestros recuerdos también responderían mucho más a esto.<br /> No podemos olvidar que los recuerdos son fragmentarios. Si quieres, son una instantánea de algunos momentos de esa experiencia.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: Tendemos a olvidarlo a veces o muy a menudo, que es imposible conservar, quiero decir, parece muy raro, casi imposible guardar recuerdos completos en nuestro interior…<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Totalmente. Bueno, hay otras partes del cerebro también pero piensa únicamente en las consecuencias.<br /> Si tuviéramos que recordarlo todo, no podríamos hacer nada más porque estaríamos recordando constantemente ya que se necesita tanto tiempo para recordar como para vivir las experiencias previas, por eso nuestros recuerdos no han evolucionado así, han evolucionado a partir de muestras de experiencias, en general para intentar retener cosas que a nosotros nos parecen relevantes.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: Hay algo de lo que no sé nada, simplemente he escuchado a científicos y amigos hablar de ello pero no sé nada al respecto. Los llamáis flashbulb memories. ¿Qué diablos son?<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Bueno, a muchos de los que investigan los recuerdos no les gusta el nombre pero pienso que no está mal.<br /> Fue un término inventado por un hombre llamado Roger Brown, de la Universidad de Harvard. Hacía referencia a un artículo que había leído en la revista Esquire a principios de los setenta cuando se había entrevistado a varios famosos preguntándoles si recordaban lo que estaban haciendo cuando se anunció el asesinato del Presidente John F. Kennedy.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: Ya veo.<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Y se acordaban: "Estaba en el campo de golf, en el hollo 9, estaba a punto de golpear la pelota en el green cuando alguien se acercó y me lo dijo." Así de claros y vivos eran sus recuerdos.<br /> Se llevó a cabo un estudio sobre ello y descubrieron que mucha gente tenía recuerdos muy vivos en relación con acontecimientos públicos aparecidos en las noticias, ¿de acuerdo? Y es muy poco frecuente tener recuerdos de hechos públicos aparecidos en las noticias.<br /> <strong>Eduard Punset</strong>: ¿Ah sí?<br /> <strong>Martin Conway</strong>: Recuerda que cada día se producen millones de hechos en las noticias y en un año quizás hayamos estado expuestos a miles de ellos.<br /> No recordamos dónde estábamos, qué estábamos haciendo, con quién estábamos, qué llevábamos puesto cuando escuchamos esas noticias, así que cuando lo recordamos, han desarrollado un término "recuerdo fotográfico" para transmitir la idea de que en cierto modo es como si tomáramos una instantánea, por supuesto no se trata de una instantánea literal porque hay cosas que olvidamos y detalles falsos que interfieren con esos recuerdos y a veces pueden ser totalmente falsos.</span></ul>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-86867142977708688262013-09-01T04:05:00.001-07:002013-09-01T04:15:12.828-07:00Identificada una causa principal de la pérdida de memoria con la edad<a href="http://www.publico.es/" title="Público.es"><img alt="Público.es" height="41" src="http://imagenes.publico-estaticos.es/css/img/pl.logo.publico.print.jpg" width="200" /></a><!-- FIN HEADER --> <!-- INICIO CONTENT --> <br />
<div id="content">
<!-- INICIO MAIN --> <br />
<div id="main">
<!-- INICIO TITULARES NOTICIA --> <a href="http://www.publico.es/465553/identificada-una-causa-pincipal-de-la-perdida-de-memoria-con-la-edad"><span style="font-size: small;">Enlace</span></a><br />
<h2>
<span style="font-size: small;">Investigadores de la Universidad Columbia descubren que la deficiencia de una proteína del hipocampo causa gran parte de la pérdida de memoria en la vejez y que este síndrome es reversible y no tiene nada que ver con la enfermedad de Alzheimer</span></h2>
<!-- FIN TITULARES NOTICIA --><!-- INICIO META --><span class="autor">EUROPA PRESS</span> <br />
<div class="meta">
<span class="lugar">Madrid</span> <span class="fecha">31/08/2013 </span></div>
<div class="meta">
<span class="fecha"></span> </div>
<!-- FIN META --> <!--INICIO CONTINFO --> <br />
<div class="contInfo ancho">
<div class="contImagen">
<div class="fotoTexto">
<!-- FIN IMAGEN INTERIOR --><a href="http://imagenes.publico.es/resources/archivos/2013/8/31/1377949650841ancianosdn.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="Ancianos hacen ejercicios para reforzar la memoria. EUROPA PRESS" border="0" height="150" src="http://imagenes.publico.es/resources/archivos/2013/8/31/1377949650841ancianosdn.jpg" width="200" /></a>Un equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia (CUMC), en Nueva York, dirigido por el premio Nobel Eric R. Kandel, ha encontrado que la deficiencia de <strong>una proteína llamada RbAp48 en el hipocampo</strong> es un importante contribuyente a la pérdida de memoria relacionada con la edad y que esta forma de pérdida de memoria es reversible.</div>
</div>
</div>
<div id="cuerpoNoticia">
El estudio, llevado a cabo en células del cerebro humano postmortem y en ratones y publicado en la edición digital de este miércoles de la revista <span style="font-style: italic;">Science Translational Medicine</span>, también ofrece la evidencia causal más fuerte de que la pérdida de memoria relacionada con la edad y la enfermedad de Alzheimer son condiciones distintas.<br />
"Nuestro estudio proporciona evidencia convincente de que <span style="font-weight: bold;">la pérdida de memoria relacionada con la edad es un síndrome en sí mismo</span>, además de la enfermedad de Alzheimer. Además de las implicaciones para el estudio, diagnóstico y tratamiento de trastornos de la memoria, estos hallazgos tienen consecuencias para la salud pública", subrayó el doctor Kandel, que es codirector del Instituto Mortimer B. Zuckerman del Comportamiento del Cerebro y la Mente en Columbia, director del Instituto Kavli para la Ciencia del Cerebro e investigador senior del Instituto Médico Howard Hughes, en CUMC.<br />
El hipocampo, una región del cerebro que se compone de varias subregiones interconectadas, cada una con una población neuronal distinta, juega un papel vital en la memoria. Los estudios han demostrado que <span style="font-weight: bold;">la enfermedad de Alzheimer dificulta la memoria como primera acción en la corteza entorrina</span>l (CE), una región del cerebro que proporciona las principales vías de entrada al hipocampo.<br />
<span class="ladillo">Antes se creía que la pérdida de memoria con la edad era una manifestación temprana de Alzheimer</span> Inicialmente se pensó que la pérdida de memoria relacionada con la edad es una manifestación temprana de la enfermedad de Alzheimer, pero la evidencia sugiere que su montaje es un proceso distinto que afecta al giro dentado (DG), una subregión del hipocampo que recibe la entrada directa de la corteza entorrinal.<br />
"Hasta ahora, sin embargo, <strong>nadie ha sido capaz de identificar los defectos moleculares específicos implicados en la pérdida de memoria relacionada con la edad</strong> en los seres humanos", dijo el coautor principal Scott A. Small, profesor de Neurología y director del Centro de Investigación del Alzheimer en CUMC.<br />
La nueva investigación fue diseñada para buscar evidencia más directa de que la pérdida de memoria relacionada con la edad es diferente de la enfermedad de Alzheimer. Para ello, sus autores comenzaron realizando análisis de <em>microarrays </em>(expresión genética) de las células de la DG del cerebro postmortem de ocho personas, de entre 33 a 88 años, todos ellos libres de enfermedad cerebral, además de estudiar las células de su CE, que sirvieron como controles ya que <strong>la estructura del cerebro no se ve afectada por el envejecimiento</strong>.<br />
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El efecto se repite en roedores, monos y seres humanos </h3>
Los análisis identificaron 17 genes candidatos que podrían estar relacionados con el envejecimiento de la DG, produciéndose los cambios más significativos en un gen llamado RbAp48, cuya expresión disminuyó de manera constante con la edad en todos los sujetos del estudio. Para ver qué papel cumplía dicho gen en la pérdida de memoria con el paso de los años, los científicos realizaron estudios en ratones, descubriendo que RbAp48 estaba reducido en ratones de edad avanzada y que si lo inhibían en roedores jóvenes y sanos, perdían memoria de igual forma que los mayores, pero que<strong> recuperaban la memoria si se apagaba dicha inhibición de RbAp48</strong>.<br />
Los investigadores también hicieron estudios de resonancia magnética funcional (FMRI, en sus siglas en inglés) de los ratones con inhibición de RbAp48 y encontraron un efecto selectivo en el DG, similar al observado en los análisis de FMRI de roedores de edad avanzada, monos y seres humanos. Este efecto de inhibición de RbAp48 en la DG fue acompañado por defectos en los mecanismos moleculares similares a los encontrados en ratones viejos, pero el perfil de FMRI y los defectos mecánicos de los ratones con RbAp48 inhibido volvió a la normalidad cuando la inhibición se apagó.<br />
<span class="ladillo">El aumento de la proteína RbAp48 hizo que ratones viejos recuperasen tanta memoria como los jóvenes </span>En otro experimento, los expertos utilizaron la transferencia génica viral y un aumento de la expresión de RbAp48 en la DG de ratones de edad avanzada. "<strong>Nos quedamos asombrados de que no sólo mejorara el rendimiento</strong> de los ratones en las pruebas de memoria, sino que éste era comparable al de los ratones jóvenes", detalló el doctor Elias Pavlopoulos, científico investigador asociado de Neurología en CUM.<br />
"El hecho de que hemos sido capaces de revertir la pérdida de memoria relacionada con la edad en los ratones es muy alentador", subrayó <strong>Kandel, quien recibió una parte del Premio Nobel de Fisiología o Medicina del año 2000 por sus descubrimientos relacionados con las bases moleculares de la memoria</strong>. A su juicio, lo relevante del estudio es que muestra que esta proteína es un factor importante y la pérdida de memoria relacionada con la edad se debe a un cambio funcional de algún tipo en las neuronas, a diferencia de la enfermedad de Alzheimer, donde no hay pérdida significativa de neuronas.<br />
Por último, los datos sugieren que las proteínas arbitran los efectos de RbAp48, al menos en parte, a través de la vía PKA-CREB1-CBP, que el equipo había encontrado en estudios anteriores que es importante para la pérdida de memoria relacionada con la edad en ratones. Según los expertos, RbAp48 y la vía PKA-CREB1-CBP son <strong>objetivos válidos para la intervención terapéutica</strong> y que agentes que mejoran esta vía ya han demostrado que mejoran la disfunción del hipocampo relacionada con la edad en los roedores.</div>
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Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1829151993309574866.post-58291218974237856382013-03-08T04:19:00.001-08:002013-09-01T04:16:27.634-07:00No dormir tras una tragedia ayuda a no consolidar el mal recuerdo<a href="http://www.publico.es/" title="Público.es"><img alt="Público.es" height="41" src="http://imagenes.publico-estaticos.es/css/img/pl.logo.publico.print.jpg" width="200" /></a><!-- FIN HEADER --><!-- INICIO CONTENT --><br />
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<a href="http://www.publico.es/451819/no-dormir-tras-una-tragedia-ayuda-a-no-consolidar-el-mal-recuerdo"><span style="font-size: small;">Enlace</span></a><br />
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<span style="font-size: small;">El médico noruego que dirigió la atención psicológica de los afectados de la matanza de Utoya en 2011 considera que hay que "informar" a los pacientes en lugar de darles somníferos tras una tragedia</span></h2>
<!-- FIN TITULARES NOTICIA --><!-- INICIO META --><span class="autor">EFE </span><span class="lugar">BARCELONA</span><br />
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<span class="fecha">07/03/2013 18:43</span> </div>
<!-- FIN META --><!--INICIO CONTINFO --><br />
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<!-- INICIO IMAGEN INTERIOR --><!-- FIN CONTINFO --><!-- INICIO CUERPO NOTICIA -->El psicólogo noruego Atle Dyregrov, que dirige el Centro de Psicología de Crisis de Bergen, donde atiende a las personas afectadas por la <a href="http://www.publico.es/internacional/388359/imagenes-del-doble-atentado-en-noruega" target="_blank">matanza de Utoya en julio de 2011</a>, considera que <span style="font-weight: bold;">no se debe dormir durante las seis horas posteriores a una crisis</span> para no consolidar el recuerdo con los sueños. Dyregrov ha participado hoy en las Jornadas Europeas de Actualización de Gestión de Crisis y Emergencias organizadas por la Universidad Autónoma de Barcelona en el Palau Macaya de la ciudad condal.</div>
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<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="Los servicios de emergencia atienden a las víctimas de la matanza en la isla de Utoya, en julio de 2011." height="214" src="http://imagenes.publico.es/resources/archivos/2013/3/7/1362679870056utoyadn.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="320" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><em>Los servicios de emergencia atienden a las víctimas </em><br />
<em>de la matanza en la isla de Utoya, en julio de 2011</em></td></tr>
</tbody></table>
El psicólogo ha destacado la <span style="font-weight: bold;">importancia de la primera fase de la atención a las personas</span> justo después de la emergencia y ha hecho hincapié en la necesidad de tratar el recuerdo que se tendrá del episodio traumático desde el primer momento. En este sentido, ha aconsejado no dormir durante las seis primeras horas posteriores a la crisis porque los sueños juegan un papel importante en la consolidación del recuerdo, por lo que ha considerado inconveniente dar somníferos a los afectados para que duerman la primera noche.<br />
También ha destacado el papel fundamental de la información para conseguir <span style="font-weight: bold;">"reacciones emocionales más fuertes"</span> entre las personas próximas a los afectados que esperan impacientes estar informados de la tragedia. <span style="font-weight: bold;">"La información tiene un efecto calmante"</span>, ha dicho el psicólogo, que ha alertado ante "la confusión y los rumores que persiguen estos acontecimientos".<br />
Sobre la masacre de Utoya, Dyregrov ha subrayado el enorme impacto que tuvo en la sociedad noruega y ha afirmado que "afectó a la gente durante un año porque estaba constantemente en los medios de comunicación", desde la tragedia hasta <a href="http://www.publico.es/internacional/429647/breivik-desafia-al-tribunal-apelando-a-su-ideario-ultraderechista" target="_blank">el juicio a Breivik</a> .</div>
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Unknownnoreply@blogger.com